Poeta Ernesto Cardenal murió a los 95 años (Foto: @FILGuadalajara)
Poeta Ernesto Cardenal murió a los 95 años (Foto: @FILGuadalajara)
Redacción EC

MANAGUA (AP) — El reconocido poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal falleció el domingo en Managua debido a complicaciones de salud, informaron allegados. Tenía 95 años. Cardenal murió a las 15:10 locales (2110 GMT), señaló Luz Marina Acosta, su asistente personal.

“Nuestro amado poeta ha emprendido su proceso de integración al universo, con la mayor intimidad con Dios”, afirmó. Bosco Centeno, amigo cercano de Cardenal y miembro de la comunidad de la isla de Solentiname, en el sur del país, declaró a The Associated Press que el autor de “Salmos” y “Epigramas” fue internado hace un par de días en un hospital capitalino por un problema cardíaco. La poeta Gioconda Belli, quien visitó a Cardenal en el hospital poco antes de su deceso, expresó sus condolencias vía WhatsApp. “Nuestro gran poeta acaba de morir a sus 95 años, después de una vida de entrega a la poesía y la lucha por la libertad y la justicia”, afirmó.

El lunes se llevará a cabo una misa en la catedral de Managua, agregó Belli, y los funerales se realizarán en Solentiname, isla del Gran Lago de Nicaragua donde el escritor, teólogo y escultor fundó una comunidad de campesinos, pintores y poetas en la década de 1970 que apoyaron a las guerrillas del Frente Sandinista. Cardenal nació en la ciudad de Granada en 1925 y se destacó como uno de los más grandes intelectuales de Nicaragua. Promotor de la Teología de la Liberación, fue autor de conocidos poemas como “Hora Cero”, “Oración por Marilyn Monroe” y más recientemente “Cántico Cósmico”, “Nuevo cielo y tierra nueva” y “Este mundo y otro”.

Por su apoyo a la revolución sandinista (1979-1990), durante la cual fue ministro de Cultura, fue sancionado por el papa Juan Pablo II junto a otros tres sacerdotes que respaldaban ese movimiento. Sin embargo, el papa Francisco le suspendió la sanción en febrero pasado, permitiéndole volver a oficiar la eucaristía. Tras la derrota electoral de los sandinistas en 1990, Cardenal abandonó ese partido y se convirtió en disidente junto a otros conocidos intelectuales como Belli y el escritor Sergio Ramírez, Premio Cervantes de Literatura 2017.

Luego del regreso del expresidente Daniel Ortega al poder, en 2007, Cardenal se opuso a su gestión y lo acusó públicamente de convertir a Nicaragua en una "dictadura”. Por su parte, el gobierno de Nicaragua emitió un comunicado en el que anunció tres días de duelo nacional por la muerte del poeta. “Reconocemos su aporte a la lucha del pueblo nicaragüense. Reconocemos igualmente todos sus méritos culturales, artísticos, literarios y su extraordinaria poesía en la que siempre supo alabar a Dios, en el Cielo, en la Tierra, y en todo lugar”, señaló el comunicado firmado por Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

En una , de España, aseguró que durante mucho tiempo los poetas y escritores habían ignorado la fuente de inspiración que ofrecía la ciencia. “Estas son las razones por las que yo he hecho estos poemas con temas científicos. Y en cuanto a lo de Dios, estos también son poemas sobre la creación. Para mí es casi como una oración leer libros científicos. Veo en ellos lo que algunos han dicho que son huellas de la creación de Dios".

En otro momento de la entrevista admitió que le tenía miedo a la muerte. “Cada vez estoy más cerca, pero al mismo tiempo pienso que la muerte no es definitiva; creo en la resurrección". Asimismo, al ser cuestionado sobre el erotismo en su trabajo aseguró “Yo he sido muy erótico, muy enamorado del sexo, debo decir. Muy obsesionado incluso por el sexo en mi juventud y aun después de mi juventud. Mi poesía siempre había estado inspirada en el amor humano, hasta que descubrí el amor a Dios, la boda con Dios, ese erotismo también místico o religioso”. Y añadió: “Hay una mística que dice que el sexo es parte de uno con Dios. Yo esto lo comencé a descubrir mucho tiempo después. Me doy cuenta de que si lo hubiera descubierto antes no hubiera entrado a la vida religiosa, no hubiera sido célibe, hubiera tenido una familia y entonces hubiera tenido menos contacto con Dios y menos compromiso político”.


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