Laura nació en Arequipa el 31 de marzo de 1894, desde muy pequeña llenó de orgullo a sus padres, Juan Rosa Meneses del Pino y Emilia del Carpio Tupayachi. (Foto: Diario Claridad de Puerto Rico)
Laura nació en Arequipa el 31 de marzo de 1894, desde muy pequeña llenó de orgullo a sus padres, Juan Rosa Meneses del Pino y Emilia del Carpio Tupayachi. (Foto: Diario Claridad de Puerto Rico)
Thalía Cadenas

Una mente prodigiosa. La importancia de Laura Meneses del Carpio trasciende las fronteras del . Fue la primera científica que tuvo nuestro país, pero no se conformó con ese título, así que en 1920 se convirtió en la primera latinoamericana en ser aceptada en el Radcliffe College, la escuela para mujeres de la .

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Laura nació en Arequipa el 31 de marzo de 1894 y desde muy pequeña llenó de orgullo a sus padres, don Juan Rosa Meneses del Pino y doña Emilia del Carpio Tupayachi. Ingresó a la Universidad Mayor de San Marcos, donde se destacó como estudiante y se recibió de bachiller en Ciencias Naturales en 1913. Posteriormente, en 1918, obtuvo un doctorado y se desempeñó como ayudante de cátedra en la misma casa de estudios.

(Foto: bicentenario.gob.pe)
(Foto: bicentenario.gob.pe)

“La importancia que tiene en nuestra historia es que se trata de una mujer de provincia, joven. Es la primera mujer en graduarse como científica en San Marcos, es la primera mujer científica del Perú […] Ella consigue algo extraordinario: es la primera latina en ser aceptada en la escuela para mujeres de la Universidad de Harvard. En aquellos tiempos la misoginia era cosa de todos los días, en todas partes, y esta universidad había abierto una unidad específica para mujeres. Esos dos elementos son muy importantes”, cuenta a El Comercio Carlos Maza, sociólogo e impulsor de la primera exposición virtual impulsada por el .

Laura viajó a EE.UU. para hacer su doctorado en Ciencias Químicas en la Universidad de Harvard, sin imaginarse que este viaje cambiaría su vida. “Ella estaba destinada a ser una investigadora en la industria farmacéutica de los Estados Unidos. Cuando se graduara iba a conseguir trabajo en laboratorios, que estaban en auge en aquellos años. Sin embargo, un día en una conferencia de Rabindranath Tagore, un escritor muy importante, conoce a Pedro Albizu Campos, el líder del movimiento independentista de Puerto Rico. Se conocen, él queda prendado de ella, ella al principio no le hace caso, pero finalmente terminaron casándose en Puerto Rico”, cuenta Maza.

En julio de 1922, Laura y Pedro se casaron por lo civil en Juana de Díaz, un municipio de la región Sur de Puerto Rico. En junio de 1923 lo hicieron por la iglesia. Así como Laura se apasionó por la ciencia, también se apasionó por la lucha de su esposo. Dejó su carrera y se comprometió con la lucha por la independencia de Puerto Rico. Así se lo cuenta a su hija Laura Esperanza el 8 de enero de 1957, en una .

“Yo viví desde que me casé en ese mundo que para no convertirse en espejismo demanda la oblación continua de nuestra personalidad. Para ello tuve que renunciar a mis necesidades más elementales, a mis caprichos; a mis deseos, a mis inquietudes. A lo único que no renuncié fue a mi alegría porque estaba al lado de tu padre, cuya grandeza ponía en evidencia la superficialidad de todas las cosas”.

Laura Meneses y Pedro Albizu. (Foto: Harvard Square Neighborhood)
Laura Meneses y Pedro Albizu. (Foto: Harvard Square Neighborhood)

“Ella es, de alguna manera, la portavoz de la independencia de Puerto Rico en un montón de lugares a los que tuvo que huir exiliada porque se convirtió en una persona despatriada, que son personas que se quedaban antes sin nacionalidades por cuestiones del destino. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, las fronteras de Europa cambiaron, desaparecieron países y otros fueron anexados. Una gran cantidad de personas de las regiones cercanas a Rusia se quedaron sin patria y huyeron de la amenaza de quedarse en el lado soviético. Es ahí donde surgen un montón de despatriados y la ONU comienza a hacerse cargo de ellos. Con Laura fue distinto, ella adquirió la nacionalidad estadounidense al casarse con Albizu; en esa época no era frecuente que las personas tuvieran doble nacionalidad, entonces ella dejó de ser peruana, y luego le quitan la nacionalidad estadounidense por ser opositora y se queda sin nacionalidad”, dice Carlos Maza.

“Primero se exilia en México, donde confluyen Fidel Castro y el Che Guevara, mientras preparan el desembarco que lleva a la Revolución Cubana. Debido a la ayuda de Laura, le otorgaron la nacionalidad cubana”, añade.

Laura falleció a los 79 años, un 15 de abril de 1973, en La Habana, Cuba, el país que la adoptó. Los restos de la científica fueron enterrados en el Cementerio de Colón, ubicado en la capital cubana.

“He vivido tanto que sé de todas las ingratitudes, de todas las cobardías y de todas las miserias. No me asombra eso, lo que me pasma, lo que me anonada es la magnitud de la perversidad que ahonda tanto en el hombre que no le deja lugar para la consideración de la muerte, ni para la contemplación de la Eternidad”, dice otra de las cartas que le envió a su hija Laura Esperanza.

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