ÓSCAR BERMEO OCAÑA

Volver a trabajar en nuestro país siempre fue una opción para Ricardo Blume. Solo era cuestión de esperar la oportunidad adecuada. El experimentado actor, residente en México, aguardó con paciencia el proyecto:https://elcomercio.pe/espectaculos/1515119/noticia-ricardo-blume-regresa-al-peru-protagonizar-peliculaviejos-amigos que marcara el regreso al mercado laboral de su tierra.

Fue el año pasado, cuando se dieron los primeros pasos. El joven realizador Fernando Villarán lo contactó para un filme especial. Lo que le propuso, más que un contrato laboral, sonó a un reencuentro de amigos.

Me encantó el guion que me presentó Fernando. Me atrajo el hecho de volver a trabajar en el Perú, y muy importante hacerlo al lado de Carlos Gassols y Enrique Victoria, viejos amigos y colegas a quienes quiero y respeto, comenta.

A principios de enero, Blume retornó al país para completar el trío de primerísimos actores que protagonizan Viejos amigos, una cinta donde los valores fraternos trascienden las barreras del tiempo. En la ficción interpreta a Balo Arrieta, un chalaco octogenario, alegre, jaranero y leal con los amigos. Pero sobre todo, hincha acérrimo del Sport Boys. Aunque, en verdad, yo soy del Cristal; bueno, fui del Sporting Tabaco, acota Blume.

Con la intención de volver a transitar por las calles y lugares que frecuentaron en su juventud, Balo, Domingo (Gassols) y Ricardo (Victoria) deciden robar las cenizas de Enrique, su compañero ya fallecido. Así, emprenden una aventura, cuasi adolescente, a bordo de un viejo Dodge.

La semana pasada culminó el rodaje:https://elcomercio.pe/espectaculos/1515119/noticia-ricardo-blume-regresa-al-peru-protagonizar-peliculaviejos-amigos. En estos días, Blume cumple con algunos compromisos familiares antes de volver a México, país donde radica hace varias décadas. Por el momento, la posibilidad de residir en Lima suena lejana, pero el actor está contento con esta experiencia, la cual lo conectó nuevamente con el Perú. Fui absolutamente feliz en los 26 días de filmación, trabajando en mi tierra y con mis amigos, confiesa.

El filme es una entrañable historia de amistad. ¿Cómo se sintió al volver a compartir roles con sus colegas Enrique Victoria y Carlos Gassols? En realidad, yo había trabajado muy poco con Carlos y prácticamente nada con Enrique. La pasé muy bien, muy a gusto, me divertí como enano encarnando a uno de estos tres viejos amigos entrañables.

Alguna vez manifestó que le gusta trabajar con directores jóvenes. ¿Cuáles son las ventajas de ello? Un director joven te toca cuerdas interiores que no siempre pulsas. En ese sentido enriquece tu trabajo. El joven director tira para adelante, arriesga, porque no tiene nada que perder, y el viejo actor va soltando los frenos de su inseguridad y se lanza a la piscina sin reparos. Ojo, se sobrentiende que estamos hablando de un joven director bien preparado.

Próximo a cumplir 80 años, ¿siente que ya consiguió todo en lo actoral? He conseguido sobrevivir 60 años de actor y no morir en el intento. Cuando sienta que ya conseguí todo, leerán mi defunción en El Comercio.

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