Javiera Mena (Santiago de Chile, 1983) es una de las principales referentes del electropop latinoamericano. (Foto: rodphotography)
Javiera Mena (Santiago de Chile, 1983) es una de las principales referentes del electropop latinoamericano. (Foto: rodphotography)
Juan Carlos Fangacio Arakaki

Luego de 20 meses de pandemia y todas las alteraciones que ello implicó, los grandes espectáculos van regresando a ritmo mesurado. Y uno de los primeros conciertos internacionales que acogerá nuestro país será el de la cantante chilena (Santiago, 1983), convertida en un ícono indie y referente del electropop sudamericano.

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Radicada en España desde hace algunos años Mena, ha continuado su actividad creativa lanzando varias canciones (“Culpa” es la más reciente) e incluso un EP, “I. Entusiasmo”, que sirve como preámbulo para el esperado nuevo álbum que presentará en el 2022.

Con la enorme expectativa y la combinación de emociones que representa esta gira para ella –y también para sus seguidores–, Javiera atendió a El Comercio antes de su rencuentro presencial del próximo 8 de diciembre en el Centro de Convenciones de Barranco, organizado por Veltrac Music.

¿A qué alude el título “I. Entusiasmo”? ¿Al entusiasmo perdido con la pandemia? ¿Al entusiasmo recuperado? ¿O al que nunca se fue?

Es loco porque en realidad estas canciones fueron compuestas antes de la pandemia. Entonces se trata de un entusiasmo previo, de cuando Chile vivió el estallido social. En ese momento las escribí, y le puse ese nombre en el sentido del entusiasmo como un fuego interior, de sentir esas ganas de cambio. Pero luego creo que cayó muy bien en el contexto de la pandemia, porque se trata de recuperar, un poco al menos, ese espíritu que venía desde antes aquí en Chile.

Por cierto, ¿Cómo percibes la evolución de ese estallido chileno del 2019?

Bueno, ahora se está redactando una nueva Constitución y han cambiado mucho las cosas. Yo igual vivo en España así que no he podido vivir el día a día, pero siento que al menos se removió algo. Como si hubiese habido un terremoto y algo se hubiera derrumbado. Como que Chile despertó. En eso siento que nos parecemos a los peruanos, porque somos como más tranquilitos, y no como los argentinos que están siempre afuera, reclamando. Nos tenían muy dormidos a nosotros, pero el estallido social fue un despertar. Obviamente esto después se termina transformando en algo institucional, un poco más frío, pero por lo menos menos el espíritu de que todo se removiera se siente. Y está bueno lo que pasó.

Los países latinoamericanos parecen en convulsión permanente. ¿Verlo todo desde España, con cierta distancia, cambió de alguna forma tu mirada?

Sí, lo que yo siento es que en Chile hubo como un decorado falso. Antes se decían cosas como “Chile, el país más europeo, estamos súper bien”. Pero no. Ese bienestar era solo para algunos, para un sector de la población muy pequeño. En realidad mucha gente vive endeudada, con tarjetas de crédito, viviendo una infelicidad. Y entonces desde afuera, se percibe como si hubiese renacido una rabia, una pena, que está movilizando las cosas. También ha habido mucho dolor con el estallido social, mucho enfrentamiento; pero era inevitable, por la forma como se ha formado Chile, desde una elite muy cerrada. Así lo veo yo: como que ha habido un cambio, pero todo está a flor de piel igual. Se siente como un caos, el mismo caos que tiene todo Latinoamérica.

Déjame volver al tema musical. Tu última canción se llama “Culpa”. ¿A qué tipo de sentimiento culposo te has enfrentado en la vida?

Yo he vivido con culpa, sí. Fui cristiana mucho tiempo, y eso me metió la culpa de vivir en una especie de verano eterno, de disfrutar. He sentido culpa hasta de vivir en España, de que me vaya bien y decir “no, los otros están mal”. Pero me lo he ido quitando. En España y Europa son mucho más hedonistas, incluso se les va la mano para el otro lado. Pero es loco ese sentimiento de no poder disfrutar las cosas. Ahora siento que ya puedo purgar esas cosas, y por eso tiene que ver con el disco que voy a sacar. Habla mucho de eso, de la oscuridad, de ese diálogo interno que uno tiene. Por allí va la cosa. Pero sí, nosotros como latinoamericanos somos muy culposos. O sea, igual la cagamos, hacemos todo mal, nos vamos de fiesta hasta las 7 de la mañana, pero estamos como con un peso que nos acompaña, que nos respira en la oreja. Entonces yo he aprendido como a quererme, a ser gentil conmigo, a aceptarme. Y eso tiene que ver con purgar la culpa también.

Lo de grabar a distancia, debido a las restricciones por la pandemia, ¿fue algo nuevo para ti?

