"The Post". Meryl Streep y Tom Hanks, protagonistas de una historia basada en hechos reales. (Foto: Difusión)
"The Post". Meryl Streep y Tom Hanks, protagonistas de una historia basada en hechos reales. (Foto: Difusión)
Sebastián Pimentel

En los últimos lustros, parece más activo y ambicioso que nunca. Los relatos de fantasía se combinan con cintas que, de alguna manera, recrean la historia de su país. Eso lo ha llevado desde la era fundacional de la guerra de Secesión con su muy interesante “Lincoln” (2012) hasta la Guerra Fría con la rutinaria “Puente de espías” (2015). Spielberg comienza a ver, sin miedo, el derrotero contemporáneo de su nación y examina los principios de una democracia que empieza a ser traicionada por sus últimos líderes políticos.

Esta vez, el cineasta más poderoso de Hollywood decide recrear el caso real del destape que hizo la prensa norteamericana, en 1971, al publicar unos papeles del Pentágono que cuentan la verdad detrás de Vietnam y otras importantes operaciones militares. La infiltración de documentos por parte de Daniel Ellsberg (Mathhew Rhys), analista de las Fueras Armadas, y luego por parte de periodistas de “The New York Times” y “The Washington Post”, era material ideal para un director que ve en la intriga, el suspenso y la aventura de riesgo la quintaesencia del cine como entretenimiento de masas.


Definitivamente, era muy difícil, a estas alturas, que Spielberg no domine los mecanismos narrativos que hacen de este un ameno thriller de periodismo político de indudable sofisticación visual. Tomas cenitales y encuadres abismales de la arquitectura abigarrada de Nueva York se combinan, en una edición precisa como un reloj, con planos que realzan el trabajo corporal de Tom Hanks como el enérgico Ben Bradlee, al mando de “The Washington Post”, y de Meryl Streep como Kay Graham, aristocrática heredera del diario y centro dramático y moral de la historia.

Entre las virtudes, por supuesto, está todo aquello que trasportará al espectador a otra época: la dirección artística, con profusa atención al detalle, y la fotografía de Janusz Kaminski, de abundantes contraluces y claroscuros, que aprovecha bien ese entorno urbano que, de una forma más siniestra y expresionista, plasmaron Alan J. Pakula y Gordon Willis en “Todos los hombres del presidente” (1976), cinta muy superior a la de Spielberg y que, sin duda, ha servido de modelo estético a “The Post”.

Pero lo que en “Todos los hombres del presidente”, que tocaba el caso Watergate, era sombra de muerte y elucubración donde uno se juega la vida, en la cinta de Spielberg es competencia entre dos gigantes del periodismo, espionaje a través de mensajeros camuflados, llamadas telefónicas histéricas y, por último, una recreación muy lírica de las antiguas imprentas. Spielberg es especialista en estos homenajes nostálgicos y cubre sus imágenes con una pátina amarilla y cierto halo vaporoso de ensueño.

No obstante, pese a esas virtudes, Spielberg cede a la tentación del didactismo, del discurso aleccionador puesto en boca de Bradlee y Graham. La crisis de conciencia de esta última, relacionada a su amistad con Robert McNamara (Bruce Greenwood), polémico hombre del Gobierno, está pauteada tan solo por un par de planos y desde una mirada ilustrativa, incapaz de penetrar en personajes algo acartonados. En ese sentido, “The Post” está varios peldaños debajo de la cinta de Pakula o de “Spotlight” (2015), incisivo filme sobre el histórico trabajo periodístico de “The Boston Globe”. Es obvio que, esta vez, la coyuntura favoreció mucho a este apreciable aunque algo epidérmico filme de Spielberg. Ello explica sus nominaciones al Óscar, sobre todo ahora que Donald Trump amedrenta a la prensa libre y la defensa de derechos de la mujer regresa con fuerza.

Título original: “The Post”.
Género: drama, biografía, historia.
País y año: EE.UU., 2017.
Director: Steven Spielberg.
Actores: Meryl Streep, Tom Hanks, Sarah Paulson.
Calificación: 2.5/5

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