En octubre del 2017, Ingrid Yrivarren estrenó en México “Viaje al Perú en un poema”, a beneficio de las víctimas del terremoto que asoló tierra azteca.
En octubre del 2017, Ingrid Yrivarren estrenó en México “Viaje al Perú en un poema”, a beneficio de las víctimas del terremoto que asoló tierra azteca.
Eduardo Lores

Hacer visible la poesía, transponerla del texto al escenario, convertirla en show, ha sido el riesgoso y polémico reto que, estimulados por Ingrid Yrivarren, se propusieron Fernando Berckemeyer y Juan Carlos Fisher dando como resultado, , espectáculo que se montó el año pasado en Ciudad de México como proyecto de la ONG VIVA en el mundo. El martes pasado se repuso efímeramente en Lima, gracias a la Fundación BBVA Continental y a Movistar, en el Teatro Municipal bajo la gestión cultural de Mariela Pinto.

El poema más abstracto, el de mayor dificultad para volverlo audiovisual podría ser el que da inicio a la función: “Poesía mano vacía”, la anti-poética de Martín Adán como lo define el crítico Ricardo González Vigil.

¿Cómo hacer visible el “furor para con su nada” o el “atroz tesoro del Día” o la “Casa que asaz busco en la mía…”? Es Sofía Rocha, sorprendente actriz, quien –con vestuario y ‘styling’ no menos sorprendentes, en el centro del escenario, bajo un haz de luz– lo recita sobre el fondo de un convincente video del cosmos con sonido incidental.

Lo sigue “Masa”, de César Vallejo, que recitado por Fernando Berckemeyer, enfundado en oscuro y acrónico traje, actuó como el “primer hombre” al que “el cadáver” que “¡ay! siguió muriendo” “abrazó” y luego “echóse a andar…”. Y así como pequeños eslabones bien concatenados, con la iluminación, coreografía, recitaciones, videos y sonidos programados con precisión para cada poema, fueron 14 los recitados y 5 los cantados intercaladamente por la invitada especial, la cantante Susana Baca, que aportó al espectáculo su estilo tan propio. Comenzó, entre gazas y descalza como suele presentarse, con “Los amantes” del extrañado Arturo Corcuera, ante un inmenso video de lluvia torrencial:

La lluvia sin cesar
sin cesar el amor
sobre nosotros
la lluvia que como el amor
humedece a los amantes.

El de Victoria Santa Cruz, “Me llamaron negra”, recitado por Ebelin Ortiz, fue uno de los picos de la puesta. Resonaron joyas de nuestro acervo poético como aquellas comedidas recomendaciones del entrañable Antonio Cisneros en “Para hacer el amor”. Ante tan delicado trance, pondera:
Debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha […]

Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
Que ningún valle quede oculto y los amantes
Podrán holgarse en todos sus caminos.
“El guardián del hielo”, de José Watanabe, va en ese tenor, natural e íntimo; reminiscencias de su infancia en la hacienda Laredo:
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol…
El hielo empezó a derretirse
Bajo mi sombra, tan desesperada
Como inútil.

Otros poemas más bien épicos, como los de Romualdo o el de Heraud, contrapesan el lirismo de la puesta en escena que, por su oportunidad, ha sido todo un regalo de Fiestas Patrias y merece una amplia temporada y mayor divulgación.

AL DETALLE

Califación: 4/5
Organización: Ingrid Yrivarren/VIVA en el Mundo.
Concepto: Fernando Berckemeyer.
Dirección: Juan Carlos Fisher.
Actuaciones: Sofía Rocha, Ebelin Ortiz, Wendy Vásquez, Susana Baca y otros.

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