"La Paisana Jacinta: en búsqueda de Wasaberto" tiene en la dirección a Adolfo Aguilar. Está inspirada en el querido personaje de Jorge Benavides. (Foto: Difusión)
"La Paisana Jacinta: en búsqueda de Wasaberto" tiene en la dirección a Adolfo Aguilar. Está inspirada en el querido personaje de Jorge Benavides. (Foto: Difusión)
Juan Diego Rodríguez

Pese a la abundancia de chistes de doble sentido, esta es una paisana Jacinta suavizada para toda la familia. En esa accesibilidad, cada espectador tiene sus criterios para señalar si este personaje de Jorge Benavides es gracioso o no. Lo que es menos debatible es que se trata de una creación de pocos matices. En un 'sketch' televisivo, quizá este aspecto no sea tan descaradamente notorio por la duración de ese formato en la pantalla chica. En una película de cerca de 90 minutos, sin embargo, este semblante del personaje contribuye decididamente a que la historia sea insostenible.

Poco interesa si la paisana Jacinta encuentra a su pareja o que resuelva los problemas de un pueblo: es una protagonista que no evoluciona ni se transforma. El guion desatiende las nociones básicas de un relato. "La paisana Jacinta: en búsqueda de Wasaberto" está más cerca de un acopio forzado de varios episodios televisivos.

Así sea una caricatura, la paisana Jacinta debería evolucionar, más si en la película se plantea claramente un objetivo que pretende ser alcanzado por el personaje, así como más de un conflicto por ser resuelto. En la cinta la protagonista regresa a su pueblo natal para reencontrase después de muchos años con el amor de su vida, Wasaberto. Pero al llegar, la paisana descubre que él fue a buscarla a Lima. Y para empeorar la situación, la historia plantea que una empresa constructora se ha apropiado ilegalmente de los terrenos del pueblo.

—Una actriz destaca—
Sin embargo, una intérprete sobresale entre los actores de "La paisana Jacinta: en búsqueda de Wasaberto": hablamos de Haydée Cáceres. Además de su evidente talento, su personaje cuenta con una construcción y una serie de matices que brillan como un oasis en el desierto.

Los demás papeles son mucho más llanos. Job Mansilla y Carlos Vílchez encarnan a una pareja de fracasados pillos con voluntarismo. Ximena Hoyos interpreta a una dulce asistente contable que tiende a la exageración. Y así.

También llama la atención la manera como es presentado el pueblo de la cinta. Diera la impresión de que Chongomarca es un lugar muy humilde, pero, de repente, asoman en él un aeropuerto y una estación de tren. Desconciertan estas licencias de la ficción.

Contenido sugerido

Contenido GEC