RODRIGO BEDOYA FORNO

Sobre la industria farmacéutica siempre existirá un halo de duda: ¿hasta dónde es capaz esta gigantesca maquinaria empresarial, que mueve millones de dólares todos los años, en su intención de seguir teniendo más ganancias? ¿Puede llegar incluso a jugar con la vida de las personas? Eso es lo que se plantea “Terapia de riesgo”, cinta que se estrena el jueves 30 de mayo, y que puede marcar la última película como director de Steven Soderbergh para cine.

¿Cómo así? Pues el director ya lo había anunciado hace unos años: quería dejar de lado el cine para dedicarse a otros artes, como la literatura y la pintura. “Voy a hacer una pausa [del cine], pero no puedo decir cuánto tiempo va a durar. No puedo decir que este es el último filme que realizo”, dijo Soderbergh hace unos días en el Festival de Cannes tras presentar “Behind the Candelabra”, cinta sobre el cantante Liberace producida por HBO. La cinta solo se estrenará por televisión en EE.UU., por lo que es muy probable que lo último que veamos de Soderberg en una pantalla grande (por lo menos aquí) sea “Terapia de riesgo”, en la que se reúne con varios de los actores que han trabajado en sus últimas películas, como Jude Law , Catherine Zeta-Jones y su nuevo actor fetiche, Channing Tatum .

MEDICINAS MORTALES Emily (Rooney Mara) está emocionada. Su esposo (Martin) está a punto de salir de la cárcel. Pero no puede pelear contra algo: una severa depresión crónica que la ha llevado a intentar suicidarse más de una vez. Ante estos hechos, la pareja decide consultar al reconocido especialista Jonathan Banks (Law), quien consultará con la Dra. Siebert (Zeta-Jones), la antigua psiquiatra de la mujer. Esta le recomienda al doctor recetarle Ablixa, un nuevo medicamento que ha resultado efectivo, pero cuyos efectos colaterales resultan aún inciertos. Todo parece ir bien al principio: Emily solo presenta casos esporádicos de sonambulismo. Hasta que una tragedia, derivada de los efectos de la medicina, ocurre. Una tragedia que pondrá a todos los involucrados al borde de la corniza.

Soderbergh es un cineasta interesado en temas sociales, así lo demuestran cintas como “Erin Brockovich” (donde transformó a la chica linda Julia Roberts en una aguerrida defensora de gente contaminada por el agua de una empresa), “Tráfico” y la reciente “Contagio”, donde toca el tema de las pandemias y el miedo que desatan. Pero lo interesante es que Soderbergh, como buen cineasta que es, sabe cómo tocar los temas importantes, dejando un espacio siempre para la tensión, para un contacto más directo con el público. Algunas de las películas del cineasta se enclavan dentro de un cine de género comprometido, lo que resulta interesante analizar.

Es más, hasta el mismo Soderbergh señala que lo que quiso hacer en esta cinta es divertirse, como lo cuenta en una entrevista al portal Indiewire. “Cuando estaba haciendo la película sobre Liberace, estaba más con el ánimo de mirarlo todo y decir: ‘esta será la última vez que hago tal cosa’. Pero eso no ocurrió en esta película”, comenta.

CINTAS CERCANAS El cineasta considera que “Terapia de riesgo” es como una prima hermana de “Contagio”. “Creo que la gran idea de Scott [Z. Burns, el guionista] es que usa la psicofarmacología de la misma manera que un ‘film noir’ puede ser un seguro de vida en su trama. Lo convierte en el caballo de Troya para esconder ahí un thriller”, comenta el cineasta. “Él es muy bueno en eso, en identificar ideas pegajosas y después mezclarlas con otras cosas que las hacen más fuertes, que no las hacen totalmente desechables al momento de salir de la sala. Este proyecto no fue visto como un intento para exponer el negocio, pero es divertido que esté anclado en una realidad. El thriller se vuelve más interesante cuando uno sale del cine diciendo que uno conoce a alguien que está metido en ese negocio”, complementa.

DE LARGO ALIENTO Soderbergh estuvo comprometido con el proyecto desde hace unos cuatro años, cuando Burns le comenzó a enviar unos primeros borradores del guion. “Cuando el proyecto en el que estaba trabajando se cayó en noviembre del 2011, llamé a Scott y le dije que quería que trabajáramos juntos en abril”, le dice el cineasta a Indiewire. “Le pregunté si consideraría que yo dirija el proyecto. Él tiene varios guiones que está preparando y que va a dirigir en el futuro. Y creo que pensó: ‘si tengo varios relojes, pues simplemente escogeré otro’. Y estoy muy contento que así haya sido porque la pasamos muy bien haciendo la película”, puntualiza.

Pero la producción no estuvo exenta de varios problemas. Por ejemplo, que toda la financiación se cayera a tan solo tres meses y medio de comenzar la filmación. Eso hizo que Blake Lively, quien iba a hacer de la protagonista, se saliera del proyecto. “Estábamos trastabillando. Y conocía a Rooney a través de David [Fincher]. Fue una cosa bien complicada. Había mucha gente trabajando intensamente durante 72 horas con un montón de humo y polvo, y cuando todo se arregló en los siguientes tres o cuatro días, teníamos otro financiamiento y otra actriz”, señala.

LA ÚLTIMA EXPERIENCIA La última experiencia de Soderbergh en la dirección (por el momento) no pasará por una sala de cine: Behind the Candelabra, sobre la vida de Liberace, ha sido producida por HBO, que la estrenará muy pronto en la pantalla de TV. La película tuvo serios problemas para encontrar presupuesto. “Y eso fue lo bueno de trabajar con HBO: la absoluta falta de ansiedad sobre lo que el proyecto era. Todo lo que era un problema para otra gente sobre la película era un plus para ellos. Fue bueno que nos dejaran hacer lo que de todas maneras íbamos a hacer, pero nos dejaron claro que no estaban interesados en ponerse en nuestro camino”, apunta en la entrevista.

Con Behind the Candelabra, Steven Soderbergh le dice adiós al cine. Pero “Terapia de riesgo” comienza la despedida. Y lo hace a su estilo: con un thriller de leve elegancia, con esas imágenes que el cineasta sabe crear, que parecen susurrar pero que en realidad están hablando directamente sobre una realidad. Una realidad que nos parece lejana, pero que está increíblemente cerca. Más cerca de lo que uno cree.