Hello Kitty se alista para  celebrar sus 40 años de vida
Hello Kitty se alista para celebrar sus 40 años de vida
Redacción EC

ENRIQUE PLANAS

Lo kawaii es un término japonés que manifiesta la admiración por la belleza y la ternura. Es la exclamación de la alegría admirativa y el deseo espontáneo. Es decir a la vez: “Mira qué lindo” y “¡Lo quiero!”.  Un término que empezó a utilizarse entre las niñas japonesas en la década del sesenta, y que luego fue extendiéndose a mujeres jóvenes, luego a los muchachos y lentamente a todos los consumidores conmovidos por un diseño que los devolviera al paraíso perdido de su niñez.

Quizá no haya mayor ícono de lo kawaii que . La gata blanca de enorme cabeza creada en 1974 por la compañía japonesa Sanrio se convirtió casi de inmediato en un verdadero ícono popular. Aquella gatita sin gestos ni marcas empezó a imprimirse en los más diversos productos para niñas, quienes la adoptaron como su mascota.

Sin embargo, ya en 1977 el encanto del felino minimalista empezó a dar signos de agotamiento. Su rígida postura no daba mucha chance a recambios en su diseño: el personaje aparecía siempre de frente, con las piernas de lado, perfilado con gruesas líneas negras.

Al borde de la quiebra a comienzos de 1980, Sanrio decidió reinventar al personaje con una estrategia inédita: contrató como asesoras de rediseño a las mismas niñas que formaban su principal clientela. Las jóvenes consumidoras lo tenían claro: demandaron eliminar las líneas gruesas del trazo, con lo que lograron suavizar su aspecto. También recomendaron replantear su postura para hacerla más versátil y añadirle como compañero un osito de peluche, igualmente inexpresivo. "Al no tener ninguna expresión particular, Hello Kitty puede acompañarte en todo estado de ánimo, estés feliz o triste”, señala la publicista de la empresa Sanrio en Taiwán, Claire Huang.

Aquella fue una estrategia brillante: Hello Kitty reeditó su primer éxito, diversificó la imagen del personaje (se ofrecieron versiones más maduras, en tonos blanco y negro), y lograron mantener la fidelidad de niñas y mujeres adultas.

Con aquel producto, por primera vez, aquel fenómeno cultural llamado kawaii demostró su irresistible atractivo comercial. A partir de los años ochenta, Sanrio no ha perdido el tiempo con la producción de juguetes, lápices, ropa, mantas, aparatos electrónicos e inclusive automóviles que siguen las pautas de diseño inspiradas en la ternura infantil. Cuarenta años después, el fenómeno kawaii puede reconocerse allende Japón: todo producto debe ser encantador para ser vendido.

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