La vigencia de "La Peste" es "innegable", dice Yrigoyen. (Ilustración: Enrique Gallo)
La vigencia de "La Peste" es "innegable", dice Yrigoyen. (Ilustración: Enrique Gallo)
José Carlos Yrigoyen

Poco antes de que el coronavirus obligara a buena parte de la población europea a confinarse en sus hogares, algunos libros de ficción sobre epidemias y pandemias escalaron súbitamente en los rankings de las librerías italianas, francesas y alemanas. El “Decamerón”, “Ensayo sobre la ceguera” y el “Diario de la peste” ganaron lectores nuevos y obligaron a sus admiradores a una revisión que pudiera guiarlos en esta inédita coyuntura. Pero el título más vendido y comentado en estos meses es “La peste”, novela escrita en 1947 por Albert Camus (1913-1960). Muchos han revalorado su carácter premonitorio y su profundo entendimiento de la condición humana cuando esta se enfrenta a circunstancias extremas y dramáticas a las que no sabe cómo resistir. Otros han sido menos entusiastas: Mario Vargas Llosa –quien no es precisamente un detractor del escritor francés– confesó que le parecía la peor de sus novelas, y Javier Cercas ha criticado la obviedad de la metáfora que articula su trama.

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