¡Batimanía! Nido mirafl orino, año 1966, Lima era invadida por la fiebre del hombre murciélago. El prefijo ‘bati-’ se adosó a casi todo. (Foto: arkivperu.com)
¡Batimanía! Nido mirafl orino, año 1966, Lima era invadida por la fiebre del hombre murciélago. El prefijo ‘bati-’ se adosó a casi todo. (Foto: arkivperu.com)

El dolor de no encontrar el retorno a casa: tal es la melanclica definicin de un neologismo construido en 1688 por un estudiante de Medicina, el suizo Johannes Hofer, para referirse a una dolencia que aquejaba a mercenarios suizos lejos de su madre patria, el reloj cuc y el queso con huecos. Acabar con vidas ajenas lejos del hogar tena un costo sentimental: la nostalgia.

Entonces dicho sntoma era considerado enfermedad. Adems del multiuso bao de asiento se recetaba el consumo de opio, sabandijas y sendas purgas con poderosos preparados expectorantes que eran los antepasados europeos de nuestra limonada Markos, ya que de querencias hablamos. El mal era considerado curable, aunque costoso para la moral castrense: usualmente derivaba en desercin, enfermedad y hasta muerte.

Una de las medidas preventivas a su manifestacin fue prohibir las canciones folclricas entre los guerreros en suelo extranjero. Desgarradora prohibicin solo comparable a cancelarle a un peruano lejos de la patria refugiarse en el blsamo curativo del catlogo musical de Augusto Polo Campos, Chabuca o Yola Polastri.

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Extendida la propagacin del mal al siglo siguiente, aparecen evidencias de su presencia en las tropas rusas que entraban en Alemania en 1733. La manera rusa de contrarrestarlo fue un tanto ms drstica, siendo detalles como estos los que luego explicaran el carisma idiosincrtico de personajes como Putin. Se advirti que todo aquejado de nostalgia sera enterrado vivo en suelo extranjero, pesadilla al cubo de su raz etimolgica: en griego, nostos es regreso, algos es sufrimiento. Bastaron dos o tres entierros as para que la enfermedad llamada hipocondra del alma desapareciera de la tropa rusa.

Con el avance de la ciencia la nostalgia perdi su connotacin mdica, derivando hacia una condicin emocional emparentada con la aoranza de una dicha perdida. El suizo Hofer perge en realidad tres palabras nuevas para referirse a esta emocin, y afortunadamente qued la que usamos ahora, nostalgia: La ele en su slaba intermedia parece deslizarse lquidamente hacia el recuerdo cuando, con suave adherencia y deslizamiento de la lengua sobre el paladar, replica el quedo retorno de una marea privada.

Acaso solo la supere, por otros motivos lingsticos, la sensual expresin brasilea de saudade (1).

Las otras posibilidades de Hofer eran nosomana y filopatridomana, que evocan a una afeccin colorrectal antes que a una pena del corazn.

EL COLECCIONISMO COMO ANTDOTO Para el feliz, o por lo menos, pronto regreso a casa, tenemos Waze. Para cualquier otro tipo de travesa sentimental queda la memorabilia. El acopio y coleccionismo de fragmentos visuales de un regreso atena el dolor por el tiempo perdido, a la vez que estructura la reconstruccin simulada de lo ido.

Jorge Marn tena un bal lleno de este invalorable material reunido a lo largo de su vida de educando en el Colegio 1074. Al menos lleno lo dej en su casa paterna de Pueblo Libre cuando emigr a Suecia en 1985, prehistricos tiempos en que no exista Internet. En Suecia se encontr con un idioma que pens jams llegara a entender. Se encontr con das de invierno de oscuridad total. Con cdigos sociales donde el contacto fsico era de una austeridad propia del rea de epidemiologa de un hospital. Adems las seales exteriores de ciudadana, todas muy parecidas, hacan imposible distinguir clases sociales. Una homogeneidad austera, inspida; en resumen, civilizada. Tan distante de los exabruptos coloridos e hirientes de su Per con pe de patria. Jorge se vio envuelto de nostalgia pura y dura.

