Kathy Serrano, Mayte Parias, Igor Olsen, Alfredo Correia y Alberto Benitez son directores de teatro venezolanlos radicados en el Perú (Foto: Nancy Chappell)
Kathy Serrano, Mayte Parias, Igor Olsen, Alfredo Correia y Alberto Benitez son directores de teatro venezolanlos radicados en el Perú (Foto: Nancy Chappell)
Eduardo Lores

Encaramado en la quebradita de Barranco, la del Puente de los Suspiros, un bar con amplia barra, buena cocina y café es el núcleo del , máquina de producción teatral. Cinco salas con banquetas por butacas acogen a reducidos grupos de teatrófilos, cada 15 minutos. "Timing is the answer to success", podría ser el lema de la fábrica escénica que marca el tiempo con campanas y con pantallas que indican cuándo ingresar a la sala de turno.

Es miércoles. Han extendido la temporada de Por Venezuela tres miércoles más. Es temprano, comienza recién a las 8:15 p.m. y debiera terminar con la quinta pieza a eso de las 10. Para hacer tiempo se ofrece miniarepas gourmet y todos los tragos del mundo, la música es agradable, el público come, bebe, conversa mientras espera ser llamado a la primera función, se puede afirmar que el concepto de microteatro, importado por Jordi Villalta, ha prendido en el acantilado.

Las cinco propuestas son producidas por el venezolano Igor Olsen, la dramaturgia es de autores venezolanos, lo mismo que la dirección y, salvo una excepción, los actores también son de Venezuela. La temática que los imbrica es la situación actual de su país; la indignación de estar obligados al dilema de soportar tan torpe y abusiva tiranía, o tener que migrar abandonando todo para recomenzar desde abajo en tierra ajena, en condiciones desfavorables.

El performer de la sala 1 (Pedro Indriago) captura al público desde la entrada. Su monólogo "Indioman" es sólido, fuerte y agresivo a la vez que plástico. De punta en blanco, frente a un espejo vacío, cuenta las miserias de su frustrada carrera de sicario y el surgimiento de su "heroico" álter ego.

De regreso al bar a esperar (¿con una copa?) que suene la campana para entrar a la sala 2, "Amor de bolsa", en la que dos jóvenes hacen cola para pagar lo que, tras largo esfuerzo, han podido encontrar en el desabastecido supermercado de Caracas. Ambos guardan pudorosamente en sus bolsas aquellos escasos bienes. Les pica la curiosidad por saber lo que lleva el otro, se da un intercambio erótico de información comestible entre él (Johan Escalante) y ella (Daniela Martínez). La escasez termina por animalizarlos.

La sala 3, "Cara roja", es un cuarto de burdel donde la prostituta (Angélica Arteaga) le comenta a su cliente, mientras se va desnudando, que esa no es su profesión, que ella es abogada pero no encuentra trabajo, que odia el rojo. Maldice a Hugo Chávez y su megalómano socialismo del siglo XXI que ha degradado a su país y la ha puesto en tal trance.

La sala 4, "Un lugar que no existe", es el departamento de una pareja de inmigrantes, él (Rolande Assante) y ella (Ángela Mesa) buscan la manera de que él supere la nostalgia de su patria que lo tiene bloqueado para escribir una historia de migrantes que debe presentar para conseguir financiamiento. La música de su tierra lo ayudará a destrabarse.

Por último, en la sala 5, "900-Pánico", un venezolano del pueblo aterrado por la violencia (Marvin Huise) llama desde un teléfono público (por temor al chuponeo) a pedir auxilio. Le responde una operadora indiferente (Daisy Avilan) mientras la violencia crece en las calles. Al final se entiende el porqué de su desdén.

AL DETALLE:
Puntaje: 3/5 estrellas
Obras: "Indioman" (dramaturgia, Ana Melo; dirección, Mayte Parias), "Amor de bolsa" (Ana Melo; Alfredo Correia), "Cara roja" (Max Coloma; Kathy Serrano), "Un lugar que ya no existe" (Daniel Mariani; Kathy Serrano e Igor Olsen), "900-Pánico" (Marcos Purroy; Beto Benites). Microteatro (Jr. Batallón Ayacucho 271, Barranco). Miércoles hasta el 5 de setiembre.

Contenido sugerido

Contenido GEC