MARISSA CHIAPPE LANATTA (@MarissaChiappe) Enviada especial a Madrid

En las salas de prensa solo se habla del Perú. Por primera vez, la pasarela de Cibeles tiene a un país extranjero como invitado y es el nuestro. Nuria de Miguel, jefa de prensa de la Institución Ferial de Madrid (Ifema), organizadora del desfile madrileño, estuvo en Lima en abril para conocer a los diseñadores peruanos y escoger a tres para presentarse en la capital española.

“La selección de estas representantes no fue al azar. A Meche Correa la eligieron por ser muy representativa de la cultura peruana; a Sitka Semsch, por ser una de las más experimentadas; y a Jessica Butrich, por ser una propuesta joven”, nos explicó Efraín Salas, organizador del LIF Week.

Patrocinadas por Prom-Perú, las diseñadoras peruanas llegaron cargadas de sus colecciones para impresionar a fashionistas y compradores.

PROPUESTA NOVEDOSA Las graderías de la pasarela están llenas. La música huanca empieza a sonar y el público guarda silencio absoluto. Meche Correa empieza y –cosa no vista en los demás desfiles– el público aplaude cada prenda.

Polleras bordadas a mano y otras pintadas se lucen con imponencia. Pinceladas blancas sobre tul negro y otra pollera en beige y rojo anteceden a la explosión de color con los bordados de Huancayo.

Meche ha puesto su toque personal añadiendo pedrería a faldas tubo y shorts. También hay vestidos hechos en crochet.

La propuesta se completa con sus accesorios hechos en cacho de toro y carteras multicolor con marcos tallados a mano.

Le toca el turno a la diseñadora más joven. Jessica Butrich cuenta, a través de su ropa, una historia de amor imposible entre un pingüino y un flamenco hembra. Muy a su estilo, la colección tiene aires vintage.

Dos paletas cromáticas: una cálida con rojo, cereza, salmón y rosa, y otra fría, con blanco, negro y verde agua colorean la pasarela. Los zapatos llenos de corazones son de línea clásica, pero atrevidos. Los collares y aretes de cereza le dan el toque lúdico. Enterizos, faldas tubo, pantalones palazo y trajes de baño forman su colección.

La encargada de cerrar es Sitka Semsch. Suaves tonos tierra y verdes para gráficas andinas y selváticas llegan a la pasarela de manera estilizada. Pantalones a media pierna, polleras, blusas y vestidos nos hablan del Perú de modo romántico y versátil.

Finalizada la pasarela, Ágatha Ruiz de la Prada se acerca a felicitar a las diseñadoras peruanas, mientras que los compradores y prensa especializada pugnan por hablar con ellas. Esta historia de amor entre la moda española y peruana recién comienza.