MELVYN ARCE RUIZ Redacción online

Sebastián Sánchez Botta y Javier Kou iniciaron un viaje hacia el pasado hace poco más de dos años. Después de trabajar en conjunto en algunos proyectos de pop/rock, la idea de armar una banda tributo a The Doors los sedujo y los llevó a sumergirse en las más exquisitas rarezas de la música de los sesenta. Phantoms Divine Comedy, una banda envuelta en misterio que supuestamente lideró Jim Morrison a inicios de los setentas, llegó a sus oídos y cambió por completo todos sus planes. Bastó con oírla para soltar la frase: Sería mostro hacer un proyecto así. Para el verano del 2011 habían sepultado la idea del tributo y empezaron a experimentar con sus guitarras y teclados con una nueva meta trazada: revivir la sicodelia.

Luego de habernos puesto de acuerdo en empezar el proyecto, nos pasamos un año entero explorando más psicodelia, más bandas, y componiendo cada quien por su lado. Juntábamos ideas, a ver qué sonaba más parecido a lo que buscábamos. Por ese entonces, todavía trabajábamos paralelamente para el proyecto rock pop, al cual teníamos como prioridad, y decidimos viajar a San Ramón por Semana Santa, para componer. Curiosamente, el viaje se frustró, pero nos dio la oportunidad de retomar la idea del proyecto de psicodelia y encerrarnos tres días seguidos, con nuestros instrumentos y propios recursos, a tratar de plasmar lo que habíamos venido trabajando. Así, el 5 de abril, empezamos grabando cinco temas, y con eso, nos abrimos paso por las redes sociales, para ver cómo respondía la gente ante lo que habíamos hecho. La pequeña aceptación, sobre todo por parte del público extranjero, nos dio la energía para hacer más y más, hasta completar así el Whispers of the Night, el día 11 de noviembre, y lanzarlo el 8 de diciembre de 2012, explica Sebastián Sánchez Botta, vocalista y tecladista del grupo.

¿Cuál dirían que es el concepto del grupo y de este disco en particular? Sebastián: El concepto pasa por resurgir la psicodelia a nivel nacional. Pero no la sicodelia evolucionada, la sicodelia moderna que va más hacia lo electrónico, sino la sicodelia de los sesenta. Queremos sonar como una banda clásica, una banda que parezca perdida en el tiempo.

¿Por qué optan por un sonido marcadamente clásico? Sebastián: Siempre nos llamó la atención los sonidos cálidos y hasta de baja fidelidad de bandas que no necesitaban mucha computadora para sonar. Ello se mezcló con nuestro capricho de hacer psicodelia, el cual quisimos satisfacer respetando el sonido, calidad, esencia de la vieja escuela, al punto de sonar como si fuéramos una banda de los sesenta o setenta. Nos parece que en lugar de hacer tributos a esas décadas, tocando covers, podemos traerlas a estos tiempos con nuevos temas, los nuestros, como si se “redescubriera” alguna banda perdida.

¿Han tenido como referencia a alguno de los grupos de la psicodelia peruana? Javier: Sí, a mí me encanta Traffic Sound y Laghonia, pero también hemos tomado de bandas de afuera como The Doors, Iron Butterfly y, bueno, Phantoms Divine Comedy.

Imagino que componer para una banda psicodélica debe ser un poco más complejo que componer para una banda rock Javier: El genio es nuestro tecladista: Sebastián. Sebastián: Javier es el más entendido en este género y me pasaba bandas para ir explorando más, allí me fui nutriendo un poco de cómo suenan los teclados. Me parece que los temas son un poco más sencillos de componer como base, a diferencia de otros temas de rock en general. Lo difícil es cuando lo quieres hacer sonar como psicodélico, para que no suene solo a blues o a rocanrol o a algo experimental. Empieza a girar con los efectos y la línea vocal.

¿Y cómo han hecho con el tema de las letras? Sebastián: Este disco tiene bastantes ramas: hablamos de la sensualidad femenina, del erotismo, de las profecías del fin del mundo, que en esa época estaban muy latentes, y poemas sobre los efectos psicodélicos de la noche.

¿Por qué cantar en inglés? Sebastián: Pasa por un tema, probablemente, tradicionalista, ya que, nos basamos mucho en bandas de psicodelia clásica. Explorando en la psicodelia peruana tenemos a Traffic Sound, The Mads o Laghonia, por ejemplo, quienes se aventuraron a cantar en inglés por la influencia de las bandas de rock y psicodelia que venían de afuera. Inconscientemente, tuvimos un pensamiento similar. Por cantar en inglés se puede decir que no hay originalidad o no hay peruanidad, pero más allá de eso, nosotros no nos estamos alienando sino, digamos, pensando como lo hacían los miembros de esas bandas que mencionamos.

Siendo ustedes una banda que busca en el pasado, ¿cómo ven el rock actual? Javier: Personalmente, la gran mayoría de bandas que suenan ahora no me gustan. No me gusta el indie, por ejemplo; aunque rescato algunas cosas. Hay bandas que pellizcan un poco de estilos del pasado como la psicodelia, el new wave, el post punk y lo llevan a su sonido propio.

¿Y en la movida nacional? Sebastián: Creo que se hacen muchos tributos, muchos covers. Leí por allí que decían que eso debía a que aquí no hay buenas bandas, pero decirlo así me parece muy vago. Si uno explora dentro del mundo underground pueden encontrar cosas más interesantes. Allí las bandas locales pueden experimentar sin rendirle cuentas a un productor o un público en particular, por ejemplo. Tocan para sí mismos. Las bandas que están arriba de esa escena son o, bien bandas con más de 20 años, o bandas nuevas que han podido surgir por cuestiones comerciales, estéticas o monetarias, incluso. Y no digo que sea así con todas las bandas nuevas, porque hay bandas que salen del underground hacia arriba porque hacen muy buen trabajo. También hay otras que prefieren quedarse allí abajo y otras que aspiran a subir a ver qué pasa. Creo que en esta última estamos nosotros, viendo qué guarda para nosotros esta vía del rock nacional.

EL DATO The Dead End Alley Band ha puesto su disco debut Whispers of the Night disponible para su descarga gratuita aquí. Puedes ver más información de la banda en su Facebook oficial.