Sonia del Águila

Era 1986, los militares habían acordonado la zona del cerro Razuhuillca, en Huanta, en la que se encontraban integrantes de Sendero Luminoso, entre ellos Lurgio Gavilán Sánchez, un adolescente de 12 años que se enroló en el radicalismo buscando a su hermano desaparecido. Ante la caída de sus compañeros, el menor esperó la muerte, tembloroso, en un rincón entre cuerpos inertes. Su final parecía inminente, hasta que el teniente al mando ordenó el alto al fuego impidiendo su ejecución, y tras librarlo de morir, le entregó una nueva vida en el ejército.

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