“En mi casa se quejan porque reniego todo el día”

La imagen seguramente emocionará a sus seguidoras: entra a escena y comienza a quitarse la ropa. Primero la camisa, luego los zapatos y el pantalón, hasta quedarse solo en calzoncillos ante el delirio general del público. En "Full Monty", una de las obras más exitosas montadas en el Perú –y que se repondrá en las próximas semanas–, esto se hará realidad. Y para el actor andar en pelotas no es novedad. "Una vez me puse los pantalones en la cola del probador de un centro comercial", asegura. A estas alturas, ya no sabemos si está bromeando o no. Rivero se incorporará a la obra dirigida por Juan Carlos Fisher en reemplazo de Alfonso Dibós para interpretar al rival del personaje de Renzo Schuller, además de un par de papeles más. "Voy a quitarme el pantalón y todo", dice emocionado.

—¿Estás cómodo sacándote la ropa en público?

Sí, no soy pudoroso para andar en ropa interior. En mi chamba lo hago desde siempre, cuando hay que probarse ropa o cambiarse vestuarios. No me hago rollos. Tal vez con el desnudo sí, pero si me dices que me baje el pantalón y camine en calzoncillos por la redacción, lo hago.

—En la obra interpretarás al primer personaje que se queda en calzoncillos.

Soy uno de los primeros que va a hacer el cásting en esta historia [sobre unos tipos que, desesperados por la falta de chamba, deciden montar un show de 'striptease'], así que hago todo el baile para quitarme el pantalón. Ese es mi gran logro.

—La primera temporada de "Full Monty" fue muy exitosa. ¿Se siente la presión en los ensayos?

El elenco ya está afiatado. Yo quiero estar a la altura de las circunstancias. Por lo menos sé que voy a recibir todo el apoyo de parte de él.

—¿Es un respiro hacer teatro luego de estar envuelto en la intensidad de la TV?

Sí, aunque yo tengo ambas cosas bien diferenciadas. La conducción es mi chamba: voy y marco tarjeta. Igual me divierto. El teatro es un trabajo distinto, menos vertiginoso; es más de sentarse, conversar, escuchar. Es más pausado y placentero. Sentir la respuesta del público ahí mismo no es como en la televisión, donde tienes un pú- blico controlado, que sigue la dinámica de un programa.

—"Los reyes del playback" roza la payasada. Al pasar al teatro, ¿se siente mucho el cambio?

Soy pragmático con ese tema, no soy purista. Ambos [géneros] tienen la función de entretener. Trabajo con lo que requiera cada uno.

—Tu carrera en la TV ha sido principalmente como conductor. ¿Sientes que es lo que mejor sabes hacer?

Es lo que he hecho como 12 o 15 años. Es mi campo, donde más experiencia tengo. Es donde me siento más confiado para desarrollarme como comunicador. Si me dicen que haga un drama, me hago la pichi. Pero no arrugaría, ojo, eso lo tengo claro.

—¿Te cuesta volver a ser tú mismo cuando se apagan las cámaras?

No me cuesta. Cuando hago mi chamba en la TV sé lo que tengo que hacer: me contratan para entretener y lo hago honestamente. Fuera de eso soy una persona parca, no tan sociable. En la calle siempre me dicen que pensaban que era más alegre.

—Es la ilusión que construye la televisión.

A veces me tomo la molestia de responder: "Señora, ¿qué pretende? ¿Que le cuente un chiste? ¿Que la abrace?". Todo en buena onda, claro. En mi casa se quejan de que reniego todo el día. Por ejemplo, dicen que mi hijo se parece a mí. Yo lo veo y creo que se parece a la madre, pero Gianella dice que es igualito a mí porque reniega todo el día.

—Los primeros meses son los más complicados. ¿Te ha chocado la paternidad?

Ahorita estoy mejor, pero los dos primeros meses quería salir corriendo. Me decían que cuando viera a mi hijo iba a llorar. En el parto yo solo estaba pendiente de que todo saliera bien. No lloré. El enamoramiento empieza cuando interactúas con él.

—Gianella y tú nunca quisieron hablar abiertamente de su relación, pero desde el embarazo comenzaron a hacerlo. ¿Por qué?

En realidad no hablamos mucho de la relación. Hablamos de lo que es evidente. Cuando Gianella estaba embarazada, me preguntaban por eso y yo decía que no sabía. Hasta que ya tenía una panza enorme y era evidente que lo estaba. Mientras, podíamos jugar a que había engordado porque comió mucho o tenía gases, lo hacíamos. Cuando llegó el bebe le dije que era mejor utilizar nuestras redes para poner que ya había nacido. Siempre nos hemos manejado así, más por ella, que es mucho más reservada que yo en el tema.

—Ahora todo tienes que llevarlo a consulta.

Claro, yo venía haciendo mis cosas solo, con independencia y libertad. Y Gianella más, con una carrera internacional. Nos vamos de viaje a Estados Unidos y la reconocen [risas]. Es un poco complicado, pero no es un tema sobre el tapete para nosotros. Hemos tratado de mantener nuestra vida personal separada de la chamba.

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Lugar: Teatro Pirandello (Av. Petit Thouars cuadra 10, Cercado de Lima). Temporada: del 28 de abril al 23 de mayo. Entradas: Teleticket.

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