(Video: El Comercio)
Milagros Asto Sánchez

De la historia de y se ha dicho mucho. Basta con hacer una rápida búsqueda en Google para encontrar los miles de artículos que no han dejado de aparecer sobre ellos desde el 7 de febrero del 2010, cuando contaron en un set de televisión que tenían un romance.

Once años después de su primer encuentro y con la pequeña Zoe acompañado sus vidas, la escritora peruana está lista para presentar en Lima “Nunca seremos normales” (Planeta), un libro en el que cuenta su versión de cómo fue desde el primer día una de las historias de amor más mediáticas que ha visto nuestro país.

Núñez del Arco presentará su nuevo libro mañana a las 08:00 p.m. en la sala Blanca Valera de la 23ª Feria Internacional del Libro de Lima.

—Este es tu cuarto libro y el primero de no ficción. ¿Escribirlo fue más fácil o más difícil que los anteriores?
En mi caso fue más fácil porque al no ser novela, sino realidad, no tenía que pensar en qué podría hacer cada personaje, me limitaba a decir cómo fueron las cosas, entonces fue más fácil y más placentero. De hecho, me sorprendí del nivel de detalle al que estaba llegando mientras escribía porque me acordaba de todo, incluso cosas como lo que habíamos pedido en nuestra segunda cita y tal.

—¿Es este tu libro favorito de los que has hecho?
De todas maneras. Es mi mejor libro, al que más cariño le tengo y al que más cariño le he puesto. A mis otras novelas les guardo mucho cariño también, han sido muy importantes y creo que no hubiera podido escribir este libro si no hubiera escrito los otros, pero esta es la primera vez que escribo algo que no es novela. Me encanta y creo que a mis lectores les va a encantar porque me van a escuchar a mí, va a ser como si yo estuviera sentada con ellos tomando una cerveza y contándoles las cosas.

—¿Qué parte de la historia te fue más difícil de escribir? Tal vez la más dura de recordar…
La parte en la que hablo sobre la bipolaridad de Jaime, sus crisis con las pastillas para dormir, lo difícil que fue para mí ese momento y al mismo tiempo lo difícil que fue estar lejos, porque estaba sola realmente, no tenía a mi familia, a mis amigos. Me decía: “Tengo que ponerme fuerte yo primero para que él se ponga fuerte, también está mi hija y tengo que atenderla”. Esa fue la parte más complicada de contar porque si bien la gente sabe que Jaime ha tenido problemas con las pastillas, no lo sabe con el nivel de detalle que hay en el libro.

—¿No es mucha presión para una sola persona?
Probamente sí, pero es en la posición en la que estoy y esta posición tiene también muchas cosas buenas. En general, estoy súper contenta con mi vida y uno aprende de las situaciones malas. Creo que si no me hubiera pasado todo eso no hubiera aprendido lo que sé. Jaime no sabía que era bipolar cuando me conoció y se enteró hasta que tuvo una gran crisis y fuimos al doctor. Saber el diagnóstico es un gran alivio, ahora él está feliz y le dice a todos que es bipolar porque está feliz de saber qué le pasa y lo mismo yo. Entonces ahora ya sé cómo manejar las situaciones, uno aprende de la presión y de todo.

—Jaime y tú son los protagonista de “No somos normales”. ¿Te preocupaba su reacción al leer el libro?
Sí, pero yo sabía que le iba a gustar. Sabía que él no se acordaba de ciertas cosas. De hecho, cuando terminó de leer el libro él me dijo:  “Perdón, yo no sabía que la habías pasado tan mal”, en referencia a la parte en la que hablo la depresión por la que pasó, porque él simplemente no se acuerda de cómo fue y yo lo cuento detalladamente, lo que dijo, lo que no dijo, cómo se cayó. Entonces él me dijo: “Wow, me gusta porque has contado las cosas crudamente y brutalmente, así se escriben los libros”.

—El título del libro juega con la idea de no ser “normal”. Para muchos, ser normal está sobrevalorado…
Así es. Yo creo que al comienzo da miedo asumir que uno no es normal -porque nadie es normal realmente. Nosotros nos comportamos de cierta manera cuando estamos en sociedad, pero, en el fondo estamos actuando para encajar, para no ser rechazados. Yo no quiero ser normal y Jaime tampoco quiere ser normal, somos felices de atrevernos a ser como realmente somos. Mientras no le haga daño a nadie me parece increíble no ser normal.

