Baldoceda posa con parte de su trabajo y el retrato de su hermano Juan, inspiración directa de su clásico personaje Teodosio.
Baldoceda posa con parte de su trabajo y el retrato de su hermano Juan, inspiración directa de su clásico personaje Teodosio.
Enrique Planas

El Quinto Encuentro de Narradores Gráficos, que se desarrolla desde el jueves 12 de setiembre hasta el sábado 14 de setiembre en la , es el único espacio abierto este año para revalorar la historia del cómic rojiblanco. Una tradición que empezó en el 2008, cuando se fijó el 12 de setiembre (recordando la fecha de publicación de la tira cómica “Sampietri” en el diario “Última Hora”, allá por 1952), para celebrar el Día de la Historieta Peruana.


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Sensual viñeta de “Pichanguita”, historieta que Baldoceda publicaba en los años setenta en “Correo”.
Sensual viñeta de “Pichanguita”, historieta que Baldoceda publicaba en los años setenta en “Correo”.

“Nuestro país tiene una tradición de narración gráfica muy amplia e interesante, que abarca desde los dibujos de Guaman Poma, los mates burilados y las tablas de Sarhua. El acto de contar historias desde nuestra tradición oral y nuestra pictografía tiene innumerables años. Pero el ‘boom’ de la historieta nacional empieza en los años sesenta. Esta historia debería ser siempre tomada en cuenta”, señala Rony Puchuri, coordinador de este encuentro.

En los ochenta, Baldoceda publica con el Centro Naval del Perú “Miguel Grau”, en homenaje al centenario del Combate de Angamos.
En los ochenta, Baldoceda publica con el Centro Naval del Perú “Miguel Grau”, en homenaje al centenario del Combate de Angamos.

—Al maestro con cariño—
Así, pensar en la historia de los pioneros de la narración gráfica en el país implica recordar el legado de Luis Baldoceda Egoavil (Lima, 1941). Los mayores destacan de su amplia producción su personaje Teodosio, héroe campesino provisto de una descomunal fuerza, cuyas aventuras fueron publicadas entre 1974 y 1980 en las páginas del diario “La Tercera”. Una generación siguiente recuerda su ambiciosa “Miguel Grau”, ‘comic book’ publicado en 1980 por el Centro Naval del Perú. Una historieta de 80 páginas que le permitió a miles de escolares descubrir la gesta del héroe de Angamos, así como transitar por la compleja y contradictoria historia del siglo XIX peruano.

El programa, además del homenaje al maestro Baldoceda, incluye conferencias, presentaciones, talleres y ferias.
El programa, además del homenaje al maestro Baldoceda, incluye conferencias, presentaciones, talleres y ferias.

Baldoceda trabajaba entonces en “El Monitor”, revista oficial del Centro Naval. Los directivos de la institución habían leído sus trabajos anteriores y le propusieron trabajar en el proyecto dedicado al Caballero de los Mares, adaptando al lenguaje de la viñeta una copiosa investigación histórica. Hablando de Miguel Grau, vale la pena preguntarle al viejo maestro cuán heroico ha resultado para él dedicarse a la historieta en un medio tan difícil como el local. “Dibujo desde que era niño, es una vocación temprana. En el colegio se me daba por hacer historietas con los rostros de mis compañeros. Y luego las alquilaba por 20 centavos!”, recuerda.

Por entonces, consumía vorazmente cualquier título de historieta, desde el “Superman” de Siegel y Shuster hasta los chistes de Disney publicados por la editorial mexicana Novaro. Pero lo que le fascinaba especialmente era el trabajo de autores como Alex Raymond o Harold Foster, los creadores de “Flash Gordon” y “El príncipe valiente” respectivamente. Ingresó a la academia de dibujo Adelina Concha (alma máter de otros maestros como Javier Flórez del Águila o Roberto Castro) e ingresó a San Marcos para seguir Derecho. Sin embargo, el dibujo fue su opción elegida para ganarse la vida.

—Llega Teodosio—
A inicios de los años setenta, Lima aún era una ciudad cruel para el migrante andino. Él podía verlo a diario en las calles de Barrios Altos, donde ha vivido toda su vida: la burla, los chistes racistas, las humillaciones.

“Mi padre era oriundo de Tarma y mi madre de Oxapampa. Cuando salíamos de Lima, pasaba buenos momentos con mis familiares, desde bailar en las fiestas hasta escuchar de noche historias de aparecidos. Y pensé que todo ello debía plasmarlo con un personaje que enseñara cómo son realmente los peruanos del Ande. Quería mostrar su dignidad”, dice.

