Escritora italiana Andrea Marcolongo presenta libro en Lima
Escritora italiana Andrea Marcolongo presenta libro en Lima
Jorge Paredes Laos

A diferencia de nosotros, los griegos antiguos tenían tres géneros: masculino, femenino y neutro; y tres números: singular, plural y dual; y su monumento más importante, el Partenón, no era blanco —como se cree—, sino multicolor. Estos son solo tres de los muchos aspectos de la cultura helénica que la italiana (Milán, 1987) nos cuenta en un libro revelador. Un pequeño volumen titulado “La lengua de los dioses. Nueve razones para amar el griego”, en el que nos habla del sonido de las palabras antiguas, de los saberes míticos y de un mundo clásico que nos puede explicar muchas veces mejor la realidad contemporánea.

Marcolongo se presenta esta noche en el Instituto Italiano de Cultura de Lima, días después de su paso por el , en Arequipa, donde quedó maravillada no solo con las casonas de sillar y las bóvedas de los conventos, sino también con la hospitalidad de los peruanos, que —dijo— es parecida a la de los tiempos de Platón, cuando se agasajaba a los extranjeros con comida y bebida.

¿Por qué debemos interesarnos hoy en el griego antiguo? ¿Por qué debemos leer un libro que nos cuenta sobre una lengua que ya nadie habla? Marcolongo cita a una de sus escritoras favoritas, Virginia Woolf, y afirma: “Cuando estamos confundidos, debemos mirar atrás”. Es decir, rescatar esos saberes clásicos que como viejos faros pueden iluminar la actualidad.

“Debemos mirar a los clásicos —comenta— para recuperar ciertas cosas esenciales que hemos perdido en estos tiempos en que prevalecen valores superfluos y utilitarios. El libro, por ejemplo, nos ayuda a recuperar el sentido de la educación, una disciplina que permitía a los griegos sacar lo mejor de los seres humanos. No les decía a las personas qué cosa pueden ser, sino quiénes pueden ser. Igual sucede con la política. Hoy la identificamos con el ejercicio del poder, pero en la Grecia clásica estaba referida al cuidado del ciudadano”.

Lo único que ella lamenta es que ahora ya no podemos saber cómo sonaba el griego antiguo; sin embargo, dice, tanto los poemas homéricos como las tragedias de Sófocles han permanecido porque abordan temas esenciales y universales. Al respecto, asegura que admira más a Cervantes que a Shakespeare porque el autor español “no tuvo miedo de reelaborar el mundo clásico”. “Me gusta mucho Cervantes, que es un ejemplo de cómo se puede ser clásico y posmoderno a la vez”, agrega con una sonrisa.

—El apasionamiento y el amor—
El Perú es el primer país de América Latina en el que ha aparecido “La lengua de los dioses” traducido al español. “Estando acá —dice su autora— he podido darme cuenta del apasionamiento de los peruanos y en eso también se parecen a los griegos. A la Grecia antigua solemos idealizarla como una cultura perfecta e inmaculada, pero en realidad era muy apasionada. El Partenón tenía colores brillantes, entre los que destacaban el rojo y el azul, y encerraba una gran espiritualidad”.

Le pido a Marcolongo algún motivo por el que debo amar el griego antiguo y ella me cita un pasaje de "El banquete”, de Platón. Cuenta que alguna vez el ser humano tuvo dos rostros idénticos, cuatro piernas, cuatro brazos y tres géneros: el masculino que descendía del Sol, el femenino que descendía de la Tierra y el neutro que participaba de ambos y descendía de la Luna. Era entonces feliz y poderoso y trató de conspirar contra los dioses. Estos decidieron por eso castigarlo y lo cortaron por la mitad. Desde ese momento, cada cual va por el mundo tratando de restaurar su antigua naturaleza. Va a la búsqueda de su otra mitad “en su afán de hacer uno solo de dos”.

“Así como existían tres géneros —precisa la filóloga italiana—, había también tres números: singular (yo), plural (nosotros) y dual (dos cosas que permanecen juntas). El mejor ejemplo de esto último es la pareja de amantes o la madre con el hijo que son dos, pero forman una unidad”.

A lo largo de los siglos, conforme los griegos fueron expandiéndose por el Mediterráneo, Egipto y Persia, su lengua fue perdiendo originalidad. Se estandarizó al punto de que hoy el griego moderno no se parece en nada al que se hablaba en los tiempos de Pericles. Solo nos queda el registro de sus historias rescatadas por autores, como Andrea Marcolongo, que se han atrevido a descifrar la lengua de los dioses.

MÁS INFORMACIÓN
​Presentación de "La lengua de los dioses"
Lugar: Instituto Italiano de Cultura. Dirección: Av. Arequipa 1055, Lima. Fecha: viernes 17 de noviembre, 7 p.m. Ingreso: libre.

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