¿"Joker", protagonizada por Joaquin Phoenix, debería tener una secuela? (Foto: IMDB)
¿"Joker", protagonizada por Joaquin Phoenix, debería tener una secuela? (Foto: IMDB)
Alexandra Ojeda Briceño

“De lo bueno, poco”, dice el dicho. Pero Hollywood, ante la posibilidad del lucro garantizado, se deja llevar por una primera entrega de resultados positivos en la taquilla. ¿El resultado? Un fracaso cuando el producto final resulta ser forzado y carente de sentido. Por eso, al revelarse la posibilidad de una secuela para la exitosa “”, hay quienes tienen dudas de si se trate de una buena idea.

Durante el rodaje de “”, deslizó la posibilidad de filmar la secuela. En entrevista con Los Angeles Times, el actor que se postula como favorito para los Oscar 2020 declaró que aquello fue conversado en un inicio con su director Todd Phillips. “Antes de su estreno o de que tuviéramos alguna idea de que sería exitoso, hablamos de secuelas. En la segunda o tercera semana de rodaje pensé, ‘Todd, ¿puedes comenzar a trabajar en una secuela? Hay demasiado para explorar’. Era una especie de broma, pero en realidad no”, aseguró.

Por su parte, Todd Phillips afirmó que, de realizarse una segunda parte, esta tendría que adoptar una temática específica y no solo seguir explotando al personaje. “No hemos hablado mucho sobre eso. Solo hemos hablado sobre el hecho de que si alguna vez hiciéramos la secuela, y no digo que lo hagamos porque en este momento no lo estamos haciendo, no podría ser solo esta película salvaje y loca sobre el ‘payaso príncipe del crimen’. Tendría que tener cierta resonancia temática de una manera similar a la que tiene la actual Joker”, sentenció.

Estos testimonios abren la puerta a opiniones divididas sobre la tentativa “Joker 2”, pues hacerlo implica grandes retrocesos a nivel de producción como darle una continuidad de guion al personaje de Arthur Fleck e imponer —de nuevo el drástico cambio físico de Phoenix. El pasado nos dice que, en las adaptaciones de cómics de superhéroes al cine, hay secuelas que merecen el olvido. A continuación, los casos más infames:

“SUPERMAN III” (1983) Y “SUPERMAN IV: EN BUSCA DE LA PAZ” (1987)

Si bien antes de “Superman” (1978) las adaptaciones de personajes de capas y poderes al cine ya habían ocurrido, fue la cinta de Richard Donner aquella que inauguró el género de superhéroes en la pantalla grande. Donner, a través de la figura de Christopher Reeve como protagonista, hizo de Clark Kent uno de los superhéroes más queridos de la cultura popular. “Superman” recaudó 300 millones de dólares, con el apoyo rotundo de la crítica; así que la segunda parte era inminente. Richard Lester tomó la posta de Donner en la dirección —quien ya había grabado casi el 70% de la cinta— y junto al elenco inicial, sorprendieron con una secuela que superó a su antecesora.

Sin embargo, Warner Bros. abusó de la buena racha de las dos primeras entregas y encargó una tercera a Lester nuevamente en 1983. Bajo la producción de Alexander e Ilya Salkind y el guion de David y Leslie Newman, “Superman III” enfocó su atención en un genio de la informática interpretado por el cómico Richard Pryor y un villano en la piel de Robert Vaughn que representaron poco o nada frente a los retos que el héroe ya había afrontado en los filmes anteriores. A pesar de la buena recaudación en taquilla, la crítica no se dejó convencer.

Tras el fracaso de “Superman III”, los Salkind vendieron los derechos del personaje para el cine a Menahem Golan y Yoran Globus —dueños de la productora Cannon Films—, quienes insistieron en una cuarta parte. Dirigida por Sidney J.Furie, “Superman IV: En busca de la paz” (1987) llegó en medio de serios problemas de producción. El presupuesto de 36 millones de dólares fue reducido a solo 17 y las consecuencias de tal decisión se hicieron evidentes.

“BATMAN FOREVER” (1995) Y “BATMAN & ROBIN” (1997)

Dirigidas por Joel Schumacher, “Batman Forever” y “Batman & Robin” llegaron a la pantalla grande luego de las exitosas cintas de Tim Burton protagonizadas por Michael Keaton. Pero, a pesar que Schumacher venía de convencer a la crítica con las cintas de terror “Los muchachos perdidos” (1987) y “Línea mortal” (1990), echó a perder sus incursiones en el cine de superhéroes.