EL SNDROME DE ESTOCOLMO Cuando diez aos despus, en 1995, regresa al Per y va en busca de su bal y el tesoro, se dio con la sorpresa que todo el contenido haba sido puesto en manos de la baja polica. Lo haban botado a la basura. No pensbamos que ibas a regresar, respondieron unos progenitores definitivamente inmunes a la nostalgia.

Ese bal contena revistas, algunas ya fuera de imprenta como TV Gua, que se agotaba rpido, y el opus magnum de Alfonso Pocho Rospigliosi, Ovacin. Bolsas de supermercados fenecidos como Ta, Galax o Monterrey; y merchandising variado de aquellos referentes comerciales que haban enmarcado su infancia y primera juventud. Lo que se llamara una montaa de cachivaches. Ante el cofre vaco Marn jur que recuperara todo.

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Cumpli su juramento con creces a punta de cachineo intenso. Para su fortuna, esta remontada a lo Barcelona FC empez en pocas en que an la nostalgia no cotizaba como ahora entre el coleccionismo local. Por ejemplo, consigui un lbum lleno de Argentina 78 por solo dos soles, mercanca que hoy por hoy puede llegar a los 200 soles. Este mismo mercado siglo XXI, donde a la nostalgia se le etiqueta de vintage, estima en 40 soles el precio de una bolsa llena de detergente Ariel de los aos ochenta, mientras que pide 5 soles por una pila Lux, la pila chola, batera nacional comn en los 70. En la subasta de verano del MALI del 2013 un aviso metlico de Esky, el personaje de la desaparecida lavandera American Dry Cleaners que se vea en las calles de Lima en los setenta, fue subastado con un precio base de US$700.

Marn regres a Suecia con un botn insospechado. Lo que hizo llegando a Estocolmo fue empezar a escanearlo segn categoras, deportes, espectculos, productos, TV, y una lista aleatoria de recuerdos que tautolgicamente llam La Lista.

Su Lista 1 supuso el registro de hitos tales como: -La bronca entre la seleccin peruana y el Cosmos en el estadio Giants de Nueva Jersey (1982). -Los Cabezones de Nescao. -El misterioso cambio de actor en la serie Hechizada. -El show Yola Rocker donde la Polastri versionaba a Pink Floyd. -El beso en vivo de Humberto Martnez Morosini a Raffaella Carr cuando esta visit Lima. Entre otros. Ya exista Internet. As que abri una pgina web, le puso otro nombre tautolgico, archivo, pero en sueco. As naci arkivperu.com.

EL RNKING DE ARKIV Con el tiempo el hobby se convirti en un trabajo a tiempo completo. Adems empezaron a llegar los correos y comentarios de una comunidad de peruanos diseminados en el extranjero que adolecan del mismo estado de nimo aorante que Marn. Ahora se trataba de una nostalgia ilustrada.

Revisando los copiosos archivos de arkiv, Marn identifica algunos hits de audiencia: -La muerte de Rodolfo Rey Cachirulo. Pocos se acordaban del mexicano que afincado en el Per va su programa infantil fungi de tutor sustituto de varias generaciones a travs del futurista Cachirulo y los Cuatronautas. (Por no mencionar el estoicismo con que toler que su nombre artstico acabara fonticamente asociado como sinnimo en jerga del fornicio recreativo). Enterado de su muerte en un asilo de Mxico, Marn se contact con el lugar, donde le proporcionaron el correo electrnico de su hija. Ella le envi material indito de su trayectoria, adems de un conmovedor video donde un octogenario Rey se diriga a sus antiguos televidentes peruanos.

-Los Beatles en el Per (1965). El anuncio lo hizo un canal del televisin y remeci los medios. Los Fab Four se presentaran en Lima, todo estaba prcticamente cerrado, sentando el precedente para el concierto imposible de Michael Jackson algunas dcadas despus.

-Homenaje a Vctor Ral Haya de la Torre (1964). El 21 de febrero de 1964, Da de la Fraternidad Aprista, se dio uno de los espectculos ms inslitos en la historia de ese partido poltico. El verbo se hizo carne cuando fisicoculturistas desfilaron ante la oratoria del Compaero Jefe.

-La guerra de las galaxias se estrena en la televisin peruana (1980). Se anunci con bombos y platillos como el mejor regalo de Navidad para el nio peruano. Al final no se trataba de la pelcula original, sino de un infame especial de Navidad tan malo que hasta el propio George Lucas ha desconocido.

