Rock y Mozart sobre el escenario [CRÍTICA]
Rock y Mozart sobre el escenario [CRÍTICA]
Gonzalo Tello

El que considero como el mejor elenco del año pasado por los resultados logrados, la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil- Bicentenario (OSNJB), inició el 2016 no solo recargada, sino con mucha variedad y elasticidad, ofreciendo dos programas de lo más opuestos pero interesantemente ricos. Por cierto, la orquesta lleva el título Bicentenario por ser parte de un proyecto cultural integral con miras al 2021.

El primer programa fue dedicado a los clásicos del rock y metal. En él, la banda liderada por el genial Charlie Parra ofreció ‘medleys’ de icónicos grupos de este género como Metallica, Guns N’ Roses, Black Sabbath, Queen y Iron Maiden. En medio de un ambiente lleno de humo y efectos de luz, los músicos de la orquesta, quienes vestían jeans y polos rockeros, salieron para interpretar estos clásicos, bajo la precisa batuta de César Vega. 

La experiencia no pudo ser mejor para el público, que agotó localidades. Si bien Parra bromea con una falta de disciplina académica, ha demostrado ser un solista impecable, con una presencia y una virtuosidad enormes en la guitarra. No solo eso, sino que su propia obra, incluida en el programa, goza de una interesante sofisticación y es digna de una orquesta.

El punto en contra tuvo que ver con un pésimo micrado, incluso con acoplamientos. La guitarra y la percusión saturaban y la orquesta terminó reducida a un sonido seco, desbalanceado y completamente deslucido. El equipo técnico del Gran Teatro Nacional debe buscar la manera de encontrar el balance ideal para este formato, uno en el que el elenco protagonista destaque y no se vea perjudicado.

Otro evento con lleno total fue el minifestival Solo Mozart, que presentaron por tres días consecutivos solistas de la orquesta y su director titular, Pablo Sabat, y que incluyó piezas de cámara y sinfónicas. 

Si bien un festival de este tipo suele incluir obras completas, en esta primera experiencia del joven elenco se optó solo por presentar movimientos de variadas piezas del compositor austríaco.

En la primera fecha, dedicada a las cuerdas, predominaron la falta de ensayo y la poca gracia tanto del director al piano como de los solistas. Sabat interpretó la “Sonata Nº 11” fuera de estilo y dejando muchas notas en el aire. El programa no tuvo mucha coherencia entre piezas y los diversos solistas no hicieron mayor esfuerzo por destacar, tocando tímidamente. 

El segundo día, dedicado a los vientos, mejoró con correctas interpretaciones de Denils Vargas en el clarinete y Adrián Gargate y Luis Chumpitazi en el oboe. 

El último día estuvo dedicado a piezas sinfónicas, con la orquesta completa dirigida por Sabat y los solistas de la misma. Luego de una correcta obertura de “Le nozze di Figaro” siguieron destacadas interpretaciones de Faridde Caparó en el allegro aparto del “Concierto para violín K. 219”, Luis Melgar en el adagio del “Concierto para clarinete K. 622”, y Alfredo Carrión en el “Concierto para corno K. 447”. Arias de “Don Giovanni” fueron interpretadas por Rosa Parodi y Xavier Fernández y la orquesta concluyó con movimientos de las sinfonías Nº 29 y Nº 41 “Júpiter”.

Este inicio de temporada a teatro lleno debe inundar a los músicos de entusiasmo y ganas de entregarlo todo, para que sus próximos conciertos sean memorables.

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