“Toda la culpa la tiene Mario” de Giovanna Pollarolo [CRÍTICA]
“Toda la culpa la tiene Mario” de Giovanna Pollarolo [CRÍTICA]

Ciertas coyunturas ofrecen posibilidades de inmediato aprovechamiento editorial. El tema por discutir es si la cercanía de los hechos impide o no una adecuada recepción de las obras literarias que emergen de tal ingesta de cruda realidad. Especialmente, de esas que involucran a personajes de fama y celebración mediática o que producen inmediatas adhesiones o rechazos.

El punto partida de “Toda la culpa la tiene Mario”, reciente novela de Giovanna Pollarolo (Tacna, 1952), parece inscribirse en tendencias actuales de la industria en cuanto al sentido de la oportunidad. Es evidente que un acontecimiento como la separación de un escritor peruano de universal presencia –y su posterior romance con una extranjera vinculada con la frivolidad y el espectáculo– generará inmediata adrenalina en los lectores. Y probablemente murmullos de salón en grandes dosis.

La anécdota central de esta historia gira en torno a un grupo de señoras de la alta burguesía limeña que se reúne desde hace más de cuatro décadas. Su objetivo es, en apariencia, la pasión por los libros y la tertulia sobre los textos. No obstante, el anuncio del divorcio del Nobel arequipeño provoca enormes fisuras en el espíritu de estas damas con pocas luces y sensibilidad, pero ávidas de penetrar en lo que esa noticia encierra.

Pollarolo ejerce con corrección su labor en cuanto al dibujo de un universo femenino, aspecto recurrente en su trayectoria como poeta y narradora. Es un relato sin muchas pretensiones formales al que se accede con fluidez. Plantea, por un lado, la superficialidad de un estrato desconectado, por lo general, de su explosivo entorno local. Del otro, describe los problemas derivados de una imposibilidad atávica: quebrar los patrones impuestos genéticamente por una maquinaria patriarcal y machista. El club que las protagonistas han formado para atenuar ese vacío del tiempo libre reproduce, de manera implícita, las jerarquías y los complejos de casta nativos.

Sin embargo, la estructura elegida en la narración, que intercala una serie de emails enviados por las integrantes, no ha llegado a ser explotada al máximo para privilegiar el registro irónico de la fábula. Y aunque es cierto que en un entorno limeño semejante al representado por la ficción todos los seres se parecen –debido a las afinidades electivas y a las anteojeras de clase–, la autora, con virtudes reconocidas, podría haber trabajado algunos contrastes, más allá del interés que produce Úrsula, presidenta del colectivo. El destino de la asociación será el de ella.

También hay algo de previsible en el develamiento de aquello que originará su silencio, el cual se convierte en materia de especulación por parte de las amigas a la deriva y en la orfandad de conducción desde entonces.

AL DETALLE
Novela: “Toda la culpa la tiene Mario”
Autora: Giovanna Pollarolo.
País y año: Perú, 2016.
Editorial: Planeta.
Páginas: 153.
Precio: S/35

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