Juan Diego Flórez reconoce que al abordar un papel trágico como Romeo Montesco en "Romeo y Julieta" la interpretación se vuelve compleja.
"Las tragedias son más estáticas. No puedes moverte mucho ni hacer aspavientos sin sentido. Para ser creíble, hay que hacer lo justo. Aquí es en la palabra del canto donde está el poder de la interpretación", afirma el intérprete en diálogo con El Comercio.
Asimismo, señala que se siente rejuvenecido con el papel de Romeo. "Es muy refrescante", afirma.
"Quizá todos, en nuestros amores de adolescencia, hayamos sufrido y por eso entendemos que al final, cuando Romeo encuentra muerta al amor de su vida, él prefiera unírsele. Pero también detrás de esta historia hay toda una trama de odio y de impotencia. La obra te transporta a ese amor puro e ideal, a ese amor sin malicia", explica el tenor.
En medio del estreno mundial de "Romeo y Julieta", Juan Diego también habla de su vocación docente, cómo el esmog limeño afecta su salud y las técnicas chinas aprendidas de Vargas Llosa.
"La contaminación te afecta mucho más que en otras ciudades. Estás respirando el humor de los carros, y nosotros cantamos con el aparato respiratorio prácticamente. Si cantar ya es un estrés, cantar sobre algo inflamado por el esmog es un problema. ¡Cantar en Lima exige más!", aclara.