ANTONIO LVAREZ FERRANDO (@tonyalfe83)
Quien muri fue Hctor Juan Prez Martnez, no Hctor Lavoe. Hctor Lavoe sigue vivo en su legado, esa buena msica que nos dej, afirma Walter Rentera, ex locutor del programa Pueblo Latino de R700 en los aos 80.
En la azotea de su casa en el Callao, Walter tiene una coleccin de 2.500 discos, los que cuida como a su propia vida. l fue una de las contadas personas que recibi al cantante de los cantantes en el aeropuerto Jorge Chvez, aquella histrica madrugada del cuatro de agosto de 1986.
Al igual que ahora, por esa poca yo trabajaba en aduanas y pude recibirlo y entrevistarlo por cerca de una hora mientras pasaba por migraciones, comenta. En la pared de su balcn ha pegado los estuches de varios discos entre los que destacan Esto fue lo que trajo el barco de Ismael Rivera y El baquin de los angelitos negros de Willie Coln.
Walter se emociona al recordar aquellos momentos, tanto como su viejo amigo Carlos Loza, uno de los pioneros, junto con el fallecido Lucho Rospigliosi, all por los sesentas, en la difusin de la salsa en nuestro pas.
Don Carlos fue una de las personas que hizo campaa para que el Jibarito de Ponce traiga a nuestro pas su magistral repertorio; y la punta de la lanza que us para apoyar esta cruzada encabezada por periodistas y fanticos fue su popular columna Caribe soy, que sala publicada en el diario Extra.
VOLVER AL CALLAO PARA ESTAR CON MI GENTE Luego de conocer en persona a Lavoe, Carlos forj una gran amistad con l y pudo conocer a su familia y visitarlo, segn cuenta, hasta en tres oportunidades en su apartamento del Queens boulevard tower, donde Hctor pas sus ltimos aos.
Hctor me deca: Carlitos yo tengo que volver al Per para recorrer el Callao y estar con mi gente, no con la gente de cuello y corbata. Quiero volver, probar sus comidas, quiero caminar por sus calles y abrazarme con los chalacos. Ojal Carlos que la gente me recuerde, comenta.
Carlos Loza anima los shows de salsa que se realizan los sbados en el restaurante el Jibarito de la avenida Faucett, donde deleita al pblico contndoles sus ancdotas y amplios conocimientos sobre a lo que el gnero respecta.
Al preguntrsele sobre la importancia de Lavoe, esto es lo que responde:
Sobre la tarima Hctor no era mucho de bailar, pero a travs de su canto transmita un sentimiento sincero. Era humilde y de buen corazn como lo fueron Ismael Rivera, Benny Mor, Tito Rodrguez. Por eso su gente, a veinte aos de su partida, sigue amando su msica, aade.
Alberto Marav, director gerente de Infopesa, tambin recuerda ese lado humano del cantante de los cantantes a quien conoci en 1969 en el local de Fania Records, en la Gran Manzana.
Yo visitaba frecuentemente a Jerry Masucci, fundador de La Fania, con quien haca negocios para traer al Per la msica que ellos producan. Recuerdo que Hctor era delgado, alegre y muy buena persona, dice.
La oficina de Alberto Marav queda en Jess Mara y est decorada con innumerables fotografas que saltan a la vista y en las que aparece al lado de cantantes de la talla de Tito Rodrguez. Alberto asegura que all lleg a visitarlo Hctor Lavoe a inicios de los aos 80.
l siempre me deca: Albertico, pronto te ir a visitar al Per. Yo solo me rea, sin embargo una vez me vino a buscar aqu a mi oficina, pero yo no estaba. Eso no lo saba nadie pero ahora yo te lo cuento. Fue entre 1982 y 1983. Fue una cosa rpida noms, seguramente de un da y medio a dos. Luego se fue. Vino porque estaba cerca, quiz en Guayaquil o en Cali donde se present por esas fechas y aprovech para venir, relata.
HUELLA IMBORRABLE Hablar de salsa en el Per es hablar de Hctor Lavoe y en el Callao hablar de Hctor es traer a la mente a Pacho Hurtado, uno de los ms destacados intrpretes de las canciones del tambin llamado nico hombre que respira debajo del agua.
Su parecido fsico, canto nasal y ademanes del jibarito han hecho que el pblico lo reclame en cuanto evento salsero en homenaje a Lavoe se realiza. El xito que ha tenido le permiti incluso realizar una gira con la Orquesta de la gente, dirigida por Gilberto Pulpo Coln, y la que fuera la ltima agrupacin en tocar con Hctor. Aquella fue una experiencia inolvidable.
Pacho an conserva los tres collares y las gafas que le obsequi su amigo y compaero de trabajo Hugo Abele, quien en 1986 las recibiera del propio Hctor en agradecimiento por la acogida que le dio durante su estada en nuestro pas.
Luego de una hora y media de conversacin en su departamento de Miraflores, Pacho culmina as: Ests donde ests Hctor, en la mente y en el alma, siempre te recordaremos y estars en la mente y en el corazn de toda tu gente.