Imagen del corto animado escrito y producido por Kobe Bryant
Imagen del corto animado escrito y producido por Kobe Bryant
Daniel Goya

El rol cultural que cumplen los deportistas de élite en nuestros días es el mismo que tenían los personajes mitológicos. No en vano a algunos atletas se les atribuyen, entre broma y admiración, cualidades sobrenaturales. A Carl Lewis se le llamaba ‘Hijo del Viento’, de Michael Jordan se decía que desafiaba la gravedad. Incluso, en el ámbito local, existía la leyenda de que Héctor Chumpitaz saltaba y, mientras estaba en el aire, volvía a impulsarse para contrarrestar su baja estatura.

“El deporte es un entorno de competencia simbólica que en sociedades modernas ha venido a reemplazar –o tiene el mismo valor funcional– a los rituales de consagración que tenían las sociedades tradicionales, aquellas donde las divinidades ‘convivían’ con los seres humanos”, afirma el antropólogo Raúl Castro, máster en Comunicación, Cultura y Sociedad en Goldsmiths de la University of London, y director de la carrera de Comunicación de la Universidad Científica del Sur.

Castro también comenta que los récords que llegan a alcanzar los deportistas son la prueba de la marcada diferencia que hay entre un atleta de élite y el resto de personas. “Los deportistas se vuelven semidioses en la medida que es primo entre pares. Y cuando esa figura se vuelve un fenómeno se le empiezan a atribuir características heroicas. Su imagen es reverenciada, adorada. Simbólicamente, hay una proyección de las personas hacia el héroe. Y cada vez que este héroe consigue nuevos récords lo hace en nombre de su comunidad afectiva, de sus seguidores”, explica Castro.

“F-27”, cinta del 2014, cuenta la historia del Fokker caído en 1987, con el plantel de Alianza Lima.
“F-27”, cinta del 2014, cuenta la historia del Fokker caído en 1987, con el plantel de Alianza Lima.

—Semidiós o humano—

El reciente fallecimiento del exbasquetbolista Kobe Bryant en un accidente aéreo no solo provocó muestras de dolor y lamento en todo el mundo, sino que también abrió el baúl de los recuerdos de aquellos deportistas que perdieron la vida muy pronto. El piloto Ayrton Senna, gran campeón de Fórmula Uno, falleció durante una competición cuando se encontraba en el pináculo de su carrera. Eso fue en 1994. Más reciente es el caso de todo el equipo de fútbol Chapecoense, un club brasileño muy pequeño y modesto que logró con gran esfuerzo llegar hasta la final de la Copa Sudamericana. El avión que lo llevaba a Colombia a disputar el encuentro se estrelló el 2016.

“La muerte prematura es muy impactante en las sociedades occidentales, sobre todo con herencia grecolatina. Venimos de un pensamiento helénico, judeocristiano, y es una constante cultural pensar que cuando fallece alguien prematuramente es el sacrifico de alguien que pudo no desarrollarse más por una fatalidad del destino. Es el centro de la narrativa de los dramas griegos, como la muerte de Héctor en la “Ilíada”, apunta Castro.

“F-27”, cinta del 2014, cuenta la historia del Fokker caído en 1987, con el plantel de Alianza Lima.
“F-27”, cinta del 2014, cuenta la historia del Fokker caído en 1987, con el plantel de Alianza Lima.

Incluso, de acuerdo con el especialista, esta estructura narrativa está tan presente en las personas que, cuando se produce la muerte de un ídolo deportivo, el impacto es tan grande que se terminan por invisibilizar sus pecados. Prueba de esto es que el “Washington Post” decidió apartar de su redacción a una periodista que recordó en Twitter que Bryant fue acusado de violación. Las pruebas eran contundentes: la sangre del deportista en la ropa de la chica, heridas de estrangulamiento en el cuello de esta, un video que la muestra huyendo de la habitación de Bryant, y ADN del basquetbolista en la vagina de la víctima. Todo eso pasa al olvido cuando se trata de la muerte de un ídolo deportivo.

—Ficciones y documentales —

Procesar de manera colectiva la muerte de un ídolo demanda nuevos rituales hoy en día. La primera evidencia es que todo héroe del deporte parece merecer una película o un documental. Sucedió en el caso del piloto Ayrton Senna, del equipo brasileño Chapecoense y de los 16 miembros del club Alianza Lima que en 1987 fallecieron cuando el avión que los traía a Lima desde Pucallpa se precipitó en el mar de Ventanilla.

La muerte de Kobe Bryant no es la ausencia de un deportista. Es el adiós de una figura cuya vida encarnó fielmente la estructura narrativa de la que hablaba Joseph Campbell en el libro “El héroe de las mil caras”. De allí que los medios y las personas se ocupen tanto de él.

En 2010, Asif Kapadia dirigió el documental “Senna”, que repasa la carrera del piloto Ayrton Senna.
En 2010, Asif Kapadia dirigió el documental “Senna”, que repasa la carrera del piloto Ayrton Senna.

—Casos peruanos —

Tal vez el caso más recordado de una tragedia que enlutó el deporte en el Perú sucedió el 8 de diciembre de 1987, cuando una aeronave de la Marina de Guerra del Perú se precipitó al mar de Ventanilla. Ese día murieron 43 personas, 16 de ellas integrantes del equipo de fútbol del club Alianza Lima, que regresaba de jugar un partido en Pucallpa. No obstante, hay otro accidente de otro equipo peruano que entristeció las tribunas. El 5 de julio de 1953 el equipo del Juan Aurich de Chiclayo regresaba de jugar un partido en Trujillo cuando el ómnibus que lo trasladaba fue embestido por un ferrocarril. Entre jugadores, miembros del equipo técnico, familiares y dirigentes un total de 23 personas.

También ha quedado en el imaginario colectivo el accidente automovilístico que le costó la vida al joven futbolista Sandro Baylón durante el primer día del año 2000. Baylón conducía su auto por la Costa verde cuando perdió el control y se estrelló contra un muro y luego contra un poste de alumbrado público. Hasta el día de hoy ese poste es un lugar donde los hinchas del futbolista llegan para dejarle mensajes, flores y banderas.

El 1 de enero del 2000 una noticia entristeció no solo al mundo del fútbol peruano. La muerte de Sandro Baylón golpeó al país tras la celebración de Año Nuevo. (Ilustración: Giovanni Tazza)
El 1 de enero del 2000 una noticia entristeció no solo al mundo del fútbol peruano. La muerte de Sandro Baylón golpeó al país tras la celebración de Año Nuevo. (Ilustración: Giovanni Tazza)
1 DE ENERO DE 2000
EL AUTO DEL FUTBOLISTA DE ALIANZA LIMA SANDRO BAYLON, LUEGO DE ACCIDENTARSE EN EL SECTOR DE MAGDALENA DE LA COSTA VERDE. BAYLON, DE 22 ANOS, MURIO A CONSECUENCIA DEL ACCIDENTE.
FOTO: GUSTAVO SANCHEZ / EL COMERCIO.
1 DE ENERO DE 2000 EL AUTO DEL FUTBOLISTA DE ALIANZA LIMA SANDRO BAYLON, LUEGO DE ACCIDENTARSE EN EL SECTOR DE MAGDALENA DE LA COSTA VERDE. BAYLON, DE 22 ANOS, MURIO A CONSECUENCIA DEL ACCIDENTE. FOTO: GUSTAVO SANCHEZ / EL COMERCIO.
/ GUSTAVO SANCHEZ

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