Sonia del Águila

A los cinco años, se visualizaba cantando y bailando ante miles de personas, también curando enfermos, pintando hermosos cuadros y vendiendo sabrosas frutas. A esa edad, Vicky Corbacho quería ser muchas cosas, pero sobre todo artista. Como buena andaluza, antes de enamorarse de la bachata y la salsa, se enamoró del flamenco. Integró el grupo infantil Niños de Huelva. Algunos años después, por influencia de célebres representantes de la música latina como Gloria Estefan, Juan Luis Guerra y Celia Cruz, sus gustos musicales variaron. La niña creció y “Qué bonito” se convirtió en el “trampolín” que la llevó a disfrutar de una “Bachata Fresh” y de interminables aplausos bajo “El cielo de París”.

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