Paulo Branco (Foto: Festival de Cine de Lima)
Paulo Branco (Foto: Festival de Cine de Lima)

Sentado en el Swissôtel de San Isidro, Paulo Branco afirma: "La película me pertenece sin siquiera haber visto yo un fotograma".

El productor y profesional imprescindible en la apuesta por el arte cinematográfico se refiere a "El hombre que mató a Don Quijote", el filme dirigido por Terry Gilliam e inspirado en el personaje inmortal de Miguel de Cervantes. Hace unos meses, la justicia francesa le dio la razón en la disputa por sus derechos. "Es una historia triste", comenta Branco.

Su carrera es impresionante. El portugués ha trabajado con realizadores como sus compatriotas Manoel de Oliveira, João César Monteiro o el chileno Raúl Ruiz. Aún hay gente que le tiene fe al lenguaje del cine y el riesgo creativo en la pantalla grande, esas prácticas que parecen en vías de extinción hasta que uno se topa con una persona talentosa y perseverante como él. El homenajeado de la edición dará mañana, a las 11 a.m., una clase maestra en el CCPUCP.

El productor añade que la dirección o el oficio de contar historias no le tientan. "Conozco mis limitaciones", afirma. Y agrega que, si dirigiera, el resultado "no sería extraordinario". Eso sí, acota que es un lector asiduo. Mientras leía "Cosmópolis", la novela del estadounidense Don Delillo, sentía que ahí había un relato relevante y audiovisual. Entonces se la propuso a David Cronenberg, el gran cineasta canadiense obsesionado con la influencia de la mente en el cuerpo, la mutación de la carne, entre otros temas abordados con un estilo que desafía las convenciones y la pacatería. Y la película se hizo.

PALABRAS AUTORIZADAS
En cuanto a la era digital y su incidencia en el cine, el portugués reflexiona: "No es más fácil ni más difícil. Los genios siempre serán genios. Los que no lo son, no se convertirán en uno por las nuevas tecnologías. El cine es otra cosa. El lenguaje cinematográfico sigue ahí".

Branco también siente que en la actualidad hay menos libertad para producir: "Los modelos de producción han cambiado mucho. Los riesgos no son permitidos. A veces, los que financian son instituciones muy burocráticas o cadenas de televisión que tienen formatos muy establecidos. Bueno, antes también éramos más inconscientes. Había más locura".

Una de las claves para persistir en esta profesión, añade él, es la reinvención constante: "Entiendo que vivimos períodos. Todo se va transformando".

Se le consulta, además, si tiene ganas de producir para la televisión. Él responde que no. Entonces se le pide su opinión sobre "Twin Peaks", la genial, esotérica e inclasificable serie del cineasta David Lynch. Branco afirma que se trata de "un caso excepcional": "Hablé mucho con Lynch al respecto. Él impone sus condiciones y tiene libertad total. No necesita de un productor. Es admirable".

Se le comenta que no importa si uno entiende nada de "Twin Peaks", pues lo que interesa es el efecto hipnótico de sus imágenes. Branco concuerda y sentencia: "Es una obra de arte".

MÁS INFORMACIÓN
Clase maestra con Paulo Branco
Fecha: 11 de agosto, 11 a.m.
Lugar: CCPUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro).
Ingreso: libre.

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