La película Diana, en la que la actriz británica Naomi Watts encarna a la princesa de Gales durante sus dos últimos años de vida, cuando mantuvo un romance poco conocido con un cirujano de origen paquistaní, se presentó hoy en la alfombra roja de Londres rodeada de controversia.
El director alemán Oliver Hirschbiegel, que en 2004 narró los últimos días del dictador Adolf Hitler en Der Untergang (El hundimiento), mostró por primera vez al público una cinta basada en la investigación sobre la princesa de Gales que la británica Kate Snell publicó en el libro Diana: Her Last Love (Diana: su último amor).
La película ha dado que hablar en los medios británicos después de que Hasnat Khan, el cardiólogo con el que Diana mantuvo un romance poco antes del accidente mortal que sufrió en 1997, afirmara hace unos días, según el tabloide sensacionalista Daily Mail, que la historia está basada en chismes y rumores.
LA PRESENTACIÓN EN PÚBLICO Sobre la alfombra roja de la céntrica plaza de Leicester Square, rodeada de curiosos y espectadores en busca de un autógrafo de la actriz nominada al Óscar en 2004 y 2013, Watts admitió que es difícil predecir la reacción del público ante este particular retrato de Diana sobre el que la familia real británica no se ha pronunciado.
Estoy segura de que va a provocar opiniones encendidas, porque la gente la conocía, o creía que la conocía. La recuerdan muy bien, afirmó la británica, que aseguró que cualquier actriz querría encontrar un personaje como este, tan extraordinario.
El director del filme, que se estrenará en España en diciembre, subrayó por su parte que los detalles sobre la historia de amor entre Diana y Khan surgen de una investigación minuciosa que ha ido más allá de la biografía que Snell editó hace más de una década.
Está basada en el libro, pero nosotros profundizamos más. Hablé con mucha gente, con los que aparecen en el libro y con otros. Hay muchas personas que la conocieron y todo el mundo tiene algo que contar, explicó Hirschbiegel, que subrayó que su intención fue en todo momento alejarse de los rumores que consideraba infundados.
Es importante tener cuidado y ser responsable con aquello que te explican. Todos quieren contarte su historia. Si encuentras algo interesante, que quieres utilizar, tienes que seguir preguntando, buscar otras fuentes que puedan confirmarlo, describió el director alemán.
Las únicas escenas que dejan lugar a la ficción, según Hirschbiegel, son aquellas que describen momentos íntimos de la pareja en los que no pudo haber testigo alguno.
Así lo explicó también Stephen Jeffreys, autor del guión adaptado: Hay un punto en el que acaba el periodismo y comienza la poesía, por ponerlo de este modo, describió el británico, centrado hasta ahora en el trabajo teatral.
Según el relato que construyó Snell, Kahn conoció a la princesa de Gales en 1995, cuando él tenía 36 años y ella 34, en una visita de Diana al Royal Brompton Hosiptal de Londres, donde estaba ingresado el marido de una de sus amigas tras someterse a una operación cardíaca.
Tras un primer encuentro en el centro médico donde trabajaba el cirujano, ambos iniciaron un romance secreto, marcado por la presión de los paparazzi, en el que se citaban en lugares poco frecuentados para tratar de que su relación no saliera a la luz pública.
Diana se había separado de Carlos de Inglaterra en 1992, y aquella era la primera relación seria que mantenía tras la ruptura, mientras que él estuvo preocupado desde el primer momento por cómo afectaría a su carrera profesional ese noviazgo si su rostro comenzaba a acaparar las portadas de la prensa sensacionalista.
En una entrevista concedida más de una década después de la muerte de Diana, el médico londinense admitió que no conoció la relación que la princesa mantenía con Dodi al Fayed, que viajaba junto a ella cuando su coche se estrelló en París, hace 16 años, hasta que la historia apareció en los periódicos.