La serie de la década de los sesenta no tiene nada que ver con la nueva producción de HBO
La serie de la década de los sesenta no tiene nada que ver con la nueva producción de HBO
Daniel Goya

Dos padres van a sufrir. Es una noche fría. Un secuestrador está en el teléfono dando las indicaciones sobre cómo entregar el dinero del rescate por el secuestro de un recién nacido. Amenazas, ruegos y sollozos. Luego de entregar el dinero los padres recibirán, envuelto en unas mantas, a su hijo sin vida.

Así comienza la trama del primer episodio de Perry Mason, el remake de HBO sobre uno de los abogados más famosos de la televisión. Solo hay un detalle, este nuevo Perry Mason, interpretado por Matthew Rhys, no es abogado, no es refinado y está muy lejos de ser el paladín de la justicia que alguna vez escribió Erle Stankey Gardner en novelas cortas durante las primeras décadas del siglo pasado.

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El nuevo Perry Mason de HBO está más cerca de ser un alcohólico y violento embaucador. Porque esta serie cuenta cómo se construyó la leyenda, los inicios del abogado que era capaz de tomar los casos más difíciles y defender a su cliente encontrando al verdadero culpable gracias a sus increíbles poderes de deducción e investigación.

La serie Perry Mason, que produjo CBS durante nueve temporadas entre 1957 y 1966, contó con 271 episodios y la estructura de estos fue casi siempre la misma. Al inicio de cada capítulo se conocía a la víctima y las circunstancias de su muerte. Luego Mason, tras aceptar el caso, se presentaba en el juicio listo para demostrar la inocencia de su cliente encontrando al verdadero culpable. Esta estructura del programa permitía dos cosas: identificar al público con la víctima para que sienta la necesidad de que se haga justicia y no revelar la identidad del asesino hasta que Mason lo haya señalado. El público solo podía saber lo que ocurrió gracias al protagonista de la serie.

En la versión de HBO no habrá un juicio por episodio, ni una sola víctima. De acuerdo a lo que mostró el primer capítulo de la serie, que tiene como productor a Robert Downey Jr. (y que en un comienzo iba a ser el elegido para interpretar a Mason antes que su agenda se lo impidiera), lo que tendremos será una miniserie con un único caso a resolver. Y esta vez, Mason, quien todavía no es abogado, será un investigador que debe hallar las piezas para resolver el misterio de quién secuestró y asesinó al menor.

ABOGADOS DE FAMILIA

Las series de abogados se han convertido en un subgénero de las series de televisión tan resaltantes como lo son las series policiales, las sitcoms o las de ciencia ficción. “Perry Mason”, la serie de la década del sesenta, interpretada por Raymond Burr demostró que al público le gustaba asistir desde sus casas a un juicio, porque es la corte el mejor escenario para el drama más claro posible: dos voluntades se enfrentan, los fiscales que buscan una condena y los abogados defensores que tratan de conseguir una absolución. Y todo lo que ocurre en medio son condimentos para la acción dramática más eficiente.

Tal vez por ello diferentes generaciones de televidentes hemos podido ver series de abogados. Algunos más serios y oscuros que otros, algunos en tono de comedia y hasta a veces iluminando el drama de sus vidas personales fuera de la corte de justicia.

A continuación algunas de las series de abogados más recordadas.

“SE HARÁ JUSTICIA”

Ganadora de 12 premios Emmy, tuvo 8 temporadas con 172 episodios y trataba del poderoso bufete de abogados McKenzie, Brackman, Chaney y Kuzak. La serie mostraba el trabajo de los oficiales de la corte en uno o dos casos por episodio y su lucha por salir airosos. Las vidas personales de los protagonistas también eran expuestas en el show.

“THE PRACTICE”

Serie creada por David E. Kelley, quien durante la década de los noventas y principios de este siglo creó más de una serie de abogados icónica. “The Practice” muestra a una pequeña firma de abogados de Boston que asume casos penales y civiles con un alto grado de drama. Duró 8 temporadas y dio paso a un spin off llamado Boston Legal

“BOSTON LEGAL”

Nacida de la concluida “The Practice”, se centra en Alan Shore, un abogado poco convencional, políticamente incorrecto, que le gusta hacer bromas y tomarse muy pocas cosas en serio. Pero es un excelente abogado y tiene un gran sentido de la justicia.

“AMERICAN CRIME STORY”

La producción de Netflix cuenta los pormenores del caso judicial más sonado de los noventas en Estados Unidos: el Pueblo contra O.J. Simpson. Con gran detalle de los hechos reales, la serie cuenta lo que sucedió al interior de los dos bandos enfrentados, la defensa y la fiscalía, durante el juicio que fue transmitido en vivo y que logró impresionantes niveles de audiencia.

“HOW TO GET AWAY WITH MURDER”

Una profesora universitaria de derecho penal enseña a un grupo de estudiantes las diferentes maneras de esquivar la justicia cuando se defiende a un acusado de asesinato. La serie tiene un caso importante por resolver cada temporada y pequeños casos que se van resolviendo en cada episodio.

“SUITS”

Un idealista joven que no pudo entrar a la facultad de derecho se las arregla para ser contratado como abogado en una de las principales firmas de Nueva York. Allí conocerá a un mentor que le enseñará que ser listo no siempre basta. Ambos enfrentarán casos hombro con hombro mientras tratan de mantener el secreto de que uno de los dos nunca estudió leyes.

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