La hermana de Héctor Lavoe lo recordaba en un documental para la televisión: él hizo felices a muchas personas. A su familia, a la que sacó de las penurias económicas, y a sus millones de fans, que se olvidaban de la tristeza cuando lo escuchaban sonear, pero nunca llegó a hacerse feliz a sí mismo. La historia del cantante de los cantantes fue tan triste como un bolero, como aquellos que llegó a cantar en su disco Recordando a Felipe Pirela, y corta, pese a la cantidad de veces que ha sonado en nuestras radios en todos estos años.
En 1993, Héctor Juan Pérez Martínez, La Voz, falleció en Nueva York, la misma ciudad que lo vio triunfar y crear, junto a otros grandes como Willie Colón, un fenómeno musical latino en los Estados Unidos. En junio de ese año cerró uno de los ciclos más tristes de su vida: el de una incontrolable tristeza y el abandono de los que alguna vez lo tomaron como una máquina de hacer dinero.
La pérdida de su madre, los problemas con su esposa, la muerte de su hijo, el agotamiento y exigencia de una carrera deslumbrante lo llevaron a refugiarse en el alcohol y, luego, en drogas como la heroína. Fue precisamente en esta época que contrajo el sida. Una enfermedad de la que él nunca habló en público, pero que lo consumía vertiginosamente ante los ojos del mundo.
Poco tiempo antes de su muerte, Lavoe ofreció la que sería una de sus últimas entrevistas en video. A pocos días de la triste efeméride, aquí recordamos algunos de los momentos de ese registro ahora histórico para los salseros y amantes de la buena música en general.