—En varias partes del libro repites la frase “Una parte de mí se identifica con el caos”. ¿El caos aún está presente en tu vida con Jaime?
Yo creo que para los dos la etapa del caos ha quedado atrás definitivamente. En un principio fue una de las razones que me atrajeron de Jaime. Me atrajo su locura, su forma de pensar y la idea de alcanzar este amor imposible, pero yo siento que esa etapa pasó. Ambos estamos en otra posición ahora, estamos mucho más seguros, nos conocemos mejor a nosotros mismos y al otro. Ya nuestra vida no es tan caótica, es súper tranquila.

—En el libro hablas de tu maternidad como una nueva etapa de felicidad, pero también de muchos errores. ¿Qué tan fácil fue escribir sobre eso?
Esa también fue otra parte súper difícil de contar porque significó asumir mis errores. No fue fácil contar los detalles de cómo me equivoqué con mi hija, pero al mismo tiempo es bueno contarlo porque es importante romper el mito de que la maternidad es este paisaje hermoso de flores y que la leche fluye increíblemente del pecho y que el bebé duerme toda la noche si duermes con él. No es así, es bastante más caótico y es brutal para una mujer. Hay que romper con la idea de que tenemos que saber hacer todo bien desde que nace el bebé. En el camino yo cometí errores, aprendí de ellos y me gustaría que cuando mi hija los lea se dé cuenta de lo que me costó llegar a donde estamos.

—Tu historia de amor fue mediática desde el primer día. ¿Por qué decidiste escribir sobre ella ahora?
Cuando yo quedé embarazada y Jaime se peleó con su familia, con su ex esposa, todo el mundo habló. Hasta el ex novio de Jaime vino acá a dar entrevistas. Yo me quedé en silencio, estaba embarazada y sentía que tenía que proteger al bebé y además estaba ya en Miami viviendo esta vida tan feliz. Siempre digo que cuando estaba embarazada estaba en una burbuja de felicidad, no quería pelearme con nadie. Pero pasó el tiempo, dejé que la historia madurara, se enfriara y dije: “Voy a contar mi versión, voy a contar mi historia de amor”. Y creo que muchas personas se van a identificar, no solo porque les vaya a gustar saber los detalles de nuestra relación, sino porque tal vez se verán reflejados en esta chica que decidió perseguir su amor imposible.

—¿Temes la reacción de algunas personas que mencionas en el libro?
Para nada. Supongo que habrá gente a la que le va a gustar y a la que no. Y si alguien se siente identificado y no le gusta no me preocupa mucho porque es una historia que he dejado reposar y no está escrita desde el rencor ni desde la venganza, simplemente me limito a contar los hechos y si no es gusta pues no hubieran hecho lo que hicieron.

—El libro también refleja tu molestia por el tato que la prensa le dio a tu historia con Jaime. ¿Cómo te sientes ahora sobre eso?
Al comienzo me sorprendió. Yo era muy ingenua y tal vez pensaba que si salía en televisión con Jaime la gente iba a aplaudir esa relación, por eso una parte de mí se sorprendió cuando empezaron a decir cosas como que yo no lo quería, que estaba con él por la fama o por la plata, que él me estaba usando para ser su primera dama. Al comienzo me molestó un poquito pero ya no, ahora siento que mi relación con la prensa ha mejorado. No tengo miedo a las preguntas, soy súper abierta.

—¿No te cansa que siempre te pregunten por Jaime?
No. Al comienzo, cuando empecé a publicar, sí me molestaba que me preguntaran por él, pero ahora ya entiendo que es parte de mi vida. Jaime es mi esposo, el famoso, el escritor, no puedo pretender que no me pregunten por él. Además, soy su esposa y estoy orgullosa de serlo.

—Este libro fue algo nuevo para ti, ¿qué vendrá luego?
Siento que he abierto una nueva puerta con este libro porque es la primera vez que no hago ficción, siento que es una puerta y me gustaría entrar a escribir cosas de este tipo, personales, en primera persona, con un gran nivel de detalle. Me tienta mucho escribir sobre mi infancia, tengo la idea de concretar ese proyecto más adelante.

—¿La realidad es más cautivante?
De todas maneras, creo que cuando uno aspira a hacer arte, uno tiene que inspirarse en lo que a uno le duele, o le preocupa, o le ha hecho feliz. Es la única manera de tratar de llegar al arte. Si yo contara la historia de amor de mi vecina no sería lo mismo, no la contaría tan apasionadamente, no serviría porque no me curaría a mí misma.

—¿Hay algo de esta historia que te guardas para ti?
Lo he contado todo. Sí, las partes más complicadas fueron hablar sobre los tres primeros años de mi maternidad y de la situación con Jaime. Eso fue lo más difícil, pero dije: “No voy a tener vergüenza, no voy a tener miedo, lo voy a hacer”. Y creo que mucha gente se va a identificar con estos episodios. El mensaje es: "Sigue adelante, no te derrumbes por los problemas, un día todo va a estar bien”.

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