Los Shapis fueron parte del Vivo X el Rock. (Foto: El Comercio)
Los Shapis fueron parte del Vivo X el Rock. (Foto: El Comercio)
Miguel Rocca

El titular que acompaña esta nota no es otro que una cita textual del Lucho “El Gato” Bazán. El animador de Armonía 10 hacía uso de esta frase en los intermedios de los temas de “La Primerísima”. Así fue cómo la cumbia, la chicha, y la salsa, se hicieron espacio en el festival , evento en el que, por el nombre, podríamos presumir que no están invitados. Pero...

Por la tarde, Camaguey y Los Mirlos tocaron en el escenario Fusión (uno de los 7 espacios acondicionados por la organización del festival Vivo x el Rock para la presentación de los artistas). Si bien tuvieron buenas presentaciones, el público no llegaba a los 1000 en ese escenario. Pero horas después todo cambiaría.

“Cervecita, licor amargo”

Nueve de la noche en San Marcos.

Mientras en el estadio los neoyorquinos de Interpol tocan lo mejor de su repertorio, en el escenario Fusión, una figura emerge en el escenario. Grande por su trayectoria, el pequeño “Chapulín El Dulce” sale ante el público del Vivo x el Rock canchero, como quien ha tenido que enfrentarse a esta cantidad de público cientos de veces. Y la experiencia de Los Shapis, pesa.

Acompañado como siempre por Jaime Moreyra, Chapulín es amo y señor de la agrupación chichera. Felices por su inclusión en el festival, los músicos continúan con su presentación con temas como “La Novia”, “El Proletario” y “Borrachito borrachón”. La guitarra en estas canciones es como una invitación a tomar esa bebida a la que todos conocen como cerveza.

Deben ser como 5 mil personas las personas que disfrutan de la chicha de Los Shapis. Algunos tienen polos de Slipknot, otros de The Strokes, pero bueno, aquí están, cantando todos “Si se marchó sin un adiós, que se vaya, que se vaya...”. Sí, hay algunas canciones que dan sed, como “El Aguajal”.

El “arbolito” de Deyvis

Heredero de todo lo que representa en la historia de la cumbia peruana el Grupo Néctar, Deyvis Orosco no le corre al reto. Con una producción impecable y una orquesta bastante prolija, el “Bomboncito” de la cumbia canta en el escenario Fusión del Vivo x el Rock como si lo hiciera en El Huaralino, donde meses atrás celebró un aniversario más de vida artística.

Pero este no es El Huaralino, sino la universidad San Marcos, donde hasta hace unos minutos, The Strokes ha terminado su presentación en Lima con “Last Nite”. Contrastes, le llaman.

Culminadas ya las presentaciones en el imponente estadio de San Marcos, algunos se retiran, otro grupo busca más música en los otros escenarios y varios, a pesar de todas las horas de festival, buscan cumbia para bailar.

Y allí aparece Deyvis, con temas históricos de Néctar como “El Arbolito” y “Pecadora”, además del éxito “No te creas tan importante”. La gente corea casi todas las canciones, en una mano el celular, para grabar, y en la otra un vaso de cerveza. También bailan. Deyvis en el Vivo x el Rock, brilla y baila como rockstar.

Armonía 10 y la confirmación de una sospecha

Es importante mencionar que cuando se anunció la inclusión de cumbia y otros géneros como la chicha y la salsa en el Vivo x el Rock, varios pegaron el grito en el cielo. Por “conocedores de la escena” o “críticos de Twitter o Facebook”, la cumbia no era bienvenida aquí. Bueno, hasta ayer.

Armonía 10, es decir, “La primerísima” es la orquesta de Walter Lozada. Con varias décadas de formación, se han paseado en los últimos años por el festival Alternativo, organizado por los mismos que año a año hacen el Vivo x el Rock. Y quizá allí nació la idea de que en Perú, país claramente multicultural, se pueda tener un festival en el que los mejores artistas internacionales toquen junto a grandes exponentes de la cumbia.

Minutos antes de las 2 de la mañana, y con la inconfundible voz del “Gato” Bazán, Armonía 10 aparece en el escenario Fusión, esta vez con más de 8 mil personas que han esperado hasta esa hora para ver su presentación.

Poco importa si pogueaste con Slipknot, si esperaste ver a The Strokes en Lima toda tu vida, o si lo tuyo va más con el feeling que le mete Fito Páez al cantar. Aquí, a esta hora, se baila y se canta cumbia. Bienvenido al planeta Armonía 10.

“Cervecero”, “Dios mío haz que me enamore” y “Amor de estudiante” hacen que el público recupere energías. Si se cansaron en todas las horas previas del festival, si se quedaron con hambre o si tienen ganas de ir al baño. Todo puede esperar. Menos esta presentación fugaz, pero consagratoria de Armonía 10.

Mientras va sonando “Con las manos hacia el cielo estoy, y mi corazón desecho, hoy me golpeo el pecho y juraré no amarte más”, caminamos de salida hacia la avenida Amezaga para encontrar un taxi a esa hora. Armonía 10 confirmó nuestras sospechas. La cumbia peruana puede y debe seguir en este festival.

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