ALFREDO ESPINOZA FLORES (@alfred_espinoza) Redacción online

Un concierto de punk no tiene comparación. Y el de Lagwagon debe haber sido el mejor concierto de punk que se haya visto en Lima. Lo firmo. Confieso que soy fan número uno de NOFX, que también tocó en la capital, pero lo de ayer fue simplemente brutal. No solo fue la banda, fuimos todos los que entramos a Céntrica y recordamos nuestra adolescencia, y de paso les hicimos recordar su juventud. Los años… ¿qué son los años después de un show como este?

Violins parecía insuperable. Era apenas la segunda canción del repertorio, pero el pogo ya amenazaba con traerse abajo a todo aquel que no demuestre ser un hiperactivo descontrolado, una persona entregada al compás de un ritmo vertiginoso e incansablemente cambiante. Pero entonces llegó May 16th, y lo que algunos temían se hizo realidad: con cuál sino con este himno se podía esperar un pogo tan intenso, como si los presentes se hubieran prometido a sí mismos saltar y cantar como pago de una deuda de alrededor de 15 años por fin saldada. Por fin. Así lo sintió también el grupo, que tocó un homenaje a sus primeros discos, nostálgico recorrido que incluyó paradas como Island of shame, After you my friend, Sick, -Angry Days, Messengers, Alien 8, entre otras, además de un cover de No Use For A Name en honor al fallecido Tony Sly, Exit.

El bajista es un showman como pocos. Su conexión con el público, sus histriónicas poses y sus movimientos constantes hacían que resaltara casi en todo momento. Estaba intratable. Y contagió al resto. Entonces las incesantes paradas y los cambios de ritmos se convirtieron en la excusa perfecta para saltar una y otra vez, para moverse desenfrenados, para reírse entre ellos, para hacer muecas a la gente, para bromear con el micrófono, para pedir que nadie se quede quieto, para convertir el Real Plaza en un solo de punk rock.

El cierre del show fue espectacular: Alien 8, Making friends y Razon burn. Como cereza, el fan que se trepó a una de las columnas para desde arriba lanzarse al pogo, uno incomparable frente a cualquier otro estilo de música.

Ya lo había dicho Joey Cape en una entrevista con elcomercio.pe, que el punk es encontrar a un grupo de gente con quien te identificas porque comparten algo que aman. Eso fue exactamente el concierto de Lagwagon en Lima: una vuelta a la adolescencia, un regreso a un momento en el que escuchar nuestras bandas favoritas era todo lo que importaba en este mundo. Y ayer fue lo único que importó.