"Las mujeres de los nazis": La obra en la que hablan las cómplices del Tercer Reich
"Las mujeres de los nazis": La obra en la que hablan las cómplices del Tercer Reich
Enrique Planas

En un tren fantasma, la señora Goebbels se reencuentra con Víctor Arlosoroff, su joven amante judío. Ella, también de origen semita, se había convertido en la figura femenina más importante del partido tras conocer a su segundo esposo, el jerarca nazi Josef Goebbels. ¿El tren va a Berlín para que ella se reúna con el Führer? ¿O se dirige a Bruselas para que él escape de los soldados alemanes? Ninguno de ellos, esperando en el vagón vacío, lo sabe.

Por su parte, Irma Grese, una de las enfermeras más aterradoras y entusiastas del campo de concentración de Auschwitz, espera el momento de su ejecución en la horca. Gisella Perl, médica judía a cargo del hospital de ese campo, lo confiesa todo para probar su inocencia.

Finalmente, Geli Raubal, sobrina de Adolfo Hitler, va escribiendo en su diario sus alegrías, amoríos y posteriores angustias, mientras su tío va escalando los últimos peldaños de su ascenso al poder. Para el líder nazi, esta muchacha se ha transformado en el gran amor de su perturbada vida.

Bien es cierto que el terror nazi no era anónimo. Detrás de los asesinatos se escondían nombres propios, y entre esos miles de nombres, destacan muchísimos femeninos. En la obra “Las mujeres de los nazis”, el dramaturgo argentino Héctor Levy-Daniel cuenta la historia de tres de ellas: la más poderosa del partido, la más cruel del campo de concentración y la más grata a los ojos del monstruo.

—Todo por el líder —
Daniela Lanzara, responsable de llevar a escena esta obra en el Teatro de Cámara del C. C. El Olivar, es una voraz lectora de la historia de la II Guerra Mundial. Cuando encontró el texto del dramaturgo argentino se sorprendió por el título, sin duda, llamativo. Al leerlo, no podía creer que todo lo que quería decir como directora estuviera en aquellas líneas, escritas por un autor porteño de origen judío, redactadas cuando Argentina sufría las desapariciones durante la dictadura de Videla. “Aparte de las historias de la guerra, me interesan mucho las obras sobre mujeres. Y en esta historia encontré la posibilidad de hablar de un tema femenino, pero no desde un enfoque convencional. Lo que me gusta en este texto es la presencia de mujeres que no son víctimas, sino ejecutoras. Ellas son responsables, conscientes de lo que hacen”, señala.

"Las mujeres de los nazis": La obra en la que hablan las cómplices del Tercer Reich
"Las mujeres de los nazis": La obra en la que hablan las cómplices del Tercer Reich

Un tema fundamental del montaje, el Holocausto nazi contra los judíos, inspira en la joven directora el motivo que le da inmediata actualidad a la obra: “De pronto, un grupo de gente decide que debe desaparecer a toda una raza. Ejercer tanto poder sobre la vida del otro es algo terrible, y ves cómo se repite continuamente en la historia”, afirma.

“Al abordar el nazismo, en realidad estás hablando de muchas otras cosas, de otros regímenes que realizaron crímenes parecidos. Mi intención no es hablar directamente de las mujeres nazis. Quiero hablar de personas que, en determinadas circunstancias, deciden comportarse de determinada manera. Hombres y mujeres somos responsables de nuestras decisiones. Actuar o mantenerte pasivo son decisiones. Lo importante es entender de qué lado de la historia eliges estar”, señala Lanzara.

—Razones de un fanático —
¿Qué tienen en común las mujeres que en la Alemania de la década del 30 abrazaron los ideales del nazismo? Para la directora de este montaje protagonizado con brillo por Denise Arregui, Macla Yamada y Roberto Ruiz, cada una de ellas representa un contexto distinto: “La joven Geli Raubal se vincula con el nazismo desde su casa, tiene una relación familiar directa con Hitler. Irma Grese, por su parte, opera desde un campo de concentración, y Magda Goebbels se instala en la esfera política del partido. Cada una, desde su lugar, muestra una increíble necesidad de reconocimiento”, señala.

Así, Goebbels, quien reclamaba desde joven un espacio en su sociedad, encontró en el nazismo un lugar donde se valoraba su opinión y donde podía ser un ejemplo como madre y activista política. En el caso de Grese, es clara su fascinación por el poder y cómo este se ejerce a través de la tortura y el miedo. Finalmente, desde su frivolidad adolescente, una Geli Raubal encantada de participar en bailes, recibir regalos de su tío y sentirse bella y envidiada, expresa con su sometimiento la obediencia a su madre alcahueta. “La obra no juzga a estas tres mujeres, solo presenta sus puntos de vista. La idea es entender por qué tomaron determinadas decisiones y pensar qué hubiéramos hecho nosotros en tales situaciones”, afirma Lanzara.

En el Perú, la política actual nos ha demostrado que hombres y mujeres podemos ser igualmente corruptibles. Para Lanzara, la idea de este montaje no es ilustrar al público sobre tres casos históricos desvinculados de nuestra realidad, sino enlazar sus tragedias a nuestras vidas como ciudadanos. “Reconocer el lugar de la mujer en la política es también reconocer su responsabilidad al ejercer el poder.

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En tiempos de los nazis, ellas tuvieron un rol tan activo como los hombres. Y pienso que lo mismo sucede ahora. Las mujeres debemos compartir con el hombre tanto las responsabilidades como las culpas. Hoy es interesante ver la presencia de fuertes mujeres en el Congreso de la República, pero también otras con personalidades terroríficas. No podemos eximirnos de nuestra responsabilidad”, añade.

MÁS INFORMACIÓN
​Lugar: Teatro de Cámara del C. C. El Olivar.
Dirección: La República 455, San Isidro.
Temporada: Martes y miércoles, 8 p.m.
Del 3 de oct. al 1 de nov. Entrada: S/43.

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