Como secretaria de Los Beatles, Freda Kelly tenía uno de los trabajos más codiciados del mundo y fue testigo de excepción de una época. Por eso ella guardó celosamente los secretos de la banda y rechazó hablar de ello durante 50 años. Hasta ahora, gracias al documental Good Ol’ Freda.

En 1962, una tímida joven de Liverpool de 17 años fue escogida por el mánager de The Beatles, Brian Epstein, para ser la secretaria de la banda, cargo en el que se mantuvo durante la meteórica trayectoria de los Fab Four.

Ella siempre ha dicho que estaba en el lugar adecuado en el momento preciso, pero creo que no se valora lo suficiente, explicó Ryan White, el director del documental, que se estrenará el 6 de setiembre.

“Otros muchos estaban allí. Tuvo que ver su personalidad. Es una persona racional, una fan del grupo, pero no una fanática. Es dulce y encantadora, pero también dura cuando debe, añadió.

En 1963, The Beatles grabaron un especial navideño donde se podía escuchar a George Harrison dar las gracias a “Freda Kelly en Liverpool” y, a continuación, a John Lennon, Paul McCartney y Ringo Starr exclamar: “Good Ol’ Freda!”.

Ese es el título elegido por White para su obra, narrada a través de los recuerdos de una mujer de 68 años que decidió abrir su corazón antes de que el paso del tiempo condenara al olvido aquellas anécdotas, pero sobre todo, para que su nieto de tres años tuviera constancia de lo que ella vivió.

El elegido para esta tarea fue White, un amigo de la familia y sobrino de Billy Kinsley, miembro del grupo The Merseybeats, que actuaba en The Cavern junto a The Beatles.

El filme cuenta con un testimonio de Ringo Starr (Freda era como parte de la familia, asegura) y con cuatro canciones originales de The Beatles (Saw Her Standing There, Love Me Do, I Feel Fine y I Will) –algo poco habitual en el cine– gracias a McCartney.

Su fidelidad fue tal que, tras la disolución del grupo, en lugar de enriquecerse repartió casi todo lo que guardaba de The Beatles entre los fans. White ve en Freda a una superviviente. La última pieza de un puzzle, necesaria para obtener una perspectiva completa sobre un periodo clave.