Ed Sheeran: el monarca de la buena onda
Ed Sheeran: el monarca de la buena onda

El tercer álbum de , “÷” (2017), está muy lejos de dividir. Más bien parece haber dado con una fórmula para seducir y conquistar. La omnipresente “Shape of You” –el buque insignia de “÷”– ostenta el récord de la canción con la mayor cantidad de reproducciones en Spotify en el día de su lanzamiento (le dieron play unos 50 millones de veces). Un razonable e inminente ‘sold out’ le espera al británico pelirrojo de 26 años en el Estadio Nacional de Lima esta noche (se ha dispuesto un aforo de unos 21 mil asistentes).

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Los planetas parecen alinearse de esta forma para soplar el viento a favor de Sheeran: talento adelantado desde su niñez en el coro de la Iglesia, el aire empático de chico-a-la-vuelta -de-la-esquina, el virtuosismo con la guitarra y la orfebrería para facturar hits de vibraciones positivas o amorosas. “÷” refina sus procedimientos hasta su punto más depurado, al mismo tiempo que evidencia sus límites: la zona de confort hipnotiza tanto a Sheeran como a su público multitudinario. La sensación agradable, de tan repetida, se vuelve inocua.

VOCES AUTORIZADAS
A veces, contra toda lógica, los intérpretes o compositores que están en la cima de la popularidad también hacen música relevante. Noel Gallagher (49 años), ex cerebro de Oasis, perteneció a este olimpo. Es famosa su frase según la cual él no puede vivir en un mundo en el que un tipo como Sheeran sea capaz de llenar el estadio de Wembley. 
Y hace unos años, Damon Albarn (49), el fantástico líder de las bandas Blur y Gorillaz, afirmó al diario “The Sunday Times”: “Los jóvenes artistas generalmente hablan de ellos mismos. No hablan de lo que pasa allá afuera. Es la generación selfie. ¿Qué es lo que están diciendo? Solo oigo: ‘Esto es lo que siento’”.

¿Sheeran encaja en este perfil? No lo salva necesariamente que él haya decidido alejarse de sus cuentas en las redes sociales y de su smartphone porque –tal como el cantante ha señalado– quiere ver el mundo con sus propios ojos. Las letras monotemáticas de sus canciones más bien se prestan para la sospecha. Habrá que ver cómo evoluciona su carrera.

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