La repartición de las tierras. El patrón Leal (Luis Peirano, al centro) dispone qué partes de su imperio irán para sus hijas: la extensión dependerá de sus respuestas. (Foto: Juan Ponce)
La repartición de las tierras. El patrón Leal (Luis Peirano, al centro) dispone qué partes de su imperio irán para sus hijas: la extensión dependerá de sus respuestas. (Foto: Juan Ponce)

"Es el caso de un hombre que se retiró sin éxito". Luis Peirano cita a la filósofa Martha Nussbaum para sintetizar la trama de "El rey Lear", una de las obras cumbres de . La referencia no es azarosa: desde este jueves, Peirano regresará a las tablas (luego de más de 25 años) para ser parte de una adaptación de la tragedia. Lo hará, además, como el protagonista: un hombre que para celebrar su cumpleaños 80 regala sus tierras y, con ello, traza para sí mismo un terrible final.


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"Ahora tengo 72 años y, en octubre, cumpliré uno más –dice Peirano–. Ian McKellen, quien hizo de Lear tantas veces, dijo que los actores esperan a estar viejos para hacer ese papel, pero que, a veces, cuando llegan, ya no pueden cumplir por las tantas exigencias de personaje".

"Patrón Leal" –título de la adaptación a cargo de Alfonso Santistevan– toma el texto shakespeariano y lo trae hacia una realidad más próxima. "Pero la versión cumple con los personajes y estructuras de Shakespeare –cuenta el director Jorge Villanueva–, solo que en el Perú de 1920, época de sublevaciones, movimiento y tensión campesina. Nos interesaba montarla en una hacienda y que en vez de un rey, se trate de un hacendado, quien en realidad tenía las mismas potestades: delegaba autoridades y tenía poder absoluto".

—Pagar el capricho—
Quizás para la mayoría de limeños la versión de "El rey Lear" que Édgar Saba montó en el Teatro Municipal sea la más recordada. Entonces, Alberto Ísola, quien dio vida al monarca, definió a Lear como un hombre "impulsivo y caprichoso". La descripción no podría ser más justa: Lear planea repartir su imperio entre sus tres hijas, dándole la mayor cantidad de tierras a quien más se gaste en alabanzas. La única que no entra en el juego es Cordelia, la menor de todas, y con un "te amo como una hija debe amar a su padre" sentencia su destino y se hace merecedora del repudio de su progenitor. No pasará mucho para que sus hermanas traicionen a Lear y lo despojen de toda riqueza y cordura.

Valdría preguntarse por qué Lear quiere que lo adulen. "Una de las posturas más interesantes –anota Santistevan– es que no hay explicación. Es un misterio. ¿Y en el caso del patrón Leal? Bueno, una vez que uno logra dinero y poder como lo hizo él, lo único que le queda es ser dios.

Para Peirano, el deseo que mueve los caprichos de Lear y Leal están conectados con la asunción del envejecimiento y la salida de este mundo. "Se trata de un problema muy antiguo que sigue vigente: nos enfrentamos constantemente a la imposibilidad de escapar de la vejez, a la pérdida del poder, de la riqueza, de la belleza; en fin, de todos los bienes que el ser humano puede ir acumulando".

—Otra mirada—
Andreu Jaume, editor conocedor de la obra del bardo, anotaba que hay dos temas que suelen repetirse en sus tragedias: la relación entre hijos y padres (que se ve tanto en el protagonista como en su segundo, quien también es engañado por su hijo natural), y el poder. Ambas cuestiones son tratadas en "Patrón Leal", aunque la segunda dimensión cobra mayor énfasis, mostrando –en palabras de Jaume– "al gobernante como figura política y como simple mortal". La transición a la locura es bastante explícita.

"Al final –sentencia Villanueva–, uno de los personajes dice: ‘Lo que estaba arriba se quedó arriba, y lo que estaba abajo se quedó abajo’. Lo que sucedió fue que los dueños de la hacienda simplemente cambiaron de rostros, pero el poder se lo repartieron entre ellos. ¿Es una mirada pesimista de la realidad? Sería una forma de verlo, pero igual de válida sería tomarla como una invitación a reflexionar, a repensar el Perú y hablar del poder y de la sociedad actual, porque es cierto, la torta se la repartieron los poderosos".

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Lugar
: CCPUCP. Dirección: Av. Camino Real 1012, San Isidro. Estreno: jueves 19, 7 p.m. Horario: jueves, viernes, sábado y lunes, 8 p.m.; domingo, 7 p.m. Entradas: Teleticket.

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