En la última entrega de la saga "Rambo" el exsoldado se enfrentará a los cárteles mexicanos. (Foto: AP/ Lionsgate)
En la última entrega de la saga "Rambo" el exsoldado se enfrentará a los cárteles mexicanos. (Foto: AP/ Lionsgate)

Con cuchillos, con balas, con flechas… con sus propias manos. Aunque su frialdad para matar es espeluznante, millones de espectadores en todo el mundo consideran a un héroe capaz de enfrentarse a cientos de villanos de países exóticos y acabar con todos sangrientamente desde hace casi 40 años. Pero no analicemos solo lo cinematográfico: los enemigos a los que se ha enfrentado su país no son siempre extras en una película taquillera.


Rambo: Last blod

Si tomamos en cuenta el número de bajas en cada filme, está claro que si John James Rambo fuera una persona real podría ser considerado el más eficaz liquidador de hostiles de la historia… o uno de los peores asesinos en serie. Todo depende del Trump o del Ronald Reagan con que se le mire. Porque tanto en 1982 –cuando se estrenó la primera película- como ahora, un personaje como él se hace vigente, representativo y hasta curiosamente necesario para el negocio del cine, sí, pero también para el de la guerra. Es bien sabido que aunque algunos lo consideran un arquetipo de héroe americano, para otros no es más que un vil instrumento de propaganda imperialista. De hecho hoy, los productores de la saga que ha recaudado más de 700 millones de dólares con sus cuatro películas anteriores, están convencidos de que "" será la más taquillera de todas: esperan más de 25 millones de dólares solo el primer fin de semana.

-A su manera-
"Con la bandera en su casaca y la pinta que tiene, va a tener problemas aquí, amigo"

El sheriff Teasle comienza su día en la fría pero apacible localidad montañosa de Hope, donde todos parecen conocerse, y se dirige con esas palabras al extraño de cabello largo e imagen 'hipposa' que ve cruzar su pueblo a pie. Al principio, los espectadores pensamos que es una frase amable, que busca prevenirlo porque allí alguien diferente podría ser también alguien vulnerable. Pero a los pocos segundos será fácil notar que el policía habla, en realidad, desde su propio prejuicio: el del conservadurismo norteamericano ante el forastero, hoy discurso de su derecha más reaccionaria. "No queremos gente como usted en el pueblo. Vagabundos. Antes de darse uno cuenta, hay un montón de tipos iguales", le dice el sheriff al condecorado ex boina verde John Rambo. Y, segundos después, le lanza un "consejo de amigo": "Córtese el pelo y lávese. Se evitará problemas". A pesar de que lo lleva en su patrulla a las afueras del pueblo, al verlo volver, lo arresta. Sus compañeros no serán más benévolos: notan que es un exsoldado, pero igual lo maltratan y humillan, lo que le recuerda las torturas que sufrió cuando estuvo en Vietnam.

A pesar de que la mayoría recuerda solo las famosas escenas de acción, que incluyen persecuciones, golpes, disparos y muchas explosiones, lo cierto es que el momento antes descrito es el verdadero desencadenante de la reacción violenta del ex soldado en la primera película de la saga, la madre de todas sus guerras.
Cuando Vietnam aún era un recuerdo fresco y las fogatas pacifistas arrojaban sus últimos humos, la sociedad norteamericana ignoró o despreció a muchos de los excombatientes que pudieron volver a casa. En ese contexto, en 1972, David Morrell publicó su novela "First Blood". Sin embargo, para octubre de 1982, fecha del estreno del filme, la situación había cambiado. "Rambo es un símbolo del ejército de Estados Unidos", llegó a decir sobre él el entonces presidente Ronald Reagan, en una época en la que ya se buscaba reivindicar el carácter heroico de los veteranos de guerra. Ironías del destino: quienes podrían haber despreciado al Rambo persona, honraban al Rambo personaje. A pesar del tratamiento posterior de las películas y de que el libro lo mostraba más violento, el Rambo original de Morrell aparentaba ser más bien un hippie tímido y desconfiado, un outsider decepcionado de todo que un día dijo: "Hay que hacer la guerra, no el amor".

-¿Evoluciona Rambo?-
Si bien es cierto que el primer filme tuvo críticas divididas, fue reivindicado con el paso del tiempo. Pero secuelas como "Rambo II" (1985) o "Rambo III" (1988) solo reforzaron la imagen del personaje como un hombre heroico, pero violento, que parecía no superar las secuelas sicológicas de Vietnam y que termina involucrándose, por una u otra razón, en diversos conflictos, que incluyeron una alianza –posteriormente considerada polémica, por razones ampliamente conocidas- con los talibanes afganos contra los soviéticos. Quizás para el público común era solo un entretenido héroe de acción, pero para los más chauvinistas era el prototipo de soldado americano, un John Wayne posmoderno, capaz de liderar la supremacía del hombre yanqui en cualquier rincón del mundo. Aunque siguiera sin confiar ni un poquito en el gobierno.

La cuarta película, conocida como "John Rambo" (2008), producida, escrita y dirigida por el mismo Stallone –que también había metido mano en los guiones de las tres precedentes-, volvió a dividir a la crítica en cuanto a su calidad cinematográfica. "Advertencia: entre tanta violencia se deja ver alguna que otra vez una película, pero sólo de forma intermitente. Por lo general, es todo violencia.", llegó a escribir sobre ella Mick LaSalle, crítico del San Francisco Chronicle. Sin embargo, en foros y redes sociales los fans aseguran que se le devolvió dignidad al personaje, al hacer que se confronte con sus actos violentos y reflexione seriamente sobre lo que ha sido su vida hasta entonces. Obviamente, todo entre fuego, sangre a chorros y suficiente dolor y violencia como para ser consecuentes con el personaje, a pesar de todo.

La quinta entrega, que llega el 19 de setiembre tras más de 10 años de silencio, enfrenta al ya septuagenario héroe de acción con el poder de los cárteles mexicanos y sus redes de traficantes de personas. Una vez más, un hecho real es incluido en la trama y usado como vehículo para que John Rambo haga un generoso despliegue de testosterona y habilidades de combate, a pesar de que al principio del filme parezca más un "Marlboro Man" que un soldado. "'Rambo 5' no es una declaración sobre la relación entre EE.UU. y México", ha tenido que decir Stallone ante las primeras críticas. Reforzado, confesó que quiere hacer una precuela.

"Yo soy casi un ateo político. Rambo nunca fue, de ninguna manera, una declaración política –ha dicho el actor-. Pero se convirtió en una… y yo no creo ser lo suficientemente inteligente para planearlo (…) Pero, Dios mío, una vez Reagan dijo: 'Vi Rambo, ¡y él es republicano!' (…) Rambo representa la parte oscura del ser humano. Rocky es justo lo contrario." ¿Se imaginan a ambos juntos en The Expendables 4?

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