:quality(75)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elcomercio/05bd184e-54e6-400c-9dff-3cbef58daf63.png)
Mario Vargas Llosa entrevistó a Jorge Luis Borges en dos ocasiones. La primera a inicios de los sesenta, cuando el peruano era un joven novelista que empezaba a hacerse conocido. Se trató de un ágil intercambio eminentemente literario. La segunda está fechada en 1981. Borges recibió a Vargas Llosa en su departamento de Buenos Aires. Fue un diálogo mucho más completo y emotivo, que discurrió sobre varios temas: la poesía, el dinero, la política, los nacionalismos y su predilección por José María Eguren, de quien aseguró saberse poemas enteros. Según cuenta nuestro Nobel en “El Hablador”, Borges nunca le perdonó haber dicho que su casa era muy modesta y con goteras.
Ambas entrevistas han sido incluidas en “Medio siglo con Borges”, una compilación de artículos, notas y ensayos de Vargas Llosa acerca del cuentista, poeta y ensayista argentino. Están escritos con una admiración a toda prueba. En los años cincuenta, cuando era un joven sartreano convencido de que las palabras eran actos y que todo escritor tenía un ine-ludible compromiso con su época, Vargas Llosa conoció los cuentos de Borges, encarnación de todo aquello que Sartre había condenado: un despreciable fabricante de “dijes de inanidad sonora”. En la impune soledad de su habitación, cometió la herejía de leerlo y rendirse ante su poderoso influjo, iniciando así una leal relación literaria que se fortalecería con el paso de las décadas. Vargas Llosa reconoce que no tiene colega más opuesto a él que Borges: lo fantástico, metafísico y abstracto poco tienen en común con su obra, donde la realidad concreta y la experiencia cobran un papel primordial. Y, sin embargo, no duda en calificarlo como el más importante narrador de su tiempo en lengua española y uno de los hitos más relevantes de las letras contemporáneas.
La mayoría de los textos repasan el lado humano de un hombre cuyo lema era “muchas cosas he leído y pocas he vivido”, y que al final de su vida dijo estar “podrido de literatura”. La sólida erudición de Vargas Llosa acerca de Borges le permite derribar el mito aquel sobre su apoliticismo o sus tendencias ultraderechistas. Aunque afirmó en varias ocasiones que la política era tediosa y fastidiosa, lo cierto es que nunca dejó de pronunciarse en contra de la “pedagogía del odio” del fascismo y el nazismo, mientras que la Argentina de Perón simpatizaba abiertamente con las potencias del Eje. Esa vocación por la libertad individual lo llevó a condenar con similar fuerza a las tiranías comunistas. Entonces, ¿por qué quebró esa coherencia al apoyar a la última dictadura militar de su país y aceptar una medalla de manos del tenebroso general Pinochet? Según Vargas Llosa, por su convencimiento de que América Latina había trascendido la barbarie, pero que aún le faltaba mucho para ser civilizada. Esas decisiones se explicarían más por una amarga resignación que por una convicción ideológica precisa.
Es extraño hablar de un libro de ensayos con final feliz. “Medio siglo con Borges” lo tiene: el artículo “Un viaje en globo”. La existencia de Borges estuvo marcada por el escepticismo, la soledad y múltiples incomprensiones amorosas. Pero en uno de sus últimos libros, “Atlas” (1984), el ánimo predominante es de “alegría, exaltación, contento de la vida”. Enamorado de María Kodama, quien lo ha aceptado por fin, Borges expresa un goce físico por vivir que había estado prácticamente ausente en toda su obra. Y esta felicidad postrera es acompañada –como debe ser– por el buen humor: cuando visitó junto a Kodama las dunas de Egipto, tomó un puñado de arena y lo arrojó al viento. “Estoy modificando el Sahara”, exclamó, con una sonrisa triunfal.
LA FICHA
“Medio siglo con Borges”
Autor: Mario Vargas Llosa.
Editorial: Alfaguara.
Año: 2020.
Páginas: 112.
Disponible en e-book.
Calificación: ★★★1/2.