Pisapapeles. Comentamos los libros "Sin noticias de dios" y "A partir de Trilce".
Pisapapeles. Comentamos los libros "Sin noticias de dios" y "A partir de Trilce".

“Sin noticias de dios”

Autor: Pedro Salinas

Páginas : 891

Editorial: Gracia Angulo Laboratorio Editorial

Casi 900 páginas parece mucho, pero es en realidad poco. Porque luego de 12 años dedicados a la investigación en torno al , Pedro Salinas ha reunido aquí la crónica más exhaustiva realizada sobre esta polémica comunidad católica, blanco de numerosas acusaciones de abusos físicos, psicológicos y sexuales contra sus habitualmente jóvenes miembros.

El libro recorre múltiples aristas del caso: desde las denuncias realizadas contra su líder Luis Fernando Figari y otros integrantes de la organización, hasta los cuestionables y millonarios negocios en los que está involucrado, pasando por el proceso judicial que sigue en curso, la postura del Vaticano, etc.

Lo interesante es que el relato de Salinas ahonda en el “detrás de escena” de mucha de la información que ya se manejaba públicamente. En ese sentido, lo conocido sobre el Sodalicio hasta la fecha se expande, revela nuevas y muy oscuras capas, y en algunos casos lo hace con un tono muy íntimo y personal, confesión de parte de un periodista que ha debido enfrentar una cruenta lucha por alcanzar la verdad. Lamentablemente, como dice el autor, el final de esta historia no es demasiado feliz porque es la impunidad lo que ha marcado su derrotero. Y aun así, darla a conocer sigue siendo lo más importante.

“A partir de Trilce”

Autores: varios

Páginas : 49

Editorial: Personaje Secundario

Cerca de culminar el 2022, siguen apareciendo nuevas e interesantes aproximaciones a “Trilce”, en celebración de su centenario. Como este esfuerzo colectivo que pone a un grupo de poetas a dialogar con a través de algunos de los poemas del fascinante libro. Lo atractivo es que lo hacen de maneras disímiles, ejerciendo sus propias influencias, reescribiéndolo, parodiándolo o incluso dislocando sus versos hasta el punto de ensamblar piezas completamente distintas a las del vate de Santiago de Chuco.

Llamativo, por ejemplo, cómo Victoria Guerrero asume la imagen del personaje sentado y pujante del Poema I para vincularlo a su propio cuerpo vulnerable; o la indagación de Lucía María sobre el “vusco volvvver” vallejiano –con su V eminentemente vaginal– para trazar una intensa genealogía de mujeres.

También destacable es la superposición de imágenes y paisajes (Catacaos, París, Collingswood o Cinco esquinas) que propone Roger Santiváñez; la imitación que hace Manuel Fernández del Poema XIV, actualizándolo a la vida de un profesor universitario que lamenta la misma precariedad de hace 100 años; o el giro de la chilena Elvira Hernández, que se apropia de la poética del peruano para aplicarla a la tantas veces enlutada bandera de su país.




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