RICARDO BEDOYA FORNO

Cancún. Dos mundos separados. Uno que se maneja en el lujo y la opulencia y otro en la pobreza y la miseria, donde lo único que queda es sobrevivir. Así es el mundo del 2154 tal como lo imagina Elysium. Pero así también es el mundo hoy. Sin embargo, Matt Damon señala que Neil Blomkamp, director del filme (y recordado por otra cinta de ciencia ficción: Sector 9), no quiso hacer una película política. Él no estuvo motivado por eso. Temáticamente, la idea de tener y no tener resuena en la gente: es cómo una versión más drástica de lo que ya existe en el mundo hoy, comenta el actor a un selecto grupo de medios, entre ellos El Comercio.

Elysium es el paraíso. El lugar donde la gente no muere y vive bien. Esta colonia espacial está cercana a la Tierra, absolutamente devastada por guerras y años de sufrimiento. Pero Max Da Costa (Damon) está dispuesto a cambiar eso.

Para el actor, la ciencia ficción es un buen vehículo para tocar temas importantes hoy en día. Si haces una película entretenida, que la gente quiere ver, puedes explorar esos temas, comenta el actor. Recuerdo que con Neil hablaba de que si hacía Sector 9 sobre gente de Zimbabue viviendo en Sudáfrica, nadie la habría visto. Pero la hizo sobre aliens. Hay mucha gente que no hace la conexión social: simplemente la disfrutan. Y eso hace que la película funcione en varios niveles, añade.

CONTACTO EN PANTALLA Damon ha tenido un año movido: no solo ha trabajado en Elysium (por estrenarse aquí el 19 de setiembre), sino también en Behind the Candelabra, el esperado filme de Steven Soderbergh, producido por HBO, donde interpreta al amante de Liberace (Michael Douglas). El guion era hermoso. Si la situación fuera entre un hombre y una mujer, uno sentiría que es demasiado íntima. Pero nunca había visto en el cine ese nivel de intimidad entre dos hombres, por lo que definitivamente quería estar en ese proyecto, confiesa el actor.

Lo complicado para Michael y para mí –continúa el actor–, más que el hecho de besarnos, fue cómo hacer para estar en un cuarto con alguien con el que tienes una relación larga. Mi esposa y yo, cuando estamos juntos, sabemos que estamos conectados, y con Michael teníamos que crear eso.

Para Damon, el problema no fue tener que besar a un hombre en pantalla. Es raro sin importar la situación. Es raro cuando te besas con una mujer, señala. Tienes a un montón de gente en un cuarto, muy cerca de ti, y tienes que actuar algo que es íntimo y privado. Uno no puede saber cómo es besar a alguien, a menos que no haya nadie a tu alrededor. La gente vende lo de los besos, pero es tan antinatural como una película pornográfica. Por lo menos el porno admite lo que es: los actores saben que los están mirando. Nosotros tenemos que simular intimidad, complementa.

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