Entonces dibujó sus primeras planchas y las llevó a “La Crónica”. Heduardo, colega caricaturista y su amigo de juventud, le presentó a Guillermo Thorndike, entonces su director. Él vio su trabajo y decidió publicarlo.

Teodosio, hombre andino con superfuerza y gran corazón, podría ser el primo hermano del Súper Cholo dibujado por Víctor Honigman con guion de Francisco Miró Quesada C. En los años 60, él leía sus historietas en El Comercio, y siempre quiso conocer a Honigman, pero no coincidieron. Al crear su personaje en 1974, Baldoceda se sumó a la corriente de reivindicación campesina e indígena impulsada en el gobierno militar.

Actualmente, la idea de reeditar las aventuras de Teodosio es un proyecto que acarician el propio autor y un grupo de especialistas y militantes del cómic local. Una empresa difícil, pues “La Crónica” nunca le devolvió los originales, y la colección que conserva el autor se basa en fotocopias. “Cuando estudiaba Derecho, aprendí lo que eran los derechos de autor. Eso lo debí haber sabido antes, cuando recién dibujaba al personaje. El diario no me quería dar los originales, pues decía que ya me había pagado por ellos”, se lamenta el artista.

—Se llamaba Juan—
Es al final de la conversación cuando don Luis me revela su gran secreto: “Para dibujar a Teodosio me basé en mi hermano Juan”. Aunque era su hermano menor, llegó a superarlo en talla mientras estudiaban juntos en el colegio estatal Ramón Espinoza. “Con su tamaño intimidaba a los bravucones. Él cuidaba que no se cometieran abusos con las criaturas”, recuerda.

Una vez, recuerda el maestro, su hermano defendió a un niño gitano, y su madre, en agradecimiento, lo invitó a almorzar. Antes de despedirse, la mujer se ofreció a leerle las líneas de su mano. “Vas a tener una vida cómoda y vas a viajar mucho. Pero hay algo malo: vas a morir joven”, le dijo.

“Efectivamente, a mi hermano le fue muy bien. Trabajó como funcionario de un banco, y viajó mucho representando a la empresa. Pero murió a los 62 años. Siempre lo admiré, por ello creí que podía convertirlo en uno de mis personajes”, añade.

Por cierto, pasó mucho tiempo antes de que Juan se enterara de que había servido de modelo en una de las historietas más entrañables del país. “Nunca se lo dije”, nos confiesa Baldoceda. “Cuando se enteró, solo le quedó reírse”, añade.

-El Quinto encuentro de narradores gráficos-
Este año, el auditorio de la Casa de la Literatura (Jr. Áncash 207, Lima) albergará la más importante actividad vinculada al Día de la Historieta Peruana. El programa, además del homenaje al maestro Baldoceda, incluye conferencias, presentaciones, talleres y feria de historietas, fanzines y trabajos de historietistas e ilustradores.

Portada de "El convoy"
Portada de "El convoy"

Jueves 12
5 p.m. Charla: “Narrativa gráfica y caricatura: puntos de encuentro”, a cargo de Nuzco y Uri Fink. Auspicia: Embajada de Israel.
6 p.m. Mesa 1: “La relación entre la narrativa gráfica, las artes plásticas y la tradición popular”, a cargo de Valeriana Evanan, Miguel Det y Jorge Pérez Ruibal.
7 p.m. Mesa 2: “Investigaciones sobre la literatura gráfica, novela gráfica, historieta o viñetas de humor político en el Perú”, a cargo de Christabel Roca Rey y Evelyn Núñez.

Viernes 13
5 p.m. Presentación de la novela gráfica: “El Convoy” de Eduardo Romero
(Editorial Forjadestino).
6 p.m. Mesa 3: “Revistas y fanzines en el siglo XXI, la autogestión”, a cargo de David Galliquio, Michelle Paredes y Javier Peralta.
7 p.m. Mesa 4: “Nuevas tendencias en la narrativa gráfica”, a cargo de Ana Paula Machuca, Eduardo Yaguas y Christian Rosado.

Sábado 14
5 p.m. Mesa 5: “Héroes y antihéroes en la narrativa gráfica”, a cargo de Carlos Castellanos, Luis Morocho y Leila Arenas.
6 p.m. Mesa 6: “Teodosio, homenaje a la obra de Luis Baldoceda”, a cargo de Melvin Ledgard, Javier Flórez y el autor. Modera: Javier Prado.

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