ENRIQUE SÁNCHEZ HERNANI

La señora Alicia Maguiña debe tener los 75 años mejor llevados de la música criolla. De porte distinguido y mirada señorial, conserva la belleza y la inteligencia de toda una vida. Aunque retirada de los escenarios, sigue activa: da clases de marinera limeña, tiene un programa en Radio Nacional donde diserta sobre criollismo, y pronto publicará un volumen sobre la música peruana.

Las nuevas generaciones quizá han perdido el hilo de su biografía, aunque ella continúa siendo memorable. Alicia siempre estuvo vinculada a la música. Tocó piano desde muy niña, en Ica, donde transcurrió su infancia. Solo cuando trasladaron a su padre, un alto magistrado, a Lima, ante la falta de un piano se dedicó a la guitarra, de oído.

En Ica templó su sensibilidad, pues se acostumbró a departir con gente de distinta procedencia social. Nunca he discriminado a nadie —señala—, será por eso que me gustó la música criolla. Eso le pasó a los 6 años, al oír a Jesús Vásquez el vals de César Miró Todos vuelven. Su voz era muy transparente, musical. Era mi ídolo, recuerda la compositora.

En Lima selló su amor por el criollismo. Asiste a espectáculos donde se cantan pregones y décimas rezadas, y lee una historia del criollismo escrita por Aurelio Collantes, apodado La voz de la tradición”. Cuando lo leí —comenta Alicia—, me dije: yo quiero estar en esa historia. La compositora tenía 12 años.

Aprovechó para pedir que la llevaran donde Óscar Avilés. Su padre la llevaba en auto, desde San Isidro, donde vivía, hasta Lima. Avilés, entonces, formaba su grupo Fiesta criolla y cuando ella llegaba, los encontraba ensayando. Yo estaba fascinada, recuerda Alicia. Allí conoció a una noble promoción de criollos: Luciano Huambachano, Luís Abelardo Núñez, Panchito Jiménez y Humberto Cervantes, que le daban las clases cuando Avilés no llegaba por estar de jarana.

Pero sus padres estaban recelosos. Quienes sí la apoyaban eran sus compañeras del colegio Santa Úrsula, que la animaron a concursar en un programa radial donde ganó el título de Campeona de la Canción Criolla. Entre ellas estaban la futura Miss Universo, Gladys Zender, y Martha Mifflin. Sus padres, que no sabían del concurso, le llamaron la atención. No querían que se inmiscuyera en el criollismo. Tras eso, Alicia compone su primer tema: Inocente amor, a los 14 años.

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