SONIA DEL ÁGUILA (@soniahafid) Redacción online

Posiblemente, para muchas personas sea lamentable lo que te voy a decir. Después de haber estado prácticamente en coma a consecuencia de la diabetes, una enfermedad que no tiene cura, el médico me dijo algo que jamás pensé escuchar: Basta de viajes, anda pensando en tu retiro. Iván Cruz tiene la mirada triste, su rostro refleja el difícil momento que afronta. El intérprete que inmortalizó éxitos como Señor magistrado o Soy vagabundo, reconoce que los años de excesos le están jugando una mala pasada; sin embargo, quiere seguir batallando y anuncia su última gira artística a nivel nacional. Yo me voy a morir cantando, asegura.

El Ídolo del bolero tuvo una infancia dura. Cuando apenas tenía ocho meses de nacido y más necesitaba de sus padres, estos se separaron y lo dejaron con su abuela. Vivió en un callejón del Cercado de Lima desprotegido y carente de cariño. Fue víctima de innumerables abusos e injusticias que recuerda con dolor. Todo niño que no tiene un hogar sufre, casi fui violado hasta en tres oportunidades, confiesa el cantante de ahora 67 años.

El médico te recomendó alejarte de la música por tu problema con la diabetes. ¿Qué harás? Dice que tengo que descansar, que deje de viajar, y lo haré. Dejaré de hacer giras a nivel nacional e internacional, pero no me alejaré de los escenarios, seguiré cantando en Lima. La música es mi vida. Sin el amor del público sería infeliz. Yo voy a morir cantando, llegaré a viejito y diré: Déjenme vivir mi vida, yo no soy malo con nadie. Es lo que deseo.

Tuviste una vida llena de excesos. ¿Te arrepientes de ello? Claro que me arrepiento de haber sido drogadicto, borracho y de haberme dejado llevar por los placeres de la carne. Todo eso destruyó mi vida y mi hogar, hasta que, arrepentido, llegué a los pies del Señor pidiéndole perdón. Hoy soy una nueva persona, y si hace 13 años no me hubiese acercado a Dios, reconociendo mis faltas, ya no estuviera aquí, estuviera muerto. A mí no me curaron los siquiatras, ni los chamanes, me curó el Señor por medio de su hijo Jesús.

¿Es verdad que en más de una oportunidad intentaste acabar con tu vida? Así es. Mi vida era tan perra que yo mismo intenté destruirla. Un día, cuando consumía coca me miré al espejo y dije: “Revienta, revienta, revienta…”. Cuando mi cuerpo ya no soportaba más drogaba, me desplomé en el piso y cuando desperté, en lugar de acudir a un médico, me metí pastillas de diazepam con cerveza. No me explico cómo no me maté. Probablemente Dios no quiso que muera porque quería que sirva de testimonio para otras personas que están viviendo lo que yo viví.

¿Cómo ingresaste al mundo de las drogas? Aprendí a consumir drogas con los comunicadores sociales de aquella época, con el programador de la radio, con locutores, con los periodistas de espectáculos.

La mala vida que llevabas te separó de tu familia, tu esposa te dejó y ahora están nuevamente juntos. Esa es obra del Señor. Me casé con la madre de mis hijos cuando tenía 20 años de edad. Ella me ayudó a ser famoso, pero yo le pagué mal. Dejé mi hogar para irme detrás de los placeres del mundo: las mujeres, las drogas, el alcohol. Pasaron varios años y ella no pudo soportar mis mentiras y se alejó de mi lado. Eso no me importó, seguí viviendo una vida pecaminosa hasta que tuve un encuentro con Dios y empecé la difícil labor de reconquistarla. La historia de mi vida es digna de una novela.

¿Ha pensado en plasmarla en un libro autobiográfico? Ese es uno de mis proyectos que están pendientes. Mi autobiografía está en un borrador, solo falta que alguna casa editora se interese.

¿Aceptaría también llevarla a la televisión? A la televisión no, pero sí al cine. Me han hecho varias propuestas para hacer miniseries sobre mi vida, pero no he aceptado. No es lo que quiero, no es lo que busco. Mi historia es tan asombrosa que es digna de una historia cinematográfica.

EL DATO Iván Cruz cantará hoy en la discoteca Zoom de Ventanilla, junto a Pedrito Otiniano Junior.