Flavio Cianciarulo: "Soy un loco que sigue saltando"
Flavio Cianciarulo: "Soy un loco que sigue saltando"

Nací en Buenos Aires en 1964. Soy un apasionado de la música, tanto así que mis dos hijos se llaman Astor y Jaco, en honor a Piazzolla y Pastorius. He publicado cinco libros. Los más recientes son “La crónica del León” y “La máquina de matar pájaros”.

Autor de temas como “Matador”, “El león”, “Gitana”, “Mal bicho”, “Calaveras y diablitos” o “La vida”, entre otros grandes éxitos de Los Fabulosos Cadillacs, el Sr. Flavio llega a Lima no solo para dar rienda suelta a sus mejores energías mañana sobre el escenario de Vivo X el Rock 8, sino también para presentar su libro “La máquina de matar pájaros” hoy a las 4 p.m. en el Sargento Pimienta, de Barranco.

Un apasionado de la música, el surf y la literatura, el también cantante y productor tuvo una extensa charla con nosotros antes de su arribo a Lima.

— Acaban de sacar un nuevo disco y tienen una larga lista de conciertos pendientes. ¿Cómo se sienten en este momento de su carrera?
Genial, específicamente por esta razón. Con el nuevo disco hemos cristalizado algo que deseábamos hace bastante tiempo. Este disco nos encuentra muy felices y plenos. Además, este disco se distingue del resto, y me refiero a todos los discos que están saliendo, tanto nuestros como de otros, porque este se trata de un disco teatral, es una ópera rock.

—Y ha llevado su desarrollo paralelamente a su trabajo como escritor… 
Claro, la gente que me conoce un poco más a fondo sabe que yo escribo y que tengo cinco libros publicados de modo muy ‘underground’, porque así me gusta hacerlo y así se distribuye. Yo sabía que ser músico y escritor eran cosas que, en algún momento de mi vida, se iban a asociar y, justamente, es lo que ha ocurrido en esta etapa. Hace poco he sacado un libro que se llama “La crónica del León”, que es como un diario subjetivo de Los Cadillacs que ya se publicó en México y ahora voy a presentar “La máquina de matar pájaros” en el Perú. 

—¿Cómo ha sido grabar después de 7 años?
Buenísimo. Para nosotros el disparador de regresar a tocar implica muchas cosas. Hay quien cree que lo haces por dinero, o que lo haces por alegría y nunca es solo por algo puntual, ¡es por un montón de cosas! Y a mí lo que más me enorgullece es que no nos limitamos a tocar los clásicos. Propuse que volviéramos con canción nueva y así fue con “La luz del ritmo” y “El arte de la elegancia”, y ahora también, porque me pareció que era la mejor manera de sorprender: primero a nosotros mismos y después, bueno, intentar sorprender a la gente.

—¿Es fácil ponerse de acuerdo entre todos?
Absolutamente fácil porque tenemos una relación de cariño, de amor, de amistad, de fraternidad. Obviamente, siempre va haber consensos y disensos y cosas habituales como en cualquier familia, pero en nuestro caso los disensos suman, no restan. Ha sido una inmensa alegría hacerlo y yo podría hacer otro disco mañana mismo, porque nos sentimos muy bien tocando y uno piensa qué cosa hizo para merecer todo esto.

—Me imagino que el ritmo también es distinto, más reposado, porque hace 30 años ustedes eran más jóvenes y también más locos… 
Bueno, no es mi caso [risas]. Yo soy un loco que sigue saltando y vivo con el acelerador al mango, o sea, cualquiera que me conozca bien te va a decir eso. Cuando no estoy en el escenario saltando, estoy en el mar surfeando. Yo vivo en Mar del Plata, a dos cuadras del mar, y disfruto eso con mis hijos. Creo que soy un tipo que no acredita los 52 años que tiene, siempre estoy en movimiento, me gusta estar así, soy un ‘hardcore’ en el escenario y en mi vida.

—Acaban de ganar dos Grammy. ¿Qué sensación les deja mantener el reconocimiento del público y de la industria musical?
Primero, estamos supercontentos y muy honrados con los premios. Segundo, al final de la pregunta tú lo dices: premio de la industria musical, o sea que es un premio de formalidad. El mayor premio, para mí o cualquier artista, es el aplauso del público, físicamente expresado o del corazón o de donde venga. Siempre necesito un ‘feedback’ con la gente. 

—Con la banda han atravesado momentos difíciles, incluso con alguna separación. ¿Dónde está la clave para mantener su ‘feeling’?
Bueno, en realidad nunca nos separamos, nosotros dejamos de grabar juntos por un tiempo, creíamos que íbamos a dejar de tocar por 2 años y al final fueron 6, pero Los Cadillacs nunca dijeron “esto se terminó”. Solo dijimos “paremos un poco”, porque estábamos saturados de 17 años de giras. Nosotros nunca hicimos una gira de despedida como la que hizo Soda Stereo y luego dijimos “volvamos a tocar”. Nosotros no hemos tenido disputas legales como los Floyd, por ejemplo, que esto es tuyo, que lo otro es mío. Eso es muy lamentable. Gracias a Dios nosotros nunca llegamos a eso y por eso podemos volver a tocar juntos y ser felices.

—¿No han pensado hacer una película o un documental? ¿Alguien se los ha propuesto? 
¡Claro! Tenemos unas ganas tremendas de filmar “La salvación de Solo y Juan” y de seguir por la fantasía y la ficción. Eso me excita más hoy que hacer un documental de nosotros mismos. Creo que eso debería hacerlo alguien más, porque si no ya sería demasiado egocéntrico, ¡Sería el colmo, loco! ¿Cómo voy hacer un documental de mí mismo? [risas]. Sería mejor que el día de mañana venga alguien y lo haga, y así sí podría seguir alimentando mi ego gigante [más risas]. Pero ya, hablando en serio, después de la gira escribiremos el guion para la película “La salvación de Solo y Juan”. Sería maravilloso, creo que si no lo hacemos quedaría un espacio en blanco. 

—¿Qué le genera volver a tocar en Lima? 
Bueno, Lima siempre ha sido algo bastante fuerte. Mientras hablaba contigo no podía evitar recordar a Los Saicos, el rocanrol oscuro y agresivo de los años sesenta, la cumbia selvática, amazónica, el Perú negro. Para mí, el Perú es mucha música y color, y por eso me resulta muy excitante ir a tocar a un lugar tan interesante y con tan linda música. Y, como surfista, te diré además que cuenta con unas olas maravillosas.

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