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"Flora Tristán" inaugura teatro de la Universidad de Lima - 5
Enrique Planas

Se estrenó por primera vez en 1959, en el auditorio de Radio Mundial, en el Centro de Lima. Para el papel protagónico de “Flora Tristán”, Sebastián Salazar Bondy había pensado en Lucía Irurita, actriz a la que admiraba no solo por su fuerza de carácter, sino por preferir los rigores de la vocación teatral a la comodidad burguesa de su círculo familiar. “Lucía Irurita encarna una rebelión saludable contra los prejuicios aldeanos que todavía persisten en hogares y familias peruanas”, había escrito el autor en una crítica periodística un año antes.

Así, fuera de un teatro tradicional, como un espectáculo con público de radioteatro, Lucía Irurita recorre el duro peregrinaje de Flora Célestine Thérèse Henriette Tristán y Moscoso Lesnais. En su histórica obra, Salazar Bondy adapta el libro de la pensadora socialista francesa “Peregrinaciones de una paria” y desarrolla en tres actos momentos decisivos de su biografía: una conversación con el capitán Chabrié en la cubierta de Le Mexican, el barco que la llevó al Perú en 1833, cuando Tristán huye de una vida miserable; el enfrentamiento con don Pío Tristán, su tío, en abril de 1834, quien le niega su herencia paterna por no existir documento que le acreditara como hija legítima; y finalmente, el tenso intercambio con el comisario de policía francés tras la publicación en 1840 de su coherente programa socialista en “La Unión Obrera”.

En su obra, Salazar Bondy nos habla de una mujer desamparada y enfurecida, que huye de un mundo hecho a la medida de los hombres. En su largo peregrinaje son sus desencuentros con la realidad los que marcarán su destino y la convertirán en temprano símbolo de la igualdad y de la lucha feminista.

—Su voz persiste—

Casi 60 años después de su estreno, el director Roberto Ángeles lleva nuevamente “Flora Tristán” a escena, obra con la que inaugura además el nuevo Centro Cultural de la Universidad de Lima. Para él, Salazar Bondy ha sido siempre un dramaturgo de lectura obligatoria, cautivándole especialmente “El rabdomante”, cáustico y no naturalista drama sobre la condición del peruano. Asimismo, el texto dedicado a la pensadora francesa lo venía estudiando hace años, trabajando algunos fragmentos en la Universidad Católica. El texto de “Flora Tristán” siempre le había parecido adecuado y actual, especialmente ahora, cuando aún resuenan las movilizaciones y campañas por la igualdad de género y contra el feminicidio. “No se si antes había tanto maltrato a la mujer como ahora, o si recién los medios están destapando los casos. Pero lo cierto es que es un horror lo que está pasando en el Perú en todas sus clases sociales”, afirma el hombre de teatro.


Teatro de la Universidad de Lima. (Fuente: Difusión)

Teatro del Centro Cultural de la Universidad de Lima. (Foto: Difusión)

Como señala Ángeles, resulta conmovedor que las demandas sociales que aquella escritora francesa difundiera hace siglo y medio parecieran haber sido escritas ayer por la mañana. “Flora Tristán acusa lo mismo que hoy denuncian las mujeres: el maltrato de las parejas, los abusos en los empleos, la discriminación legal. Yo creo que la mujer en el Perú ha desarrollado muchísimo en las últimas décadas en los espacios de la política, la economía, el empresariado, el arte, el deporte o las ciencias, pero simultáneamente sigue habiendo, y cada vez peor, un sometimiento de la mujer en sus diferentes roles”, afirma el director.

Así, cuando el nuevo Centro Cultural de la Universidad de Lima lo invitó a presentar una obra de dramaturgia peruana, esta obra caía de madura. “A veces nos preguntan cómo escogemos las obras que dirigimos. Esta vez te podría decir que la obra me escogió a mí”, afirma Ángeles, quien para este montaje recluta a Lizet Chávez como la militante Flora, acompañada por Gianni Chichizola, Fabrizio Aguilar, Renato Bonifaz y Gerardo García Frkovich. Asimismo, en su montaje incorpora danza y música en vivo, con la coreografía de Lucía Meléndez y la composición de Raúl Erazo.

—Más reflexión que drama—

En su obra, Salazar Bondy se basó puntualmente en el libro “Peregrinaciones de una paria” (1838), trasladando muchos de sus párrafos a los diálogos de sus personajes teatrales. Más que una obra dramática, podríamos decir que lo que ejerce el autor en este texto es la pedagogía. “Recordemos que él también era periodista, escribía narrativa y era un hombre muy comprometido socialmente. Pero es cierto, esta obra es más una reflexión que un drama. Lamentablemente es tan vigente que me parece correcto e interesante llevarla a escena”, confiesa.

Aunque discursiva y por momentos literal, según el director los diálogos desarrollados por el dramaturgo peruano parecen más invitar a la reflexión que a conmover al espectador. “Yo creo que ello obedece al espíritu revolucionario y contestatario de Salazar Bondy, que hace una dura reflexión sobre aspectos terribles de nuestra sociedad. Pero además, es muy riguroso en el uso de los elementos históricos. Podría decirse que no ha inventado nada en esta historia. Más bien ha teatralizado el libro de Tristán”.

Por cierto, en la obra de Salazar Bondy encontramos obras muy diferentes, más costumbristas y domésticas, emparentadas a las que hizo Julio Ramón Ribeyro y otros autores de su generación. “Son dramas en los que se reflexiona sobre las preocupaciones de las familias, revelando sus pocas posibilidades de crecimiento y felicidad”, afirma.

Y curiosamente, a pesar de su vigencia temática, hoy muy pocos directores llevan a escena la dramaturgia peruana de la época, incluyendo los textos del mismo Mario Vargas Llosa. “Más bien en los jóvenes hay un interés por montar obras nuevas, haciendo nuevos estrenos. Lo cual está muy bien. Ya voltearán la mirada hacia nuestro pasado para encontrar dramas que los conmuevan”, dice el director.

Por ejemplo, Ángeles recuerda el ejemplo cercano de Rómulo Assereto, quien debutó como director con “Collacocha” de Enrique Solari Swayne, con notables resultados. “Es un texto ambientado en los años 50, sobre el desconocimiento que los capitalinos de aquella época tenían de la vida de los obreros andinos y que todavía ahora valoramos poco. Pienso que, en algún momento, los jóvenes podrán mirar atrás y encontrarán lo que yo he encontrado en esta obra: el maltrato a la mujer, la usurpación de sus derechos y de la violencia sobre su cuerpo y su futuro. Aspectos en los que no hemos avanzado en 150 años”.

MÁS INFORMACIÓN:

Escenas de la obra

Lugar: Teatro central del C. C. de la Universidad de Lima, Javier Prado Este cuadra 46, Surco. Temporada: Desde el 16 de setiembre, viernes, sábados y domingos, 8 p.m.
Hasta el 2 de octubre.
Ingreso: Libre, previa inscripción en .

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