En los años 80, Alfredo Bryce Echenique lanzó dos novelas con las que examina, sin nostalgia, la vida parisina de un escritor peruano que no es especial pero aspira serlo. La clase de héroe miserable que merecería su propia serie de televisión. (Foto: AFP)
En los años 80, Alfredo Bryce Echenique lanzó dos novelas con las que examina, sin nostalgia, la vida parisina de un escritor peruano que no es especial pero aspira serlo. La clase de héroe miserable que merecería su propia serie de televisión. (Foto: AFP)

En el viaje subjetivo que significa valorar una carrera literaria como la de , que cumple 80 años hoy martes, este redactor aprecia más el díptico "Cuadernos de navegación en un sillón Voltaire", compuesto por las novelas "La vida exagerada de Martín Romaña" (1981) y "El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz" (1985).

Es buen momento de pensar en estas obras, no como las correctas piezas de literatura que son, sino por su potencial de ser una serie de televisión digna de la actualidad. Aceptémoslo, una película no bastaría para contar la miserable vida del protagonista. Aquí algunas razones por las que merecemos una serie de Martín Romaña y que, posiblemente, jamás tendremos:

EL ETERNO PERDEDOR

Martín Romaña es un escritor inédito que sueña más con su pasión de escribir en lugar de ponerse a trabajar. Viaja a Francia luego de ganar una beca de estudios y, como muchos de su generación, espera escribir la gran novela latinoamericana. Lo que encuentra en París es una serie de malas pasadas, el desamor en su vida personal y el desencanto por la ciudad; pero también sus propios miedos e inseguridades.

CAMEOS FAMOSOS

Julio Ramón Ribeyro y el mismo Bryce Echenique son mencionados en varias ocasiones, con lo que nos hacemos la idea de cómo era la escena de literatura latinoamericana en el París de los años 60; además de humanizar a personas cuyas obras hemos leído o de las que hemos oído hablar, pero que aun así nos son ajenos.

UNA ÉPOCA CONVULSIONADA

Se ha escrito mucho sobre las manifestaciones sociales de mayo de 1968 y la visión de Bryce Echenique destaca por lo desapasionada que es; pues detrás de cada revolución hay gente que, al dejar las calles, tiene que enfrentar sus propios problemas. No ante comités revolucionarios sino, como diría Dostoievski, en su fuero interno.

COMEDIA Y TRAGEDIA

Martín Romaña difícilmente se toma en serio y, ante cada tragedia de su vida, siempre hay un comentario cargado de ironía o, lo que es más usual, de resignación cómica. Sea porque lo abandonó su esposa o, en un acto de cobardía absoluta, Romaña permite que "media colonia estudiantil peruana de un hotel sin baños" (cita textual) le expropie los servicios higiénicos de su propio departamento sin que él diga esta boca es mía.

REALISMO Y FANTASÍA

Si creíste que el "viacrucis rectal" (por hemorroides) que el protagonista vive en la primera parte del díptico de verdad le pasó, el cuento "Carta a Martín Romaña" que Echenique publicó en el recopilatorio "Magdalena Peruana" nos dice que no, que fue producto de la imaginación del inédito escritor. ¿El narrador es confiable? ¿Cuánto de realismo o fantasía puede haber en una obra de ficción? Y si leyeron hasta la última página de "El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz", saben que el final trágico de esta narración incluye una imposible perspectiva. Exagerada, inclusive.

Contenido sugerido

Contenido GEC