Con el fin de continuar su apostolado de proveer de insumos reparadores a los embates de la nostalgia, Marn est embarcado ahora en una doble tarea. Por un lado, bajo marca patentada, est sacando una serie de prendas de vestir y decoracin con referentes del pasado. Una coqueta bolsa de playa con el logo de pilas Lux, por ejemplo. Por otro, est alimentando arkiv con referentes ad hoc para las generaciones ms jvenes, los nuevos cuarentones, hablndoles de sus productos, sus referentes, sus obsesiones y sus dibujos animados. El ciclo del retorno nunca se detiene.

LTIMA VUELTA EN U Uno de los recursos de la nostalgia es el mapa mental retroactivo. Es un romance con la fantasa de continuidad en un contexto fragmentado, entre otros, por el boom inmobiliario, los alcaldes y los terremotos. Adems del simple y cruel paso del tiempo. Desde esa perspectiva el coleccionismo deviene en rescatismo, que es lo que me ense hace ms de veinte aos un publicista cuyo nombre ha de mantenerse en reserva por aquello de una prescripcin en curso. En la sala de su casa tena un magnfico y hermoso aviso de Cinzano, el vermut de Torino, retratando un jinete en tnica sobre un caballo rojo hecho en hierro porcelanizado, debidamente iluminado como joya de un tiempo irrecuperable. El susodicho haba sacado la publicidad, pata de cabra mediante, de una pared de la avenida Brasil colindante al antiguo restaurante Pildorn que acababa de cerrar. Dejar el aviso ah hubiera sido condenarlo a morir en una fundicin.

Recrear visiones del pasado supone un mapeo paralelo de la ciudad en el cual persisten las seas de cmo volver al ayer. Por eso cada quien atesora en su memoria las propias hojas de ruta en reversa. As siguen imaginariamente en pie el aviso de nen de Seguros Fnix en la plaza San Martn, el letrero luminoso de aceite Cocinero del valo de Miraflores, las letras gigantes de Inca Kola de El Rancho que cobijaban juegos infantiles. Indicadores todos de tiempos diferentes, aquellos gobernados por el pausado ritmo de los sueos perdidos.

Uno de estos referentes nostlgicos transversales tiene que haber sido el do conformado por el hermoso edificio Limatambo del arquitecto Enrique Seoane, construido en 1954, y el aviso luminoso de Coca-Cola que haba sobre l, en el emblemtico cruce del zanjn y la Javier Prado. Casi una mitologa colectiva que pareca a salvo del tiempo.

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Inicialmente el edificio estuvo coronado por un aviso de Panagra, cuando el aeropuerto de Crpac funcionaba. Despus llev uno de cerveza Cristal. Luego lleg el de Coca-Cola, inicialmente en forma de pantalla y luego rectangular antes de adoptar el crculo en su tercera versin. Desde ese lugar, el centro de todos los caminos prehispnicos de la ciudad, la publicidad de la bebida carbonatada ilumin indirectamente a los limeos durante ms de tres dcadas.

Al comenzar la demolicin del edificio en el invierno del 2013 hubo un tenue lamento va Facebook por la partida de ambos, construccin y cartel. La liquidacin del recuerdo comenz por el desmantelamiento del aviso, partida a plazos bajo penosa constatacin pblica cada vez que se pasaba por el zanjn. Un amigo involucrado con el retiro del anuncio, atendiendo a una incomprensible voluntad por quedarme aunque sea con la letra C del logo, me llam un da y me dijo ven, ya est abajo.

Entrar al garaje de Limatambo era como pasar a reconocer un cuerpo en una morgue. Lo que era seal de ruta, falsa cruz del sur alimentada de nen, yaca descuartizada en pedazos irreconocibles, tristes y derrotados de un metal sin futuro. La nica manera de desmontar el aviso haba sido cortndolo en pedazos, destruyendo toda posibilidad de preservacin de lo que haba sido. Confirmada estaba la imposibilidad de repetir lo irrepetible. Y que ms enamora la distancia que el retorno.

(1) El idioma portugus hace que hasta la pena sea sexy.

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