No, yo siempre he sido muy de mundo virtual. Crecí con eso en los 90. El disco anterior, “Espejo”, lo hice enviando y recibiendo muchos archivos, etc. Por eso cuando llegó la pandemia me pilló muy bien preparada porque yo ya sabía cómo era el asunto. Claro que esta vez era obligatorio e igual me aburría estar todo el rato mezclando por Zoom. Porque a mí me gusta mucho estar en el estudio, hay una magia allí que no pasa en lo virtual. Pero creo que estuve muy bien preparada para la pandemia y pude avanzar y terminar mi disco. Además yo soy productora, así que podía avanzar por mi cuenta, sin la necesidad de estar pidiendo ayuda.

Santiago Barrionuevo, de Él mató a un policía motorizado, que el 50% de su trabajo era componer y grabar, y el otro 50% radicaba en tocar frente al público, compartirlo con la gente. ¿Para ti también tienen la misma importancia ambas cosas?

Mira, creo que eso es algo que yo no había valorado. Por un lado, Él mató a un policía motorizado es una banda mucho más en vivo que yo. Yo soy más una rata de laboratorio, hago mis canciones en el ordenador, soy un poco más retraída. Y por eso no era tan fan de las giras. Pero ahora que estamos volviendo luego de una pausa larga por la pandemia, me he dado cuenta de toda la energía y de todo lo que he crecido también en el show en vivo. Y lo extrañaba. Ahora me siento como muy bendecida de que la gente esté yendo a mis conciertos, de que podamos volver a tocar; me di cuenta de cómo eso me energiza y es un momento de éxtasis, una ceremonia. Es muy bonito y ha cambiado mi opinión respecto a eso.

¿Para cuándo estará listo el nuevo disco? ¿Es lo que vamos a escuchar en tu concierto en Lima?

El álbum tiene un poquito de todo. El EP “I. Entusiasmo” es una parte de ese álbum, que es muy versátil. Puedo hacer una balada romántica ochentera, o un techno, y a mí me gusta todo tipo de música. Es un disco muy sensual y erótico, pero elegante a la vez. Además, he compuesto con varias personas, lo cual es algo nuevo para mí, que siempre componía sola. La idea es sacarlo a finales de marzo, aunque iré sacando ‘singles’ igual. El show que presentaré en Lima es una mezcla de todo, un espectáculo con mucho entusiasmo, así que el título le cae como anillo al dedo. Hay mucha energía, la gente entra como en una catarsis, y también toco mis canciones antiguas. Será como una hora y veinte minutos de show.

Estuve leyendo que en Santiago hubo toda una discusión sobre la realización del Lollapalooza Chile en el Parque O’Higgins, por los permisos de las autoridades. Finalmente . ¿Qué opinas al respecto?

Me da mucha pena porque en ese mismo lugar se hacen otros eventos como la parada militar, fiestas, etc. Y el Lollapalooza, a pesar de que sí puede generar ciertos daños como cualquier evento en el que se junta mucha gente, creo que es importante para nuestro turismo, para nuestra cultura, para el país y la ciudad de Santiago. Es un evento que trae mucha gente de fuera para ver a las bandas, así que me parece un despropósito que no se haga. Con la pandemia el rubro artístico y cultural en Chile ha quedado muy dañado. La verdad es que si no se hace me va a enojar mucho.

La experiencia de Veltrac

Para José Velásquez, fundador y CEO de la productora Veltrac Music, los casi dos años sin actividad musical debido al COVID-19 han sido durísimos. “Fuimos los primeros en cerrar y los que hemos estado parados más tiempo”, explica sobre el difícil trance de cancelar los eventos que ya tenían anunciados, los que estaban por anunciar, aquellos que iban en proceso, gestionar la devolución de entradas, etc.

Por suerte, este tiempo de para les ha servido para sanear cuentas y resolver asuntos pendientes. “Hemos depurado muchas cosas y aprovechado para limpiar la casa”, agrega Velásquez. En esa línea, ya han confirmado dos conciertos –el de Javier Mena de este 8 de diciembre y el de la banda británica Jungle en marzo próximo–, están a punto de lanzar la segunda fase de su tienda Veltrac Fun Shop (una tienda virtual para amantes de la música), y dentro de poco anunciará el proyecto Veltrac 360, mezcla de sello discográfico y agencia de management para artistas locales.

Además, desde este miércoles 24 de noviembre y durante cuatro días se realizará el Veltrac Music Festival en un formato especial, que abarca una plataforma de mercado para los agentes profesionales de la música y una serie de conciertos en vivo en ‘streaming’ y presencial bajo el nombre VMF Showcases. Toda la información está en

El dato

  • Las entradas para el concierto de Javiera Mena, el miércoles 8 de diciembre, están disponibles en

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