En “Batman Forever” (1995) Val Kilmer interpretó al célebre Bruce Wayne; y Chris O’Donnell, a Robin. La película rindió buenas cifras en taquilla y obtuvo tres nominaciones al Oscar en 1996; todas ellas en valor al trabajo de postproducción (Mejor cinematografía, Mejor Sonido y Mejores efectos especiales), mas no a la trama ni al guion. De todas formas, Warner Bros. optó por una segunda parte.

Schumacher no supo aprovechar esta segunda oportunidad llamada “Batman & Robin” (1997). Val Kilmer no quiso ser Batman de nuevo y fue reemplazado por George Clooney, quien no estuvo a la altura del personaje. Por otro lado, Alicia Silverstone debutó en el cine de acción, y Arnold Schwarzenegger y Uma Thurman completaron el elenco como villanos de poca monta. No la respaldó la crítica ni la taquilla.

En 2017, Joel Schumacher reconoció en entrevista con Vice que sus películas decepcionaron al público. “Pido perdón. Quiero disculparme con todos los fans que quedaron decepcionados porque creo que se lo debo. Era como si hubiera asesinado a un bebé”. Dos años después, en conversación con el portal Vulture, fue más tajante y admitió que nunca debió realizar una secuela de Batman . “¿Saben lo que pienso? No debí hacer la secuela y es todo lo que se puede decir al respecto. Aprendí que las secuelas son hechas por una sola razón”, confesó.

“LOS CUATRO FANTÁSTICOS Y SILVER SURFER” (2007) Y “LOS 4 FANTÁSTICOS” (2015)

Tim Story alcanzó la fama en 2005 cuando dirigió la esperada adaptación al cine del cómic de Marvel “Los cuatro fantásticos”. La historieta de Stan Lee y Jack Kirby ya había inspirado una serie animada en 1967 y 1994. Sin embargo, era la primera vez que se estrenaría un ‘live-action’ (hubo una cinta en los 90, pero jamás se estrenó oficialmente y solo está disponible en piratería). Con Ioan Gruffudd, Jessica Alba, Chris Evans y Michael Chiklis en el elenco principal, la cinta no obtuvo un éxito rotundo pero tampoco era un fracaso. Esto generó falsas expectativas en Warner Bros., que quiso mejorar sus resultados produciendo una segunda parte en 2007.

Con “Los cuatro fantásticos y Silver Surfer”, Tim Story empeoró lo que ya estaba mal. La trama fue desvirtuada y terminó por desnaturalizar el carácter de los personajes originales; tal es así que, incluso, los personajes intercambiaron poderes en una intención de incluir toques cómicos a una historia que no lo necesitaba.

20th Century Fox no se rindió y, en el 2015, le encargó a Josh Trank una nueva secuela de “Los cuatro fantásticos”. Después de ocho años y buscando la diferencia, la cinta se estrenó con el nombre de “Fant4stic" y tuvo a Miles Teller, Kate Mara, Jamie Bell, Michael B. Jordan y Toby Kebbell como sus protagonistas. La cinta reinventó el origen de los héroes basándose en un nuevo guion que, según contó Trank tiempo después, tuvo muchas trabas en su camino. Además, reticencias de la productora generaron constantes ediciones y recortes de presupuesto que perjudicaron el producto final.

“THOR: UN MUNDO OSCURO” (2013)

A seis años de su estreno, la secuela de “Thor” aún es considerada una de las películas más débiles del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), a pesar de su recaudación de 644 millones de dólares a nivel mundial. Si bien fue reconocida por aportar más episodios de acción que su antecesora, no fue firme en proyectar las intenciones del personaje principal en la nueva lucha que lideraba frente al villano Malekith. Tal es así que Tom Hiddleston, en la piel de Loki, terminó por opacar ─con su característico sentido del humor─ a Chris Hemsworth como Thor en muchos pasajes de la película.

Así pues, considerando los antecedentes de Warner Bros., no es descabellado pensar que podría trabajar en una secuela de “Joker”. Ya sea con la dirección de Todd Phillips o no, la compañía no temería corromper la idea original con un nuevo equipo de producción. Eso sí, lucharía por mantener a Joaquin Phoenix a la cabeza, aunque le cueste convencerlo. De todos modos, correría el riesgo de salpicar de fracaso la aprobación que la película continúa acumulando; todo por ganar mayores ingresos y, quién sabe, unos aplausos de más.

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