Actualmente, Marín conduce “Yo soy”, programa en el que exagera su lado más dulce.

Cuando era niña y veía telenovelas en su casa, Maricarmen Marín se repetía a sí misma que quería ser parte de esas historias. Para ella, las lágrimas y desavenencias que se mostraban en la pantalla chica eran reales y sentía la necesidad de estar allí, abrazando y consolando a los personajes. Hoy en día, ella recuerda con nostalgia esa inocencia, aunque sigue creyendo que las vicisitudes que se mostraban en pantalla eran “historias que te pasaban en el día a día”.

Tal vez por ello los personajes que ha elegido interpretar en su carrera como actriz han estado cargados de evidentes referencias a su propia vida. En la pantalla chica, por ejemplo, interpretó a Fátima (“Las vírgenes de la cumbia”, 2006), que era, así como ella en Agua Bella y Bella Bella, cantante de un grupo de cumbia; Mona (“El profe”, 2007), cándida joven con ansias de salir de su barrio y cumplir sus sueños; o Natacha (“Yo no me llamo Natacha”, 2011), una empleada del hogar inocente y dadivosa, pero de armas tomar.

De igual forma en el cine. Ahí están las enamoradizas, coquetas y conservadoras Marlene (“Peloteros”, 2006) y Maricielo (“La peor de mis bodas”, 2016). Y a finales de este año se estrenará “Una Navidad en verano”, su cuarta película, en la que interpretará a Daniela. “Es una mujer que tiene a su cargo a cuatro niños que ha adoptado con amor desinteresado. Ella trata de darles alegrías y que vivan en un mundo mágico, pero a la mitad de la película surge algo terrible y tienen que solucionarlo como familia”, comenta Marín. El rodaje del filme terminó hace poco y aprovechamos para conversar con ella.

—¿Por qué crees que siempre eliges interpretar a personajes maternales e inocentes como Daniela?
Creo que porque en la vida real yo soy un poco como ellas. Además, me gustan los personajes que comunican cosas positivas y que se caracterizan por tener cierta sensibilidad.

—¿No te molesta que tu personalidad se confunda con la de los personajes y viceversa?
No, por el contrario, siento que se llegan a diferenciar.

—Tu papel en “Una Navidad en verano” parece perfecto para ti: cantas, bailas y actúas. ¿Es una coincidencia?
Estuve desde el inicio de la película y Ricardo [Morán, director del filme] pensó en mí al perfilar a Daniela. Por eso se mezcla todo lo que yo amo: la Navidad, la magia, la música, cantar y bailar. Tiene los ingredientes con los que cualquiera soñaría.

—¿Que Morán te haya tomado como referencia para el papel te ayudó a descubrir cosas nuevas sobre ti misma?
Sí, siento que él ha visto cosas en mí que yo misma no me había dado cuenta de que tenía, y las ha repotenciado. Eso ha hecho que disfrute mucho de interpretar a Daniela, y también me motivó a preguntarme más sobre ella, analizarla para poder descifrar qué es lo que piensa y por qué.

—¿No te molesta encasillarte al interpretar a personajes tan similares entre sí?
No.

— Sin embargo, ¿te interesaría hacer de antagonista?
Me encantaría tener un personaje que se aleje de todo lo que he hecho. Me encantaría actuar de la mala que calcula fríamente sus fechorías. Sería muy divertido, pero todavía no ha llegado a mis manos ese papel.

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