Dave Gahan de Depeche Mode en show de la banda en Ámsterdam. (Foto: EFE)
Dave Gahan de Depeche Mode en show de la banda en Ámsterdam. (Foto: EFE)

El último disco en estudio de , "Spirit" (2017), es acaso su trabajo más explícito en sus intenciones socialistas. Hace más de 30 años, la banda transitó por esa veta en "A Broken Frame" (1982) y "Construction Time Again" (1984). Entonces ellos aún no habían intentado purgar sus demonios o jugar brillantemente con fuego. El gozoso synth pop bailable dominaba a los británicos. Hoy, con "Spirit", se arenga. Su vocalista Dave Gahan proclama en el tema "Where's the Revolution": "¿Quién está tomando tus decisiones? / Tú o tu religión / Tu gobierno, tus países / Ustedes adictos patriotas / ¿Dónde está la revolución? / Vamos gente / Me estás decepcionando".
En esos 30 años ha pasado de todo. Depeche Mode accedió a la gloria artística, conquistó el mercado global y conoció las implosiones inevitables de un grupo de verdad (de cuarteto pasaron a ser un trío). Facturaron discos mágicos y desafiantes como "Violator" (1990) y "Songs of Faith and Devotion" (1993). Martin L. Gore creció como un compositor e intérprete que invoca referencias judeocristianas para escudriñar el amor, el deseo, las tentaciones, la caída y la redención. Como el 'frontman' seductor y peligroso, Dave Gahan terminó de darle alma a esas súplicas. Alan Wilder se lucía como el arquitecto del sonido, y Andrew Fletcher era el integrante buena gente con una función de la que no se sabe bien en qué consiste. Hasta que se quemaron con la llama de los egos y la desgastante dinámica de las giras y la convivencia. Wilder dejó la banda a mediados de los 90. Gahan se rehabilitó de las drogas. Luego publicaron otro disco memorable ("Ultra", de 1997), pero lo que vino después, a pesar de varias canciones excelentes, se parece a la repetición, la linealidad y el autoguiño.

En vivo el panorama cambia: sobre el escenario, Depeche Mode hechiza. Le sobran cartas bajo la manga para entregar un show vibrante que, por momentos, se asemeja a un ritual litúrgico. Este domingo 18 de marzo, en el Estadio Nacional de Lima, habrá una nueva oportunidad para asistir a esa sesión electrónica, eléctrica, rockera y luminosamente inmaterial.

EL ESTADO DE LAS COSAS
¿Es "Spirit" ("Espíritu") un disco optimista o pesimista? Desde Ciudad de México, Martin L. Gore responde a El Comercio por teléfono: "Una de las cualidades de este álbum es que es bien diferente para nosotros. Hace tiempo que no teníamos un disco de observación social. Así como está el mundo, hubiera sido un crimen ignorar este aspecto. La razón por la que este trabajo se llama 'Spirit' –esto es lo que yo creo, porque quizá muchos no estén de acuerdo conmigo– es que trata de sacar a relucir la humanidad de las personas, al mismo tiempo que ayuda a la gente a reencontrar su espiritualidad. Para mí, eso es muy positivo".

Héroes y sobrevivientes de la electrónica espiritual: Gore, de 56 años, y Gahan, de 55, en Holanda, durante un concierto de enero del 2018. (Foto: EFE)
Héroes y sobrevivientes de la electrónica espiritual: Gore, de 56 años, y Gahan, de 55, en Holanda, durante un concierto de enero del 2018. (Foto: EFE)

Luego se le pide al compositor de 56 años que vislumbre el futuro desde un presente dominado por Donald Trump, el 'brexit' y otros sucesos desconcertantes. Con esas variables en el aquí y ahora, ¿es Martin L. Gore optimista o pesimista? Él comenta: "Es muy difícil verle una salida a lo que está pasando en el mundo a nivel político. A veces es difícil ser positivo en estos momentos. Espero que algunos cambios se produzcan. Miremos, por ejemplo, los recientes tiroteos en Florida. Afortunadamente, Florida está reaccionando. Ahora se discute sobre el control en la portación de armas. Lamentablemente, hechos como este ocurren en Estados Unidos y en otras partes del mundo. Y sí, cuesta ser muy optimista, pero pienso que debemos creer en el espíritu del ser humano y que en algún lado, en las profundidades, aún hay bondad".En "Spirit", una canción lleva el título sintomático de "The Worst Crime" ("El peor crimen"). Como suele pasar en más de una composición de Gore, sus letras sugerentes se prestan para una interpretación polisémica. Se le consulta al cantautor sobre el significado de este tema. Él comenta: "Normalmente no hablo sobre mis canciones, pero aquí voy a hacer una excepción. 'The Worst Crime' es sobre la destrucción del medio ambiente. No solo estamos destruyéndolo para los que vivimos en el presente. Estamos condenando al planeta y a las próximas generaciones, a nuestros hijos y a nuestros nietos. Parece ser simple poner en práctica algunas medidas para remediarlo. Sin embargo, tenemos en el poder a un idiota como Trump, quien ni siquiera cree que esta destrucción es real. No puedo creer que algunas personas piensen que esto no es real. Es más, lo que creo es que ellos ignoran a propósito que esto está sucediendo".

