MDN
Joaquín Sabina

El reloj marcaba las 8:45 p.m. y los últimos fanáticos de corrían para acomodarse en los asientos y no perderse el ingreso de su ídolo al escenario. Más de uno llevaba un sombrero similar al que Sabina suele utilizar como parte esencial de su vestimenta.

A diferencia de otros conciertos, en este el público hacía tiempo sentado en cómodas butacas similares a las que utilizamos en el cine y algunos acompañaban la espera con una copa de vino gracias a la zona Mastercard, lo cual parecía acelerar sus emociones en los minutos restantes.

A las 9:11 p.m. las luces se apagaron y la pantalla se iluminó con un texto que decía: "Sabina". De fondo sonaba el instrumental de la canción "Lo niego todo", cuyo nombre también es el título de su último álbum de estudio, colaboración entre Sabina, Leiva (productor del álbum) y Benjamín Prado.

Minutos después la banda ingresó y en el fondo las pantallas mostraban un periódico con imágenes del cantante haciendo referencia a un Sabina desaparecido. La serenidad por parte de los asistentes se esfumó cuando el intérprete ingresó al escenario. Nadie pudo evitar pararse y levantar las copas de vino.

Sabina apareció de negro, un código de vestimenta que toda su banda parecía seguir, pidió disculpas por el retraso y habló acerca del cuadro severo de gastroenteritis aguda que lo llevó a cancelar conciertos en setiembre. "Parece que todas mis dolencias se van cada vez que aterrizo en Lima. Esta es una de las ciudades más hospitalarias del mundo, siempre me ha recibido con los brazos abiertos. Además, me cambiaron la vida", confesó. Mientras el público coreaba "¡Jimena, Jimena, Jimena!", haciendo referencia a su pareja peruana.

"Hace mucho tiempo que no salía de gira con canciones nuevas así que ahora cantaré algunas de esas y espero que no se cabreen", bromeó. "Quien más, quien menos" fue una de ellas, pero los fanáticos no parecieron tener problemas y corearon la nueva canción.

A la mitad del show, Sabina acompañado de una copa en su mesa, aprovechó para presentar a su banda, a la que describió como una familia. "Componemos y grabamos juntos. Reímos y lloramos juntos y claro que también nos emborrachamos juntos. No sé cómo hemos durado tanto si ellos no quieren tener sexo", dijo entre risas el español. Allí aprovechó para introducir a su nueva bajista, la argentina Laura Gómez Palma. "Cada año intentamos romper la rutina trayendo a alguien nuevo al grupo", agregó.

Entre el repertorio del concierto no faltaron los clásicos como "Magdalena", "Boulevard de los sueños rotos", "19 días y 500 noches", "Y nos dieron las 10" y "Princesa". 

Sabina terminó su show con la canción "Pastillas para no soñar", coreada por un público de todas las edades, pues los seguidores iban desde los 20 años en adelante. "Si estoy orgulloso de algo es de haber escrito unas cuantas canciones que ya pertenecen a la memoria sentimental de un par de generaciones", expresó hace unos días durante su concierto en Ecuador.

"¡Hasta siempre, Lima!", fueron las palabras de la estrella española, quien se despidió rodeado de aplausos y una ovación por parte del público.

Contenido sugerido

Contenido GEC