FIL Lima: hablamos con el autor de la novela "Isabella Nápoles"
José Silva

Las segundas ediciones son siempre un motivo de alegría para el autor de un libro. Si esto ocurre con una ópera prima, la sensación de satisfacción puede ser aún mayor. 

Este es el caso de "Isabella Nápoles", novela histórica que escribió Luiz Carlos Reátegui (Loreto, 1985). Publicada a fines de 2014 y que hoy tiene una segunda edición bajo el sello Mesa Redonda.

¿Por qué la novela logró comentarios positivos? Básicamente porque sale de lo convencional. El autor -ganador del Premio Planeta Cuba y finalista de otros tres certámenes literarios internacionales-- creó dos historias paralelas en donde los personajes --Isabella, el rey Federico I, Giácomo y Vicente Verona -- transitan a su manera por el antes, durante y después de una guerra, sin desligarse de sus propios dramas personales.

El amor, la obsesión, la nobleza y la astucia son algunos de los temas principales de este relato que hoy encuentra una nueva oportunidad de llegar a más lectores.

La segunda edición de "Isabella Nápoles" será presentada este domingo 31 de julio a las 7 p.m. en el auditorio Ciro Alegría de la Feria Internacional del Libro de Lima 2016.

-Teniendo en cuenta que es tu primer libro, ¿cuál fue el mayor reto al escribir “Isabella Nápoles”?

Creo que el reto fue, básicamente, romper el molde de la tradición literaria peruana. Sabemos que siempre hay novelas sobre conflictos sociales, sobre Sendero Luminoso, o de repente libros de auto ficción. Quise darle al lector otra alternativa, una novela histórica, salirme de molde. Y eso fue lo que agradó a los lectores, que la recibieron bien y me dejaron buenos comentarios.

-Sin dejar lo histórico, pudiste ir hacia adentro ¿no? escribir algo sobre los incas o la Colonia, no sé. Pero decidiste ir hacia afuera…

Isabella pudo haber estado en Hong Kong o en la Antártida. Me posicioné en Italia quizás porque el tema del Renacimiento me gusta mucho. Se trata de una época en donde el arte regresa al hombre. La pintura y la literatura. Me gustó la idea de que la historia ocurra en esa última guerra italiana, en esa época.

-Eres abogado, trabajas en la SUNAT, has sido regidor y escribes. ¿Te han ayudado en algo tantos cambios a formarte como escritor?

Creo que sí. La realidad laboral y cotidiana ayuda mucho. Y también la formación académica. Tengo una maestría en gestión pública, además, donde trabajas con cuadros estadísticos. Y por ahí (en la novela) Isabella recoge mensajes encriptados. Es una parte que gustó mucho a los lectores. Ahí utilizo la estadística que aprendí en la maestría.

-Ha pasado poco más de un año desde que salió la primera edición de tu novela. ¿Qué consideras fue lo más difícil en el proceso de hacerla llegar al público lector?

Al principio el tema de la difusión. Al ser la primera novela de un autor nuevo, quizás el público está esperando cosas ‘normales’ de escritores que se consumen cotidianamente. Había cierta incertidumbre pero finalmente la novela se fue abriendo camino sola. Después fue una bola de nieve. Entre agosto y setiembre de 2015 la gente empezó a pedirla y se agotó la primera edición.

-¿Cuánto cambia Isabella a lo largo de la novela? De una mujer que describes como muy bella y tranquila a otra mucho más apasionada que disfruta mucho la sexualidad…

Creo que ella no cambió nunca sino que más bien nos engañó a todos. Ella siempre había sido ambivalente, ambigua. Y eso logras verlo recién al final. Ella es un personaje que la mitad de los lectores odian y la otra mitad aman. Tiene muchos conflictos internos pero que no te los dice. Simplemente actúa.

-Cuando empecé a leer tu novela pensé que el protagonista sería Giacomo, pero en el camino la historia pasó por diversos otros personajes, como por ejemplo Vicente. ¿Es cierto que él se te escapó de las manos?

Vicente Verona es un personaje que no tenía en mente. La novela empezó a correr y en algún momento me pidió un espía, para hacer el trabajo de inteligencia al ejército napolitano. Así surge Vicente y se me escapó de las manos. Consideré injusto cortarle la viada y por eso lo dejé crecer. Por eso llega a robarle protagonismo a la propia Isabella.

-Hay muchos reyes en tu novela y de distintos tipos. Algunos más estrategas, completamente responsables, pero otros son el otro extremo. ¿Necesitabas estos contrastes?

Inclusive está Luis XII, que es un rey que ni siquiera sabe por qué está ahí. Traté de graficar estas tres figuras: uno que tiene claro lo que desea hacer, otro que sabe lo que tiene que hacer pero no lo hace, y finalmente uno que no tiene idea de nada. Sentí importante tener esas tres posiciones.

-¿Tuviste que hacer mucha investigación para el tema de las guerras? Hay mucha estrategia, detalles sobre la cantidad de gente que va al ataque, por ejemplo.

El proceso creativo se fue dando en el camino. Sí tenía la imagen de la batalla, pero la forma en cómo se invade Nápoles se fue dando. El túnel por debajo de Nápoles, el tema del espía también. Básicamente porque a lo largo de la historia existió trabajo de inteligencia en las guerras.

-¿Buscas que prevalezca el cuidado del lenguaje por sobre la fortaleza de la historia?

Al principio coloqué muchos españolismos pero luego la editorial me dijo que debíamos trabajar con diálogos contemporáneos para que la novela fluya. Y funcionó porque la novela se deja leer muy rápido.

-¿Vamos a seguir viendo en tu trabajo temas históricos o quizás también incursiones en situaciones más contemporáneas?

Eso es algo importantísimo en cuanto a la carrera de un escritor. Creo que un verdadero escritor debe ser camaleónico. Si te encasillas en un determinado tema y no arriesgas, entonces no sirves. Eso pienso. Debes explorar nuevas formas de escritura. El género fantástico, histórico, la auto ficción, la ficción, etc. Borges decía algo como ‘las reglas de la literatura antigua no hay que cumplirlas y las actuales tampoco’. Y eso hace referencia a que la literatura es un ser vivo que está evolucionando. Y el escritor debe explorar todas esas formas, inclusive la poesía.

-¿Qué te da la literatura?

Me da placer. Me encanta pasar horas escribiendo, imaginando historias y diálogos.

-Pese a tus diversas labores, ¿te das tiempo para escribir siempre?

Sí, uso todo lo que esté a mi alcance como combustible para escribir. Estoy  en mi trabajo y veo algo que me interesa y pienso ‘esto puede ser parte de una buena historia’. Y me doy tiempo porque las 24 horas del día pienso en escribir.

-¿Tienes autores de cabecera que repases de forma frecuente?

Ahora estoy leyendo “El mal de Portnoy” de Phillip Roth. No es que sea un escritor de cabecera pero estoy descubriéndolo. Voy a leer más novelas de este escritor.

-¿Por qué la gente tendría que buscar y leer “Isabella Nápoles”?

Creo que van a encontrar una novela con mucho vértigo, intensa, con una riqueza bastante grande de personajes, ambientes e imágenes. Primero estás en Nápoles, luego en Francia y también en España. Creo que quienes la lean la pasarán muy bien. 

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