De otro lado, a Martin L. Gore la paternidad le ha sentado muy bien: él tiene 4 hijas y 1 hijo. ¿De qué manera ser padre lo afecta como músico? El británico afirma: "Es una gran influencia. Una de las canciones del disco se llama 'Eternal' y está dedicada a una de mis hijas que ahora tiene 2 años"."Eternal" es una alabanza al instinto de protección de un padre que se desvive y babea por su hija. Sus letras son envueltas por sus sonidos atmosféricos, dramáticos, solemnes y suplicantes, como si aludieran a algo elevado y esencial. En ella, Gore canta: "Estaré ahí para ti / Siempre / Y cuando la nube negra / Se levante / Y la radiación caiga / Te miraré a los ojos / Te besaré / Te daré todo mi amor / Dando lo mejor que un hombre puede dar / Dando lo mejor que un hombre podría dar / Tú eres mi eternidad".
Sobre este tema, Gore precisa: "Quizá no sea la canción más positiva para una niña de esa edad. Tal vez cuando crezca, ella se sentirá orgullosa de esta composición [risas]. Mis hijas y mi hijo me dan mucho amor. Siempre me motivan".

¿Qué le parecen las iniciativas feministas como #MeToo y Time's Up? El cantautor responde: "Creo que son movimientos necesarios. Durante mucho tiempo, las mujeres han sido pasadas injustamente por alto. Hace unos días, el diario 'The New York Times' hizo algo interesante: incluyeron en su sección de obituarios un especial sobre mujeres importantes que fueron ignoradas en su momento. Increíble, porque muchas de ellas eran talentosas. Las mujeres son la mitad de la población del planeta. Ellas tienen que tener las mismas oportunidades". Gore describe, además, la dinámica actual de Depeche Mode, en la que el vértigo de la juventud es un recuerdo lejano: "Hoy todo parece más fácil. Disfrutamos lo que hacemos. No hay peleas. Y el público es fabuloso. Hace poco estuve enfermo durante un tramo de nuestra gira en Europa del Este, pero me subía al escenario y me ponía bien. Sentía cómo los asistentes nos devolvían su energía".

ERA DE ORO: 1987-1997
Las cumbres de Depeche Mode

1. "Music for the masses" (1987)
La banda consolida la hermandad entre la electrónica, la épica, la súplica, la melancolía y el baile. Temas como "Never Let Me Down Again" o "Behind The Wheel" son clásicos instantáneos. Pero lo mejor aún estaba por venir.

2. "Violator" (1990)
La introspección es una flor sónica inmarchitable que invoca el amor, la fe y la nobleza en la oscuridad. La música va del éxtasis a la contemplación. Viajes interiores para la posteridad son "World In My Eyes", "Waiting For The Night" y "Enjoy The Silence".

3. "Songs of faith and devotion" (1993)
Un ritual espiritual con electrónica, guitarra, batería, violines y aura gospel. Un disco extremo, arriesgado e inolvidable. El deseo, la caída y la redención pueblan su imaginario. Tras el tour del álbum, Alan Wilder abandona la banda.

4. "Ultra" (1997)
El último gran disco de Depeche Mode es de hace más de 20 años. Dave Gahan se rehabilita de las drogas y composiciones como "Home", "Insight", "Barrel of a Gun" o "The Bottom Line" exhiben emocionantes o adictivos ritmos, armonías, melodías y plegarias.

​Más información

Concierto de Depeche Mode en Lima.
Lugar: Estadio Nacional (calle José Díaz s/n, Cercado de Lima).
Fecha y hora: domingo 18 de marzo, 9 p.m.
Entradas: Teleticket en Wong y Metro.

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