Marco Mühletaler, director del Festival de Cine de Lima y del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. (Foto: Alessandro Currarino / El Comercio)
Marco Mühletaler, director del Festival de Cine de Lima y del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. (Foto: Alessandro Currarino / El Comercio)
Enrique Planas

Se inicia la edición 25 del Festival de Cine de Lima, y la segunda virtual como lo exigen los protocolos de seguridad sanitaria. Una fiesta virtual que incluye 33 películas en competencia en tres secciones; un homenaje al cineasta francés Laurent Cantet con una muestra de tres filmes representativos de su filmografía; películas recientemente vistas en el Festival de Cannes, además de clases maestras, diálogos con cineastas y charlas especializadas.

Dos ediciones virtuales y muchas lecciones aprendidas: como nos explica Marco Mühletaler, director del festival y del Centro Cultural de la Católica, si bien el año pasado se lanzaron a la piscina de la virtualidad “sin saber nadar”, lo descubierto en la urgencia para evitar ahogarse tenía que ver con nuevos sistemas de distribución de películas y, especialmente, de convocatoria del público. “Este año sabemos cómo jugar con las reglas de la virtualidad”, dice Mühletaler, enfocado no solo en los contenidos, sino en pensar fuera de las reglas de la presencialidad.

Embarcación atracando en el puerto de Iquitos, una poderosa escena del documental “Odisea amazónica”, filmado por los hermanos Álvaro y Diego Sarmiento, que se verá en la competencia del festival.  (FOTO:CCPUCP)
Embarcación atracando en el puerto de Iquitos, una poderosa escena del documental “Odisea amazónica”, filmado por los hermanos Álvaro y Diego Sarmiento, que se verá en la competencia del festival. (FOTO:CCPUCP)

Así, además de las películas que el público podrá ver en su televisor, su computadora o su celular, este año se incluyen los encuentros y los diálogos con cineastas, todos esos espacios que le dan carácter y contenido a un festival. “Las películas son grandes pretextos para que sus creadores hablen de los temas que abordan, de sus preocupaciones y sus interpretaciones”, explica el director del festival. Estas actividades estarán disponibles a través de distintas redes, entendidas cada una con sus públicos específicos y narrativas precisas.

Quince películas participan en la sección Ficción del festival. En la imagen: “Amparo” (Colombia), ópera prima de Simón Mesa Soto. (CCPUCP)
Quince películas participan en la sección Ficción del festival. En la imagen: “Amparo” (Colombia), ópera prima de Simón Mesa Soto. (CCPUCP)

“La virtualidad en los festivales es algo que abona en la buena salud de estos. Nos ha hecho tomar conciencia de que la virtualidad es clave para democratizar el acceso. Sin duda, de aquí en adelante, el componente virtual es algo que el festival no va a abandonar”, afirma.

En su edición 25, el festival retoma su sección Hecho en el Perú, con tres filmes nacionales. En la imagen: “Entre estos árboles que he inventado”, del director trujillano Martín Rebaza Ponce de León. (Foto:CCPUCP)
En su edición 25, el festival retoma su sección Hecho en el Perú, con tres filmes nacionales. En la imagen: “Entre estos árboles que he inventado”, del director trujillano Martín Rebaza Ponce de León. (Foto:CCPUCP)

Un género en ascenso

La edición 25 del festival nos muestra tendencias claras: la primera, su permanente apuesta por el cine peruano, presentando en competencia nueve películas nacionales, en un total de 33 cintas que participan en las secciones Ficción, Documental y Hecho en el Perú. Asimismo, es visible la poderosa presencia del documental como género, equilibrando la balanza frente a los filmes de ficción. “Si bien creo que la ficción goza de una salud estable, empezamos a encontrar en el documental, en sus historias narradas a partir de hechos reales, una mayor producción y consumo. Este año le costó muchísimo al equipo del festival quedarse con solo 15 documentales seleccionados”, explica Mühletaler.

Este año, la cantidad de documentales iguala a la de los filmes de ficción en el festival. En la imagen: “Limiar” (Brasil) de Coraci Ruiz.
Este año, la cantidad de documentales iguala a la de los filmes de ficción en el festival. En la imagen: “Limiar” (Brasil) de Coraci Ruiz.

Una opinión que se respalda en el incremento de la venta de entradas. “Antes, el festival debía esforzarse para que la gente se animara a ver documentales. Eso ya dejó de pasar”, añade el director del festival. Un fenómeno que, por un lado, se explica por el mayor acceso del público a este género vía las plataformas de pago, pero también con las preocupaciones actuales que nos exigen una mayor reflexión. Y es una tendencia que también vemos en el teatro y en el mundo editorial”, añade Mühletaler.

SEPA MÁS

Toda la programación de películas y las actividades virtuales del festival se encuentran en la web . Entradas en Joinnus.

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